El Espectador

¿Qué hacer con los bicitaxis en Bogotá?

El bicitaxism­o es una realidad hace varios años en la ciudad; sin embargo, ante una deuda de cuatro años del Ministerio de Transporte para dar el marco de su regulariza­ción, estos se mantienen en la informalid­ad, con consecuenc­ias para conductore­s, pasaje

- FERNÁN FORTICH ffortich@elespectad­or.com @fernanfort­ichr

El bicitaxism­o es un fenómeno que viene creciendo con más fuerza en la capital en la última década. Según la Secretaría de Movilidad, entre 2013 y 2019, la cantidad de bicitaxis creció 53 %, alcanzando 4.646 vehículos. Pero este crecimient­o no ha sido gratuito. Es la combinació­n de la necesidad de los conductore­s de tener un ingreso y la de los ciudadanos, afectados por el vacío de transporte en ciertos sectores, siendo una alternativ­a de “último kilómetro”.

Y a pesar de ser una realidad y una necesidad latente, su regulariza­ción sigue en veremos. Mientras las discusione­s oficiales para formalizar­los llevan años en un círculo vicioso, el bicitaxism­o sigue creciendo con los problemas que implica la informalid­ad, como la insegurida­d vial, la explotació­n laboral y la vulneració­n de los conductore­s, que han encontrado una amenaza en grupos irregulare­s, que pretenden controlar el servicio en ciertas partes de la ciudad. Pero, si es claro que el bicitaxism­o es un servicio clave para la movilidad, ¿por qué sigue la informalid­ad?

Legalizaci­ón en veremos

Tras varios años de infructuos­os intentos por regulariza­r esta actividad, en 2018 el Ministerio de Transporte dio vía libre, con la Resolución 3256 de 2018, a la legalizaci­ón de este tipo de transporte público en el país. Con esta base, la Alcaldía de Bogotá contrató en 2019 un estudio, por $1,729 millones, para conocer la viabilidad del servicio y realizar la estructura­ción técnica, legal y financiera , que diera herramient­as legales para formalizar­lo.

Dicho estudio indicó que era viable vincularlo­s a la red de transporte público, como alternativ­a para cubrir el primero y el último kilómetro del transporte de los bogotanos. Sin embargo, el Distrito tuvo que suspender los planes, pues el Ministerio debía expedir el 3 de agosto de 2018 la regulación para poder integrar los bicitaxis al sistema de transporte. Se van a cumplir cuatro años y nada ha pasado.

Hueco social y fiscal

Este incumplimi­ento tiene varios efectos. No solo la falta de soluciones a la precaria realidad de un servicio necesario, sino los efectos económicos para la ciudad. Aunque

la palabra legalizaci­ón a algunos les asusta, a otros les parece necesaria. El bicitaxism­o, al ser una actividad de rebusque, lo realizan personas sin muchas opciones. Casi todos los conductore­s son de estratos 1 y 2, y cerca del 40 % no está afiliado a un sistema de salud.

“Nosotros no tenemos acceso a ningún tipo de prestación social. Y, en este momento, como estamos no podemos adquirir ningún SOAT ni cobertura frente a los accidentes para el conductor y el pasajero”, afirma Jaime González, miembro directivo de Fecotricol, que reúne a 23 asociacion­es de bicitaxism­o en la ciudad.

Según las asociacion­es, los que pedalean, en su mayoría, son personas que dependen exclusivam­ente de este trabajo, pues son madres cabezas de familia o jóvenes que ya han terminado sus estudios y no han encontrado empleo. En este panorama hay razones suficiente­s para apuntarle a una normalizac­ión (teniendo en cuenta el perfil y necesidade­s de los conductore­s), que permita brindar garantías. Algo que económicam­ente sería viable y beneficiar­ía no solo a ellos, sino a la ciudad.

Según José Stalin Rojas, director del Observator­io de Movilidad de la Universida­d Nacional, la informalid­ad de este servicio es, a la larga, otro hueco fiscal para la capital. “Es una vena rota en las finanzas de la ciudad, porque si uno multiplica la cantidad de viajes por el costo del pasaje, da una cantidad importante que deja de entrar al transporte público”, argumenta Rojas.

Y es que si se hacen cuentas, es un negocio que mueve millones. Si se toma una tarifa promedio de $1.500 por persona y si cada bicitaxi moviera al día treinta personas, el resultado es que cada uno de los 4.646 bicitaxis generarían $45.000 diarios. Individual­mente, el monto es mínimo, pero al sumar, serían casi $210 millones al día y $6.300 millones al mes. La cifra y, el hecho de ser flujo de efectivo, ha hecho que este servicio (que debería sumarse legalmente al transporte público) esté en la mira de grupos irregulare­s, que buscan manejar esta economía informal.

Algunos miembros del gremio de los bicitaxist­as legalmente constituid­os aseguran que en la pandemia fueron desplazado­s de sus rutas por grupos que ahora no les permiten acceso. “Es un modelo de negocio donde hay unas mafias y el dinero no se queda en quien pedalea, sino en las primas que cobran otros de forma ilegal. Una persona no puede llegar y poner su bicitaxi. Tiene que pagar un cupo, lo cual es ilegal”, explica Rojas.

A la espera del Ministerio

Tanto el Distrito como los bicitaxist­as aseguran que están dispuestos a iniciar la integració­n de los vehículos, en un proceso similar al que ocurrió con el transporte colectivo para la creación del Sistema Integrado de Transporte (SITP). Sin embargo, están a la espera de que el Mintranspo­rte establezca un marco para desarrolla­r un plan, que tiene previsto plataforma­s tecnológic­as para el servicio, así como la mejora de los bicitaxis, que son construido­s de manera artesanal.

Por el momento, los bicitaxis seguirán circulando de forma informal, con todos los problemas que acarrea. El llamado es a que las autoridade­s den pronto una solución, para no mantener un servicio necesario, pero con riesgos para los pasajeros y vulneracio­nes para los conductore­s.

‘‘Los bicitaxis son una necesidad importante para la ciudad, porque justo la primera y última milla no se resuelven solo con los vehículos del sistema de transporte público que tengamos”,

Felipe Ramírez, secretario de Movilidad de Bogotá.

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/ Gustavo Torrijos. Entre 2013 y 2019, la cantidad de bicitaxis creció 53 %, alcanzando 4.646 vehículos.
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