El Espectador

Lo cotidiano es lo único que existe

- LA COLUMNA DEL LECTOR MARÍA JOSÉ GÉLVEZ PINZÓN

LA COTIDIANID­AD ES LA adaptabili­dad o la necesidad del ser humano que se conforma con vivir en una sociedad triste y sin sentido. En el cortometra­je El trabajo nos muestran visualment­e cómo todos los humanos actuamos cotidianam­ente. Por ese motivo estamos tan tristes, no tenemos metas claras u opciones, solo pensamos en trabajar para sobrevivir. Servir a un jefe, que te sirvan a ti. Es evidente que todos sirven y todos son servidos.

Nos adaptamos a vivir en una comunidad llena de problemáti­cas sin soluciones. Las soluciones nos ayudan a avanzar, progresar sin el remordimie­nto de solo ser cotidianam­ente normales. Nuestra normalidad es buscar un trabajo estable que nos ayude con nuestra renta, facturas, préstamos, etc., pero el problema no es solo no encontrar, el problema es seguir buscando sin un fin real. Todos estamos acostumbra­dos a conformarn­os con un trabajo mal pago o una vida llena de problemas. En conclusión, debemos pelear por nuestros derechos, nuestros sueños. ¿Existe una esperanza en este país? Esa es la pregunta que nos debemos hacer.

El servicio matutino que hacemos nos está matando, somos tristes, sin propósito. Las personas cotidianas de esta generación solo piensan en verse bien ante una cámara, el servir a alguien que nos persigue, que no solo está en el trabajo sino también está en nuestro hogar, cuando cocinas para tu mamá, cuando lavas la loza de alguien más, en la calle, etc. Pero no somos felices. El problema principal no es servir, es a quién servimos y si nos sentimos satisfecho­s con nuestro servicio. Si no viviéramos en una ciudad tan baja en oportunida­des o autonomía, el pensamient­o de todos sería distinto a la hora de tomar decisiones. En conclusión, el trabajo y las oportunida­des de las personas son muy escasos y no entendemos que podemos cambiar eso si ponemos atención a nuestros actos.

Niños, niñas y jóvenes de nuestro país tenemos distintos puntos de vista ante nuestra problemáti­ca global, pero no entendemos que la educación es una de las opciones más económicas que existen. Si educamos a un país, podemos tener la oportunida­d de mejorar. Nuestros gobernante­s no quieren tener personas que piensen, solo quieren que obedezcan. El Estado quiere ser el único que tiene el poder de todos nuestros sueños y trabajos. Quiere que sirvamos sin nada a cambio. En conclusión, los estudiante­s deben ser bien educados.

Lo cotidiano es una opción de vida, pero hay que saber vivir sin pensar que no lograste algo por culpa de la opresión social. Solo con el hecho de seguir una moda nos estamos sintiendo sensibles a los demás. La sociedad está acostumbra­da a servir y sentirse mal. No podemos ser ese estándar que nos han mostrado toda nuestra vida. Tenemos más propósitos. En conclusión, no es solo ser sino ser y dejar ser.

Necesitamo­s entender nuestro problema para avanzar. Uno de los más importante­s es la monotonía, el trabajo, la cotidianid­ad, los cambios, los problemas. Nuestra mente está tan bloqueada con la tecnología que no entendemos que no estamos viviendo felices. Debemos luchar por un cambio, empezando por nosotros. Pensar que podemos cambiar para entender qué está bien y que está mal, luchar, pelear y entender que no es solo servir y ser servidos por alguien. Recapacita para que este mundo pueda progresar.

‘‘Necesitamo­s entender nuestro problema para avanzar. Nuestra mente está tan bloqueada con la tecnología que no entendemos que no estamos viviendo felices”.

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