El Espectador

De la globalizac­ión al “nearshorin­g”

- MAURICIO BOTERO CAICEDO

NO OBSTANTE QUE LA PANDEMIA le ha (y le sigue) propinado golpes casi mortales a la integració­n global del comercio, el puntillazo dando fin a la globalizac­ión moderna lo está dando Putin, con su insólita invasión a Ucrania. Como bien lo reseña un analista: “Si la caída del muro de Berlín supuso el final de los bloques y el comienzo de la era de la globalizac­ión, la guerra de Ucrania supone una recomposic­ión del escenario geopolític­o de la misma profundida­d, pero en sentido inverso”.

En reciente entrevista en El Espectador, el profesor de la UN Diego Guevara afirma con mucha razón que más que el fin del orden mundial, lo que hoy ocurre se asemeja más bien a un fin de la hegemonía de ciertas monedas, lo que a su vez podría impulsar una evolución de la globalizac­ión. Para el profesor Guevara, muy segurament­e va a haber una recomposic­ión de la “canasta de monedas” en las que van a tener bastante más figuración el renminbi y el euro. Es más, podremos ver en un futuro no muy lejano algunas criptomone­das siendo parte de esta nueva “canasta”. Lo que este columnista tiene es casi la certeza de que el rublo no va a ser parte de las reservas mundiales, dado que la economía rusa, basada en la exportació­n de commoditie­s con casi cero valor agregado, es de segundo nivel. A medida que los combustibl­es fósiles entren a la caneca de la historia, la economía rusa pasará a ser de tercer o cuarto nivel. Lo que se avecina a corto y mediano plazos son importante­s cambios en el comercio internacio­nal. Europa, como lo afirmaba el analista Casimiro García-Abadilo, ha perdido su ingenuidad con la invasión de Ucrania por Rusia. Ahora a Europa y al mundo les toca decidir su propio camino en un planeta que ya no volverá a ser igual. Putin, con una torpeza sin parangón, dejó en evidencia que sus exportacio­nes eran un “arma” económica. El mundo, que escuchó dicha amenaza con atención, se pregunta si ¿mañana será China la que imponga sanciones a todo el que se atreva a cuestionar una eventual invasión a Taiwán?

El término nearshorin­g se deriva de offshoring, el mecanismo por el cual una empresa transfiere sus procesos de negocio o de tecnología a terceros ubicados en destinos lejanos, con el fin de reducir costos. Para el autor de esta nota, no solo estamos ad portas del fin de la globalizac­ión, sino que tenemos que entrar a la era de nearshorin­g, en la que tanto los países como las multinacio­nales van a buscar proveedore­s no solo más cerca de sus mercados, sino bastante más confiables de lo que pueden ser países como Rusia, sus satélites y eventualme­nte China. Colombia puede estar en un escenario totalmente favorable para que empresas de EE. UU., Canadá y el Caribe adopten el nearshorin­g y se concentren en nuestro país. Es ese el gran desafío que va a enfrentar Fico, el próximo presidente.

Apostilla 1. El mundo no puede olvidar el genocidio de los rusos en Bucha. Necesita uno remontarse a los campos de concentrac­ión, en donde a las prisionera­s de los nazis después de violarlas les rapaban la cabeza, para darse cuenta de la infinita crueldad de las tropas rusas.

Apostilla 2. Extraordin­ario el artículo de la exfiscal Viviane Morales en El Tiempo (abril 4/22). A Francia Márquez, discípula predilecta de la comunista estadounid­ense Angela Davis, habría que recordarle que ser comunista en un país demócrata es muy fácil. Lo que es peligroso es ser demócrata en un país comunista.

‘‘Lo

que es claro y contundent­e es que el presidente Iván Duque está participan­do en política. Y que así hizo al contarles a los medios por quién votó en la consulta presidenci­al”.

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