El predio que codicia una supuesta banda de tierreros en Usme
La historia detrás de un terreno de cerca de cinco hectáreas que han ofrecido lotear en más de 430 casas, sin servicios públicos ni permisos de construcción vigentes. El dueño, que puede acreditar tradición de titularidad de 27 años, denunció una estrategia diseñada para usurparle el predio, en el que, según él, habría funcionarios involucrados que ya denunció en la Fiscalía.
En la vereda Agualinda de Usme ningún vecino quiere hablar con nombre propio del día en que llegaron en camionetas cerca de 30 personas desconocidas, algunas armadas y con cara de pocos amigos, a invadir el predio Los Cerezos, ubicado sobre la vía que conduce del pueblo al Parque Nacional Natural Sumapaz, al sur de Bogotá. Tienen miedo porque dicen que “a esa gente no le importa matarlo a uno”, pero recuerdan que ese miércoles 9 de febrero de 2022 la comunidad se unió para no dejarlos entrar. Todos saben que se trata de una banda de tierreros que puso sus ojos hace año y medio en esas tierras y que, además de métodos intimidantes, utiliza una sofisticada estrategia de escrituras falsas y recursos jurídicos exprés para apropiarse de terrenos y urbanizarlos ilegalmente.
“Sí ves esa enorme antena de allá -señala Amaury Romero, abogado que heredó de su abuelo el predio Los Cerezos-, esa es la prueba más clara de que el certificado de tradición del predio que presentaron es falso”. Se refiere a una antena de transmisión de más de siete metros de altura, difícil de obviar, que por solicitud de Empresas Públicas de Medellín se instaló en junio de 2016. La anotación quedó registrada en el certificado original de la matrícula inmobiliaria del predio, pero no aparece igual en el certificado que, con un número de matrícula diferente, presentaron las personas que en noviembre de 2020 instauraron una querella en la Inspección de Policía de Usme, aduciendo ser los legítimos propietarios de ese inmueble.
De hecho, el folio de matrícula que presentaron fue abierto en 1997 y no en 1975 como el original. Además, le da otro nombre al predio (San Agustín) y aparece ubicado en el corregimiento Nazareth, que pertenece a Sumapaz y no a Usme. También dice que es un predio urbano, pero en realidad está en una zona que sigue siendo rural, incluso en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá (POT), de diciembre de 2021. “La modalidad de estos tierreros empieza por la falsificación de un documento público, como la matrícula inmobiliaria, que en la realidad no existe porque el lote que reclaman es otro. Una maniobra delincuencial que confunde mientras avanzan las acciones legales que interponen. Así se lo hicimos saber a la Fiscalía en el proceso que se adelanta por estos hechos, a la espera del pronunciamiento de un juez de conocimiento”, dice Romero, mientras caminamos el terreno sembrado con papa, en el que se ven tres letreros grandes que advierten que no está a la venta.
Este abogado de 49 años se enteró en enero de 2021 que unas personas “inescrupulosas” querían quedarse con el predio que compró su abuelo en 1995, aunque las maniobras empezaron dos meses antes. La querella judicial fue instaurada por Yesid Ariza Barbosa en la Inspección Distrital de Policía de Usme, y es él quien también aparece como propietario del predio San Agustín en el certificado de matrícula inmobiliaria en el predio donde está El Cerezo. El 20 de enero de 2021, la persona que ha tenido la tenencia de esa tierra y de otras de la familia Romero le contó por teléfono que en uno de los postes de la finca fijaron un papel que advertía el inicio de una querella policiva. Nueve días después, en un trámite exprés, el inspector de Policía de la localidad de Usme, Jesús Roberto Piñeros Sánchez, falló a favor de Ariza y ordenó que le entregaran el inmueble.
Como sustento solo tuvo en cuenta los testimonios de dos individuos que no son referenciados por la comunidad, identificados como Bernardo Zuluaga González y Osney Gerena Castro. Además, no ordenó practicar una diligencia de inspección ocular para identificar el inmueble reclamado. Por eso, Romero acudió, a través de su abogado, a la Personería Local de Usme, que apeló la sentencia proferida por el inspector, el 4 de febrero de 2021. El recurso de reposición fue negado en el acto por el inspector Piñeros, pero la apelación fue tramitada ante la Secretaría Distrital de Gobierno, que al final le dio la razón a Romero y dejó sin efectos la medida correctiva impuesta por el inspector de Policía.
Para ese momento, la persona que arrendó por años El Cerezo ya había devuelto el predio a Romero por diferencias en el reconocimiento económico de algunas mejoras y amenazas telefónicas de extraños que le ordenaban salir. A Amaury Romero le tocó buscar otro arrendatario que desde abril de 2021 sembró un cultivo de papa de tres hectáreas en el terreno. Pero
eso no detuvo a Yesid Ariza y a sus socios. Puso una primera tutela para reabrir el proceso policivo y como se la negaron puso otra ante el juez 13 penal municipal de conocimiento de Bogotá, que ordenó reabrir el caso en octubre de 2021.
Sin embargo, ante los reclamos jurídicos de Romero, al final, el 1° de diciembre de 2021, el juez declaró la nulidad de todo lo actuado, incluida la reapertura del proceso. Días después, incluso, declaró improcedente la tutela que por los mismos hechos instauró Jorge Juan Obando Obando, quien se identificó como propietario de un porcentaje pequeño del predio San Agustín.
Mientras se daba la pugna en los estrados judiciales, al extremo norte de la capital, en la Notaría Única de Tabio (Cundinamarca), entre septiembre y noviembre de 2021, se registraron ante la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos seis ventas parciales de pequeños fragmentos del predio, valiéndose de la escritura pública del predio San Agustín. De hecho, en el certificado de tradición del inmueble, presentado por Yesid Ariza Barbosa durante la querella policiva no hubo dato alguno sobre el chip o cédula catastral del predio. Sin embargo, desde el 4 de noviembre de 2021, cuando ya aparecían estas ventas parciales, en la primera página del certificado del predio San Agustín ya aparecía el mismo número de chip catastral del predio El Cerezo, con el que, incluso, a fina
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septiembre y noviembre de 2021 se registraron en la Notaría Única de Tabio seis ventas parciales del predio que corresponde a El Cerezo.