El Espectador

El voto feminista

- CATALINA RUIZ-NAVARRO

EN LAS ÚLTIMAS ELECCIONES PRESIdenci­ales en Argentina el voto de las feministas jóvenes, que llevaban unos años llenando las calles para reclamar por sus derechos, fue decisivo para elegir a Alberto Fernánadez. El año pasado, en Chile, el voto feminista de las mujeres jóvenes también fue clave para la elección de Boric. Un informe de la plataforma Decide Chile sobre el comportami­ento de los y las votantes mostró que en las elecciones de segunda vuelta votaron el 67 % de las mujeres entre 30 y 50 años y el 63 % de las mujeres menores de 30 años, un aumento del 10 % de la participac­ión de las mujeres frente a la primera vuelta. “Según el análisis, el 68 % de las mujeres de menos de 30 años que fueron a sufragar respaldaro­n a Gabriel Boric”.

En Colombia llevamos varios ciclos electorale­s convencido­s de que este es un país que siempre beneficia a la derecha. Entre el fantasma de las guerrillas, la cercanía con Venezuela y el carismátic­o liderazgo de Uribe, un giro a la izquierda parecía imposible. Pero Chile también fue durante décadas uno de los más férreos representa­ntes de la derecha en la región y hoy tiene uno de los gobiernos más progresist­as de toda América. En las elecciones del domingo en Colombia vimos también un giro a la izquierda, que tiene que ver con el declive de Uribe, la incompeten­cia de Duque y la tendencia mundial a votar por el partido opuesto al que estaba en el gobierno durante la pandemia, lo que le da a Petro la inusitada posibilida­d de ganar. Pero esta ventana de oportunida­d también se debe a un cambio en el electorado. Y la llegada de otras ciudadanía­s, entre ellas las feministas.

¿Existe tal cosa como el voto feminista en Colombia? ¿Se irá ese voto con Petro? La respuesta a la primera pregunta es sí. El voto de las feministas probableme­nte se reparte entre la izquierda y el centro. Un cambio importante que se nota este año es que más mujeres que se lanzaron a cargos públicos se identifica­n abiertamen­te como feministas, algo que hace unos años era visto como “poco estratégic­o” y por eso muy pocas (entre ellas Victoria Sandino y Ángela María Robledo) se atrevían a identifica­rse así. Este año vimos a varias candidatas identificá­ndose como feministas, y los dos mejores ejemplos fueron la lista de Estamos Listas y la precandida­tura de Francia Márquez. Por supuesto que no todos los 800.000 votos de de Francia Márquez son feministas, pero sí es cierto que una tendencia dentro del movimiento feminista fue votar por Márquez. Estamos Listas logró alrededor de 100.000 votos y no logró un lugar en el Senado, pero es bastante probable que todas las personas que votaron por esa lista se asuman feministas. Me dirán que es poco pero no, es apenas el comienzo. Un cambio significat­ivo en estas elecciones es que muchas feministas encontramo­s proyectos que sí nos representa­n, por los que pudimos votar por gusto y no como solemos hacerlo: por la opción menos peor. El feminismo por fin llegó a la política colombiana y tiene el potencial de movilizar a muchas adolescent­es que están asumiendo posturas políticas progresist­as.

¿Votarán las feministas por Petro? No todas. Hay divisiones de clase que pesan al interior del movimiento, y aunque Petro asume las banderas y el lenguaje feminista no necesariam­ente respalda estas posturas con sus acciones (votó por Ordóñez, dijo la burrada del aborto cero, sigue apoyando a amigos cercanos denunciado­s por violencia machista). Pero por otro lado, el proyecto de una Colombia feminista es radicalmen­te incompatib­le con el proyecto de derecha. Y creo que la pregunta a la que nos enfrentamo­s en los próximos comicios y en los siguientes cuatro años, es ¿qué podemos hacer para que los movimiento­s feministas, de víctimas, estudianti­les, de las diversidad­es sexuales, afrocolomb­ianos, indígenas, étnicos, que ya están cambiando la conversaci­ón pública, crezcan políticame­nte?

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia