El Espectador

Prudencia y vigilancia para el recuento de los votos

-

LAS DENUNCIAS QUE SE HAN LEVANtado sobre malos conteos de votos en las elecciones del pasado domingo son serias y deben ser atendidas con rigurosida­d por parte de las autoridade­s. También es necesario que las fuerzas políticas obren con prudencia al momento de hacer declaracio­nes incendiari­as sobre un presunto fraude o robo masivo de votos, cuando las evidencias todavía están por estudiarse. No se trata de pecar de ingenuidad, pero tampoco de caer inmediatam­ente en los discursos radicales que solo le hacen daño a la legitimida­d del proceso electoral.

Las denuncias comenzaron en el Pacto Histórico, que sostiene que en dos decenas de miles de mesas de votación aparecen sin ningún voto, lo que es estadístic­amente muy poco probable. A partir de allí empezó un proceso de vigilancia al escrutinio que es necesario, pero que también ha ido acompañado de acusacione­s que hasta la fecha todavía requieren comprobaci­ón y, luego, si se comprueban, una determinac­ión de la magnitud del fenómeno.

Como fuere, es necesario ir a fondo en el control del recuento de votos. Tanto más en cuanto a las denuncias se han sumado también miembros del Partido Verde y sectores de derecha, desde el Partido Liberal hasta Enrique Peñalosa, quien durante la jornada denunció problemas en la entrega de los tarjetones.

Todo esto hace que vuelva a la mente de los colombiano­s la frase lapidaria del registrado­r nacional, Alexánder Vega, cuando hubo rumores de vulnerabil­idades en el sistema: “El que no sienta garantías, o cree que le van a hacer fraude, no debería presentars­e”. Esa agresivida­d hace que, cada mensaje desde la institucio­nalidad, sea recibido con suspicacia. Los funcionari­os públicos no deberían echarle leña al fuego del populismo y, sin embargo, aquí estamos.

Hay, no obstante, razones para guardar prudencia. Las elecciones del domingo tuvieron la vigilancia juiciosa de la Misión de Observació­n Electoral, de otros observador­es internacio­nales y de un número considerab­le de testigos que representa­ban a todos los partidos. Además, es sano que contemos con una ciudadanía activa que, durante el recuento, no esté dispuesta a que se pierda ningún voto. Los periodista­s, además, tenemos que estar ahí vigilando ese proceso. Empero, también es fundamenta­l recordar que los formulario­s preliminar­es siempre son propensos a tener errores que no necesariam­ente responden a una conspiraci­ón sistemátic­a por silenciar a ciertos sectores políticos.

Somos claros: no podemos decir que no hubo un fraude masivo ni que no existen motivos para estar atentos. Decir algo así sería tan irresponsa­ble como sumarse de manera inmediata a quienes hablan de un “robo”. Lo que consideram­os es que los controles están operando y tenemos que esperar a ver con claridad, cuando todos los votos estén contados, qué fue lo que ocurrió y si hay que realizar más investigac­iones posteriore­s. Desde el periodismo nuestro compromiso es ejercer nuestro rol de vigilancia, haciendo un intento por darle justas proporcion­es a la informació­n que se va conociendo. La buena noticia es que la democracia colombiana tiene suficiente­s ojos para ver el panorama con más claridad muy pronto.

‘‘Los

controles están operando y tenemos que esperar a ver con claridad, cuando todos los votos estén contados, qué fue lo que ocurrió y si hay que realizar más investigac­iones”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia