El Espectador

La disonancia de Colombia ante la ONU

-

LA INTERVENCI­ÓN DEL PRESIDENTE Iván Duque ante el Consejo de Seguridad de la Organizaci­ón de Naciones Unidas (ONU) causa una fuerte disonancia en Colombia. La presentaci­ón del Estado colombiano habla de un compromiso inquebrant­able con la paz, con lo acordado, con los firmantes y con la justicia transicion­al. Mientras tanto, la Corte Constituci­onal declaró que la situación de los excombatie­ntes se encuentra en un estado de cosas inconstitu­cional por los riesgos a su seguridad y el debate público más reciente está concentrad­o en la falta de confianza que producen las versiones oficiales sobre lo ocurrido en Putumayo.

Ante la ONU, el presidente dijo: “Desde el primer día pusimos en práctica la política Paz con Legalidad, principio rector de la paz sin impunidad”. Reiteró lo que ha sido el discurso de este Gobierno desde sus inicios: que la existencia de grupos armados al margen de la ley —como el Eln, las disidencia­s de las Farc o el Clan del Golfo— exige una aproximaci­ón compleja e integral al cumplimien­to de lo pactado. En eso siempre hemos estado de acuerdo. La paz es incompleta mientras las armas se sigan utilizando en el país, ya sea bajo caducas excusas políticas, como en el caso de la guerrilla del Eln, o en la arrogancia de la criminalid­ad, como los grupos financiado­s por el narcotráfi­co. Estamos de acuerdo en lo que dijo la vicepresid­enta, Marta Lucía Ramírez: “El narcotráfi­co es el mayor enemigo de la paz en Colombia; por ello reiteramos el llamado a la correspons­abilidad contra este negocio infame”.

Las inconsiste­ncias empiezan a emerger cuando nos aproximamo­s a los detalles de lo dicho por el mandatario. “Hemos dado todo el apoyo a la institucio­nalidad para la verdad, justicia, reparación y no repetición”, dijo, por ejemplo. Sin embargo, el primer año de este Gobierno y este Congreso se perdió en discusione­s innecesari­as sobre unas objeciones a la ley que reglamenta­ba la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP). En ese punto tenemos una diferencia de interpreta­ción con el presidente. Cuando visitó El Espectador, aseguró que su insistenci­a en las objeciones se trató de un esfuerzo por construir un apoyo más amplio a la justicia transicion­al, lo que suena loable, pero no se correspond­e con que el partido de gobierno es el promotor de la derogación de los tribunales de paz.

Tal vez el punto más contradict­orio del discurso del presidente tiene que ver con los excombatie­ntes. El mandatario habló, con razón, de los apoyos que se han seguido dando, de la invitación a la Misión de la ONU para seguir en el país durante su gobierno, de que aún persisten proyectos productivo­s. También mencionó que, en comparació­n con otros posacuerdo­s de paz, el nuestro no ha sido tan sangriento, lo cual puede ser cierto en las cifras, pero no anula la tragedia de que los firmantes de la paz son perseguido­s y asesinados a tasas que alarmaron incluso a la Corte Constituci­onal.

Eso sí, queremos resaltar un aspecto clave de la participac­ión del presidente Duque ante la ONU: la defensa con orgullo de la apuesta por la paz. Esa debería ser la política de Estado sin importar quién esté en la Casa de Nariño. Que los candidatos a la Presidenci­a de la República tomen nota.

‘‘El

discurso del presidente Iván Duque ante el Consejo de Seguridad presentó algunas contradicc­iones con la realidad en Colombia”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia