De la globalización al “nearshoring”
NO OBSTANTE QUE LA PANDEMIA le ha (y le sigue) propinado golpes casi mortales a la integración global del comercio, el puntillazo dando fin a la globalización moderna lo está dando Putin, con su insólita invasión a Ucrania. Como bien lo reseña un analista: “Si la caída del muro de Berlín supuso el final de los bloques y el comienzo de la era de la globalización, la guerra de Ucrania supone una recomposición del escenario geopolítico de la misma profundidad, pero en sentido inverso”.
En reciente entrevista en El Espectador, el profesor de la UN Diego Guevara afirma con mucha razón que más que el fin del orden mundial, lo que hoy ocurre se asemeja más bien a un fin de la hegemonía de ciertas monedas, lo que a su vez podría impulsar una evolución de la globalización. Para el profesor Guevara, muy seguramente va a haber una recomposición de la “canasta de monedas” en las que van a tener bastante más figuración el renminbi y el euro. Es más, podremos ver en un futuro no muy lejano algunas criptomonedas siendo parte de esta nueva “canasta”. Lo que este columnista tiene es casi la certeza de que el rublo no va a ser parte de las reservas mundiales, dado que la economía rusa, basada en la exportación de commodities con casi cero valor agregado, es de segundo nivel. A medida que los combustibles fósiles entren a la caneca de la historia, la economía rusa pasará a ser de tercer o cuarto nivel. Lo que se avecina a corto y mediano plazos son importantes cambios en el comercio internacional. Europa, como lo afirmaba el analista Casimiro García-Abadilo, ha perdido su ingenuidad con la invasión de Ucrania por Rusia. Ahora a Europa y al mundo les toca decidir su propio camino en un planeta que ya no volverá a ser igual. Putin, con una torpeza sin parangón, dejó en evidencia que sus exportaciones eran un “arma” económica. El mundo, que escuchó dicha amenaza con atención, se pregunta si ¿mañana será China la que imponga sanciones a todo el que se atreva a cuestionar una eventual invasión a Taiwán?
El término nearshoring se deriva de offshoring, el mecanismo por el cual una empresa transfiere sus procesos de negocio o de tecnología a terceros ubicados en destinos lejanos, con el fin de reducir costos. Para el autor de esta nota, no solo estamos ad portas del fin de la globalización, sino que tenemos que entrar a la era de nearshoring, en la que tanto los países como las multinacionales van a buscar proveedores no solo más cerca de sus mercados, sino bastante más confiables de lo que pueden ser países como Rusia, sus satélites y eventualmente China. Colombia puede estar en un escenario totalmente favorable para que empresas de EE. UU., Canadá y el Caribe adopten el nearshoring y se concentren en nuestro país. Es ese el gran desafío que va a enfrentar Fico, el próximo presidente.
Apostilla 1. El mundo no puede olvidar el genocidio de los rusos en Bucha. Necesita uno remontarse a los campos de concentración, en donde a las prisioneras de los nazis después de violarlas les rapaban la cabeza, para darse cuenta de la infinita crueldad de las tropas rusas.
Apostilla 2. Extraordinario el artículo de la exfiscal Viviane Morales en El Tiempo (abril 4/22). A Francia Márquez, discípula predilecta de la comunista estadounidense Angela Davis, habría que recordarle que ser comunista en un país demócrata es muy fácil. Lo que es peligroso es ser demócrata en un país comunista.
‘‘Lo
que es claro y contundente es que el presidente Iván Duque está participando en política. Y que así hizo al contarles a los medios por quién votó en la consulta presidencial”.