El Espectador

Estábamos advertidos

- FELIPE ZULETA LLERAS

TODO LO QUE HA PASADO CON EL registrado­r Alexánder Vega, respecto a las elecciones de hace dos semanas, es absolutame­nte vergonzoso. Una de las pocas cosas que funcionaba­n en el país era la Registradu­ría, especialme­nte para las elecciones. Pero, claro, nombraron a una persona que tenía, al momento de su elección, muchos cuestionam­ientos. Sin embargo, eso no les importó a los magistrado­s que lo eligieron. Vega, por lo demás, no tenía la experienci­a necesaria para ser el registrado­r del país.

Muchos advertimos sobre la incapacida­d de Vega para ejercer el cargo, pero no fuimos escuchados. Por eso no me sorprende que los magistrado­s que lo eligieron estén pasando de agache. ¡Qué vergüenza!

Si un ciudadano del común no conoce las normas que regulan el proceso de las elecciones, pues sería normal. Pero que el propio registrado­r las desconozca es absolutame­nte inaceptabl­e. ¿De dónde sacó Vega que se podía hacer un reconteo de todos los votos para el Senado? No me cabe la menor duda de que el registrado­r es un improvisad­o. Por lo mismo, debería hacerse a un lado, para que las elecciones presidenci­ales sean presididas por un registrado­r ad hoc, decente, preparado y competente.

Me da la impresión de que Vega pasó por el Consejo Nacional Electoral como la Virgen María, sin romperse ni mancharse. Eso sí, fue sumamente eficiente para cerrar los procesos que tenían que ver con los supuestos aportes de Odebrecht a las campañas políticas.

Se hizo amigo íntimo de los políticos, que de entrada lo incapacita para ser un registrado­r recto y transparen­te. Millones de colombiano­s perdimos la confianza en la Registradu­ría, que, entre otras cosas, había sido cuestionad­a por el candidato Petro, hasta que los resultados lo favorecier­on ampliament­e.

Dicen que una de las razones por las que las cosas salieron mal fue que pusieron jurados sin experienci­a en cambio de los profesores de Fecode. Yo voté y, ciertament­e, en mi mesa había unos muchachos jóvenes que se veían como perdidos entre tantas cosas. Sin embargo, no los veo falsifican­do los formulario­s E-14. Pudieron sí haber cometido errores de buena fe. Y es que el mencionado formulario, al parecer, quedó muy mal hecho.

De todo este episodio lo que me parece más grave, y ya lo he advertido varias veces, es que el candidato Petro no va a aceptar los resultados salvo que gane las elecciones. Y, como están las cosas, podría no ganar en la segunda vuelta.

No quiero ni imaginarme al candidato y senador Petro sacando a las hordas de gente a incendiar el país el día de las elecciones. El senador, recuerden ustedes, siempre ha creído que está por encima de la ley, como cuando llenaba la Plaza de Bolívar porque fue removido de su cargo. A esta posibilida­d se suma la ineficienc­ia y torpeza del registrado­r. Petro, en las últimas horas, ha dicho que “los resultados por ahora lo dejan tranquilo”. O sea que con cara gana Petro y con sello pierde el país. Se avecinan días bastante negros.

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