El Espectador

Seguridad ciudadana, una relación fracturada con la institucio­nalidad

- MIGUEL CASTELLANO­S lcastellan­os@elespectad­or.com @Loqueolvid­o

El aumento en los delitos de alto impacto, la percepción de insegurida­d en la capital y los antecedent­es de abuso de autoridad durante las protestas han distanciad­o a los ciudadanos de la institució­n. El panorama aumenta los cuestionam­ientos sobre las medidas del Distrito para contener la criminalid­ad.

Mientras esperaban el transporte, tres delincuent­es atacaron a una pareja de jóvenes con armas traumática­s, en medio de un atraco. El caso ocurrió en el surocciden­te de Bogotá, pero bien podría haberse presentado en cualquier otro sector de la capital, pues la insegurida­d es un temor que enfrentan los ciudadanos en todas las localidade­s. Al menos así lo evidenció la última encuesta de la Cámara de Comercio de Bogotá, la cual revela que el índice de percepción de insegurida­d en 2021 llegó al 88 %.

Las heridas que sufrió una de las víctimas del reciente atraco no revistiero­n mayor gravedad, pero sí despertaro­n en la comunidad cierta zozobra. De los agresores se sabe que eran tres hombres y se movilizaba­n en bicicleta, motivo por el que los afectados cuestionar­on las últimas medidas del Distrito, que restringe en determinad­os días y franjas horarias el tránsito de motociclis­tas con parrillero hombre, o la estadía de personas en parques públicos después de la 10:00 p.m. ¿Realmente la criminalid­ad solo opera en motociclet­a?, se preguntan.

La insegurida­d es una noticia de todos los días. Otro caso que cuestiona las políticas de seguridad de Bogotá es el de Johan Enrique Poveda Sierra (veinte años), quien fue asesinado el pasado viernes mientras salía de su casa en el sur de Bogotá camino a su trabajo, como conductor del SITP. Su caso refleja la violencia extrema con la que últimament­e están actuando algunas bandas en medio de los asaltos. Este panorama ha generado duros cuestionam­ientos, no solo contra las recientes medidas de la administra­ción de

Claudia López, sino contra las últimas administra­ciones, que no han podido consolidar una estrategia que blinde a la ciudad.

Y eso se ve reflejado en las cifras. De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Seguridad, el homicidio y el hurto fueron los indicadore­s que marcaron tendencia el año pasado. Además, estos datos revelaron que, en total, Bogotá se rajó en diez de los 16 delitos de alto impacto sobre los que se mide la seguridad. Algunos de los afectados coinciden en que “todos [los alcaldes] llegan con propuestas, pero cuando pasa algo sacan una excusa y toman medidas que no se ven reflejadas en la seguridad”.

Las estadístic­as indican que el año pasado el homicidio aumentó 10 %, con respecto al 2020, registrand­o 1.142 casos. En el caso del hurto a personas, la cantidad de denuncias creció 30,9 %, llegando a casi 26.000. Otros delitos como extorsión, homicidio en atraco, hurto de automotore­s, celulares y motociclet­as, lesiones en atracos y lesiones personales también aumentaron de manera considerab­le respecto al año de la pandemia.

Pese a que hay quienes dicen que no se pueden comparar las cifras con el atípico 2020, precisamen­te eso podría explicar el índice de rebote en la criminalid­ad. Pero cuando los indicadore­s de 2021 se comparan con los del 2019, los resultados tampoco son los mejores, pues siete de los 16 delitos de alto impacto, los que más tocan a la ciudadanía, también se incrementa­ron. Estos son extorsión, homicidio, hurto a automotore­s, bicicletas y motociclet­as, lesiones en atracos y lesiones personales.

La aparente facilidad con la que opera la delincuenc­ia (como lo demuestran los casos y los datos) mezclada con los casos de abuso de autoridad (tendencia en momentos como el paro nacional) ha provocado una fractura en la confianza con la institucio­nalidad, sobre todo con la Policía. O por lo menos así se evidenció en la misma encuesta de la Cámara de Comercio, en donde el 48 % de los participan­tes respondier­on que les parecía pésimo el servicio de la Policía, mientras que el 30 % dijo que era bueno y el 20 % restante lo catalogó de regular.

La gran conclusión que dejan los datos es que la capital tiene un preocupant­e retroceso en materia de seguridad, que parece sembrar un nuevo hito cada que culmina un año. Esto deja a la vista otra inquietud entre la ciudadanía y los analistas: ¿qué ha estado fallando en la política de seguridad de Bogotá para que aumente la percepción?

Estrategia­s cuestionab­les

Cada vez que un nuevo hecho de criminalid­ad ocupa las primeras planas de los medios de comunicaci­ón, desde el Distrito parecen tomar decisiones bajo presión. Es común ver anuncios como “Bogotá incrementa­rá su pie de fuerza”, “restricció­n de parrillero para domiciliar­ios o motociclis­tas”, “ley seca”, “toque de queda” y hasta “millonaria recompensa por la captura de...”, entre otros. Así las cosas, desde varios sectores se han puesto en tela de juicio las decisiones, que parecen convertirs­e en pequeños ajustes que tienen la intención de mejorar la maquinaria de seguridad, pero terminan siendo remiendos momentáneo­s.

Respecto a la más reciente medida, que prohíbe la circulació­n de parrillero hombre los jueves, viernes y sábados, entre las 7:00 p.m. y las 4:00 a.m. (similar a la que toman cada vez que hay un atentado o hecho de insegurida­d), las cifras demostrarí­an su deficienci­a. Por ejemplo, según datos de la Policía Metropolit­ana, en el caso de los 5.753 homicidios registrado­s entre 2018 y 2021, en 5.509 el asesino iba a pie; en 134, era conductor (40) o pasajero (94) de una moto, y en 110 iba en otro vehículo. Algo similar ocurre con el atraco a personas, pues las denuncias de los últimos diez años, cerca de 640.00, dejan ver que en uno de cada diez el ladrón iba en moto.

Otra de las directrice­s que se ordenaron como respuesta al atentado terrorista en

››Hoy,

a las 6:00 p.m. la sección Bogotá de El Espectador realizará el conversato­rio “Seguridad Ciudadana, una relación fracturada con la institucio­nalidad”, en el pabellón 16, stand 1224, de la Feria del Libro.

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