Duro golpe al centro en las “primarias”
UNA Y OTRA VEZ SE DIJO EN VARIOS espacios, incluyendo muchas columnas de opinión de El Espectador, que estas elecciones eran la oportunidad para construir posturas moderadas que superaran la polarización que ha caracterizado la dinámica electoral colombiana. En ese marco, la Coalición Centro Esperanza se arrojó las banderas de construir un “centro amplio” en un país donde, según las encuestas, la abrumadora mayoría de los colombianos se paran en ese espacio político que se aleja de los extremos. Sin embargo, los resultados de ayer fueron claros: la propuesta de centro cavó su propia tumba entre rencillas personales, falta de visión y de capacidad de unificar discursos. Ahora la derecha y la izquierda son, una vez más, favoritas para quedarse con la Casa de Nariño.
Las consultas presidenciales han llegado para quedarse. Hace cuatro años sirvieron para afinar el panorama y este año se tornaron esenciales. Además, la presencia de candidatos presidenciales lleva a que las personas participen más activamente de todo el proceso. Al cierre de esta edición no contamos con la información consolidada de participación total en las votaciones, pero el entusiasmo del electorado ha sido más que evidente. Como herramienta política, los resultados de las consultas servirán para reconfigurar los próximos meses de campaña presidencial. Por donde se le mire, es una ganancia para la democracia colombiana.
En cuanto a las consecuencias de los votos que conocemos hasta ahora, la más evidente es que la Coalición Centro Esperanza colapsó sobre sus propias promesas. Federico Gutiérrez, del Equipo por Colombia, logró morder a buena parte del electorado de centro que, sumado a las claras a una juiciosa votación del uribismo, lo llevó a un resultado excepcional. Mientras tanto, el líder de la consulta del centro, Sergio Fajardo, terminó con una votación precaria y que debería generar profundas reflexiones. Pese a contar con políticos de larga trayectoria, no fueron capaces ni siquiera de consolidar una lista al Congreso de la República ni superar los señalamientos personales. Quedaron con muy poco para mostrar después de una campaña en la que prometieron ser la renovación de los discursos moderados en el país. Todavía queda tiempo, pero salen muy golpeados esa coalición y su candidato.
Por el lado de la izquierda, dos certezas. Gustavo Petro casi que duplicó su resultado en las consultas de hace cuatro años y está muy cerca de alcanzar la Casa de Nariño. Sin embargo, tendrá que lograr apoyos de centro, pues aunque masiva, esa votación no le alcanza. Y Francia Márquez dio un golpe de autoridad con una votación que no solo muestra la importancia de la representación y la diversidad, sino que envía un claro mensaje a sus compañeros de coalición que le hicieron grandes desplantes públicos.
¿Está todo ya decidido? No, eso es lo valioso de las “primarias”. Con resultados en mano, las fuerzas políticas tienen la oportunidad de construir alianzas programáticas. También quedan preguntas: ¿qué ocurrirá con Federico Gutiérrez si el uribismo decide apoyarlo de manera abierta? ¿Hay oportunidad de que la candidatura de Sergio Fajardo levante cabeza? ¿Y los comodines de Rodolfo Hernández, cuya Liga Anticorrupción está teniendo una considerable votación a la Cámara de Representantes por Santander, e Íngrid Betancourt? ¿Conseguirá el Pacto Histórico el apoyo de otros partidos que lo catapulten aún más en la primera vuelta? Todo está por verse.
‘‘La
propuesta de centro cavó su propia tumba y la derecha y la izquierda han quedado enfiladas para pelear por la Presidencia. Resultados en mano, comienza otra campaña”.