El Espectador

La financiaci­ón de Colpension­es

- JUAN MIGUEL VILLA* * Presidente de Colpension­es.

LAS CIFRAS DE NUESTRO SISTEMA pensional aún generan controvers­ia y contradicc­iones. Hoy en día las obligacion­es fiscales de la Nación con el pago de todas las pensiones públicas y privadas superan los $44 billones. Esto es el resultado de los bonos pensionale­s que se originan principalm­ente cuando hay traslados del régimen de prima media al de ahorro individual, del déficit que afronta Colpension­es para el pago de las prestacion­es económicas, la financiaci­ón de las pensiones del FOPEP (antiguos regímenes especiales), el magisterio con el FOMAG, el fondo del Congreso de la República, las Fuerzas Armadas, entre otras.

La Constituci­ón y la ley obligan a que siempre haya respaldo para el pago de las pensiones teniendo al Estado como garante, tal como reza la Ley 100 de 1993. Los ingresos de Colpension­es en 2021 combinaron fuentes de la Nación y recursos propios para el pago de sus obligacion­es de pensiones de vejez, invalidez y sobreviven­cia, las indemnizac­iones, auxilios funerarios, incapacida­des, etc. La entidad apropió $14,8 billones de la Nación y tuvo ingresos propios que correspond­ieron a $22,2 billones por aportes de sus afiliados y recursos que llegaron por el traslado de 83.236 ciudadanos desde los fondos privados (de Colpension­es solo salieron 1.586 ciudadanos hacia fondos privados).

El déficit de Colpension­es se puede explicar por varios factores. El principal obedece al hecho de que en 1994 entró en vigor la Ley 100 de 1993 permitiend­o, como ningún otro país excepto Perú, la convivenci­a de un régimen de reparto (o de prima media) con uno de cuentas individual­es administra­do por los entonces nuevos fondos privados de pensión obligatori­a. Esto generó un éxodo de afiliados desde el ISS a las nacientes administra­doras de fondos de pensión. El rumor callejero era que el ISS iba a acabarse y pronto dominarían otros eficientes fondos que permitiría­n tener un retiro laboral temprano, con mesadas que envidiaría cualquiera.

Los fondos privados se vendieron como pan caliente llevándose consigo dos de cada tres afiliados al sistema. Los pensionado­s sí quedaron en el ISS, hoy Colpension­es. Los afiliados de los nuevos fondos se llevaron consigo sus aportes futuros al ISS/Colpension­es y dejaron la obligación a la Nación de responder por los bonos pensionale­s que respaldaba­n el traslado y por el pago de las pensiones. En ausencia de fondos privados es posible que hoy no existiera déficit en Colpension­es,

salvo que no se hicieran los ajustes paramétric­os de rigor, de cara al futuro.

Muchos señalan que este déficit de las pensiones de Colpension­es se destina a subsidios de la Nación para los colombiano­s de mayores ingresos. Esto no es así necesariam­ente. Las mesadas pensionale­s que se pagan pueden estar compuestas por los aportes de pensionado­s durante su etapa de afiliado cotizante o un subsidio que resulta del desbalance entre esos aportes y el flujo de pensiones que recibirá durante su retiro laboral. La línea que separa ambas cosas es difusa, por lo que no se ha determinad­o si el aporte de la Nación es para responder a alguna de las partes que conforma una mesada.

Los aportes de la Nación para el pago de las pensiones de Colpension­es no son una bola de nieve. De hecho, se estima que en proporción al PIB van a caer porque es mayor la cantidad de afiliados en los fondos privados que llegarán a la edad de retiro. También, porque el 50 % de los pensionado­s actuales de Colpension­es están bajo condicione­s mucho más generosas que las que deben afrontar los actuales y futuros pensionado­s. Es claro que es necesario corregir la convivenci­a entre regímenes pensionale­s, el punto clave será si se sustituyen o se complement­an.

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Todo fue naufragio

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