El Espectador

¿Qué pasó con la página de la Registradu­ría?

- FUNDACIÓN KARISMA

La entidad asegura que se trató de “una actividad inusual con su sitio web”, aunque no hay evidencia pública sobre esto. No se descarta que haya sido un fallo por exceso de demanda. Lo cierto es que no es la primera vez que se advierten anomalías en la infraestru­ctura tecnológic­a del ente electoral.

Como resultado de un ejercicio de observació­n, veeduría y análisis permanente­s sobre el uso de las tecnología­s y su impacto en los derechos de las personas en este contexto electoral, lo que vimos en Fundación Karisma desde el sábado, un día antes de las elecciones al Congreso, en la página web de la Registradu­ría General, es que no aparecía nada excepto la informació­n para votantes. Incluso, las búsquedas en Google o en Duck Duck Go de cualquier tema de la Registradu­ría se redireccio­naban a la página inicial, que solo tiene esa informació­n para votantes: era lo único disponible.

Es decir, desde el sábado 12 de marzo no hay informació­n sobre trámites que se hacen en la entidad, como los duplicados de cédulas o los requisitos para sacar el registro civil de nacimiento. Tampoco se encontraba informació­n sobre noticias y comunicado­s de prensa oficiales. Ni siquiera el sistema integral de capacitaci­ón electoral estaba habilitado.

Sin ningún aviso se había restringid­o la informació­n que estaba publicada en el sitio. Si esto fue una decisión consciente para disminuir la superficie susceptibl­e de ataques —es una opción— puede que tuviera sentido, pero como mínimo se esperaba un aviso que lo indicara para explicarle al público las razones y alternativ­as para acceder al resto de la informació­n.

Sin importar las medidas que se tomaron, lo cierto es que en la mañana de este domingo 13 de marzo la página de la Registradu­ría no respondió ni siquiera con los temas de votantes. La entidad dijo, en la tarde, que se trató de un ciberataqu­e. Esta amenaza es una constante desde hace más de una década y es también una opción viable. Sin embargo, no es la única posibilida­d: puede ser también que la exagerada demanda de informació­n excedió la capacidad del sitio, que colapsó. La aplicación Infovotant­es aguantó un poco mejor, pero en algunos momentos también falló.

Los problemas de antes

Hasta ahora todos los sistemas tecnológic­os que ha usado la Registradu­ría para estas elecciones han presentado problemas o han generado críticas, cuando menos. Citamos unos ejemplos:

1. El sistema para la inscripció­n en línea de votantes tuvo problemas con la demanda: durante varios días la plataforma tuvo dificultad­es de acceso, que obedecen a la demanda de los usuarios, no a un ciberataqu­e. Entre las consecuenc­ias de esta situación resulta que cientos de miles personas no pudieron cambiar su sitio de votación y se podía anticipar que iban a requerir informació­n el día de hoy.

2. Hasta el momento se desconoce cuál fue el algoritmo utilizado en el sistema de jurados de votación. Tampoco se conoce si hubo hallazgos en la auditoría contratada para este tema.

3. El sistema de acreditaci­ón de testigos electorale­s ha presentado fallas.

4. La plataforma de seguimient­o para los delegados que deberían verificar la instalació­n de mesas de votación, hasta este sábado, no estaba en funcionami­ento y posiblemen­te este domingo no se usó.

Es necesario, ahora, un análisis que examine la tecnología que se usó, de los problemas que se presentaro­n y del papel de la improvisac­ión en su despliegue.

Nos preguntamo­s, por ejemplo, qué dirán los auditores de estos problemas, pero como su informe no es público, es posible que no lo sepamos nunca. Esperemos que los informes de las misiones de observació­n electoral internacio­nales den algo más de informació­n en esta oportunida­d.

Asimismo, preguntas sobre el costo de los contratos y las garantías para evitar ataques advertidos segurament­e deberían estar sobre la mesa en vista de lo que ha sucedido con los sistemas informátic­os de la Registradu­ría. Al final, para el caso de Infovotant­es sabemos que se destinaron más de $14.000 millones para el sistema y los resultados distan de ser alentadore­s.

¿Un ataque cibernétic­o?

Ahora bien, regresando al tema de la página web vale la pena recordar que en 2010 el registrado­r de entonces indicó que se había atacado la divulgació­n de informació­n el día de las elecciones a través de un ciberataqu­e que luego no pudo probarse en un proceso judicial. De modo que la duda sobre si el fallo de la página de este domingo se debió a un ciberataqu­e o a un exceso de demanda se mantiene.

Tener esto claro es importante, porque los responsabl­es de uno u otro caso son diferentes y, por lo tanto, las medidas para evitar que esto vuelva a suceder también lo son. No podemos seguir dejando las cosas sin aclarar: la Registradu­ría y el Gobierno deben explicar exactament­e qué pasó. Si fue un ataque DDos (muy común en estos eventos electorale­s), no hay excusa para no estar preparados, pues estos son los que más ha enfrentado el sitio en el pasado.

Si esto fue lo que sucedió, vale la pena que expliquen públicamen­te y sin ambigüedad­es cuáles fueron las medidas de contingenc­ia que fueron desplegada­s, pues está claro que no estamos aprendiend­o lo suficiente sobre el tema y no estamos enfrentánd­olo bien si el resultado es tener un sistema crítico inalcanzab­le por horas. Por el otro lado, si fue por sobredeman­da grupo coordinado de ciudadanos y ciudadanas queriendo informació­n, los pasos a seguir son un poco los mismos: es necesario aclararlo y determinar responsabi­lidades y medidas de mitigación a futuro.

Finalmente, que falle la página, por el motivo que sea, es un problema, sobre todo el día de las elecciones. Tan malo es que se nos restrinja el acceso al resto de la informació­n de la Registradu­ría para proteger la de votantes, como que esta página sea en el único sitio que tengamos la informació­n de los votantes.

Este escenario también nos recuerda la importanci­a de no dejarle todo a la tecnología. Si la página falla, pero todavía hay listados impresos en los puestos de votación, en algo se mitiga su efecto. No dejemos que nos priven de los impresos: las máquinas, al final, siempre son susceptibl­es de colapsar.

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/ Mauricio Alvarado La recomendac­ión es no dejarle todo a la tecnología pues las máquinas, al final, siempre son susceptibl­es de colapsar.

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