¿Se acabó el reinado?
“Todo tiene su final, nada dura para siempre...”, lo escribió Willie Colón y se aplica en el deporte. Así como se han cerrado los ciclos de Michael Phelps, Michael Jordan, Usain Bolt, Bernard Hinault, Roger Federer, Michael Schumacher, Diego Maradona o Pelé, que se han tenido que despedir irremediablemente. No creo que sea el momento de irse de las canchas tampoco, pero Lionel Messi y Cristiano Ronaldo sí están dejando atrás la categoría de extraterrestres que por muchos años mantuvieron con lujo de detalles.
Tanto el argentino como el portugués viven una temporada discreta para lo que nos tenían acostumbrados en sus actuales equipos. Pareciera que Lio dejó parte de su energía en la Copa América, que se había convertido ya en una obsesión personal. A pesar de jugar un buen primer tiempo contra el Real en Madrid, el miércoles, no le alcanzó para ayudar a mantener la ventaja y prácticamente desapareció en la segunda etapa.
A Cristiano no se le siente cómodo y su promedio de gol ha bajado ostensiblemente. Acostumbrado a ganar campeonatos donde llega, no está cerca de lograr ese cometido con los red devils. Los dos se mantienen físicamente bien, pero es natural que los años no vengan solos. Además la renovación ya cabalga en Kylian Mbappé, que es una realidad y hace grandes merecimientos para ser considerado el mejor del planeta. Ya ganó un Mundial, cosa que ellos aún no han logrado y que en el caso del luso es más difícil, porque ni siquiera ha conseguido clasificarse aún y tiene a Italia como rival en el repechaje de mitad de año para Catar. El francés fue el único que sacó la cara en la derrota contra la Casa Blanca y pasa por un nivel superlativo. Mohamed Salah, el egipcio, compañero de Luis Díaz en el Liverpool, pugna por estar integrando el binomio. Pertenece a uno de los equipos más aplaudidos del momento, y aunque su selección no le suma para aspirar a la gloria orbital, lo que hace en su club es más que suficiente para deslumbrar. No tiene la edad de Mbappé, pero su experiencia lo hace muy sólido en la cancha. Para alcanzar el podio de los herederos habría que esforzarse un poco más en la búsqueda. Tal vez apellidos como Halland, Foden o González (Pedri) podrían ocupar esa tercera plaza, la que abandonó definitivamente Neymar Jr., que a sus treinta años parece estar pensando más en el retiro que en seguir arriba del resto.
Somos muy afortunados, no me cansaré de decirlo, por haber disfrutado plenamente la carrera de Messi y CR7. Siempre dispuestos, competitivos, con lesiones breves y derrochando virtudes permanentemente. A los dos les falta levantar esa ansiada Copa Mundo, que sería la cereza en el postre. Trataré de aprovechar cada minuto que nos regalan en el césped con intensidad y en cámara lenta para que me duren más.