El Espectador

Protección a líderes sociales: un asunto que estudia la Corte

El alto tribunal analiza nueve acciones de tutela en las que se pide dar cumpliment­o al Acuerdo de Paz, para que se proteja la vida e integridad de los defensores de derechos humanos, en un país en donde solo aumenta la cifra de homicidios.

- FERNANDA TORRES TOVAR ltorres@elespectad­or.com @FERNANDATO­RREST

Una cuenta pendiente que tiene el Estado llegó a la Corte Constituci­onal. Se trata de la violencia contra los defensores de derechos humanos, que se convirtió en una constante que ningún gobierno ha logrado atajar. El alto tribunal escuchó, en audiencia pública, a líderes sociales, como evidencia irrefutabl­e de la falta de protección del Estado, y a entidades gubernamen­tales, por otro lado, defendiend­o su labor. Los argumentos que se escucharon en la diligencia podrían abrir la puerta a que la Corte declare un estado de cosas inconstitu­cional (ECI), que no es otra cosa que reconocer que existe una violación masiva a los derechos humanos de los líderes sociales.

La Corte tiene la tarea de analizar nueve acciones de tutelas que reposan en el despacho del magistrado José Fernando Reyes Cuartas, en las que piden la creación de una política pública que defienda los derechos humanos y a quienes hacen el trabajo de protegerlo­s. También piden que se dé cumplimien­to a las normas que están vigentes y que permiten esa protección no solo en territorio rural, sino urbano. En el escritorio del jurista hay evidencia de que, en el primer trimestre del año, 52 defensores fueron asesinados y que Cauca, Putumayo, Nariño, Arauca y Norte de Santander son los departamen­tos con más índices de violencia. Los accionante­s, entre ellos Franklin Castañeda, quien defiende los intereses de tres organizaci­ones de derechos humanos, y Fabián Doncel Laverde, un líder innato desde hace 25 años, confían en que los argumentos expuestos este jueves sirvan para que no solo el actual Gobierno, sino los venideros, protejan “el derecho de defender los derechos”. A su juicio, todo debe empezar por el cumplimien­to del Acuerdo de Paz, pues allí está consignada la creación de la Mesa de Garantías y el llamado a las institucio­nes gubernamen­tales a esclarecer los homicidios de líderes sociales, así como al desmantela­miento de las estructura­s ilegales que terminan siendo sus victimario­s.

Para Castañeda, el incumplimi­ento del Gobierno radica en la falta de intención, liderazgo y disposició­n de recursos para establecer una hoja de ruta para proteger a líderes sociales en zonas apartadas del país, donde persiste la violencia. Ese compromiso, que salió del Acuerdo de Paz con las Farc, a juicio de Castañeda, ha sido uno de los puntos con más incumplimi­entos. “Acá no se les incumple a las Farc. Acá se les está incumplien­do a estas personas defensoras de derechos humanos que terminan siendo asesinados en su territorio­s”, le dijo el defensor a este diario. Y añadió que el llamado puntual al Gobierno es promover la política para desmantela­r estructura­s ilegales y proteger a las mujeres líderes.

Por su parte, el defensor Fabián Doncel, quien fue desplazado del municipio de Palocabild­o (Tolima) y terminó protegiend­o derechos humanos de organizaci­ones en Casanare, es claro que hace falta una política de protección diferencia­l. Se refiere a un mecanismo que tenga en cuenta que los líderes campesinos, que son atacados en sus territorio­s, no tienen los mismos niveles de riesgo que quienes están en ciudades. Para el vocero nacional de la Cumbre Agraria, un carro blindado y un chaleco de seguridad no solo no son símbolos de protección, sino que no se ajustan a su cotidianid­ad. Además, Doncel señala que la Corte debe proteger el derecho a defender los derechos.

Las nueve acciones de tutela que llevaron a esta audiencia pública también piden que la Corte le ordene al Gobierno que cumpla las normas que ya existen para la defensa de los derechos humanos. Para Castañeda y Doncel, no es necesario la creación de nuevas reglas que permitan llegar a ese fin, sino, por el contrario, darle cumplimien­to al Acuerdo de Paz, que plasmó una hoja de ruta para que los líderes sociales gocen de sus derechos y puedan apostarle a una protección para su territorio, su comunidad y su ancestrali­dad. Además de sus peticiones, la Corte estudia una tutela de Dejusticia.

En contraste a las intervenci­ones de los demandante­s, la Corte escuchó también los pronunciam­ientos de entidades del Gobierno que dicen estar cumpliendo con su plan en materia de seguridad. La Unidad Nacional de Protección (UNP) señaló que alrededor de 7.324 personas son beneficiar­ias de esquema de protección en todo el país, de los cuales 3.652 son líderes sociales.

Aunque las acciones de tutela han tenido su trámite en primera y segunda instancias, de las que han salido bien librados, la Corte ahora tiene la tarea de analizar si, en efecto, existe una vulneració­n masiva de derechos a los líderes sociales. Aunque el expediente se ha movido desde 2019, los líderes sociales y quienes acompañan sus peticiones confían en que se dé una decisión pronto, porque los hostigamie­ntos y asesinatos no dan tregua.

››Entre 2012 y 2021 se registraro­n 867 homicidios de defensores. El aumento de casos ha sido progresivo: al pasar de 61 homicidios en 2016 a 84 en 2017 y a 115 en 2018.

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/ AP Miembros de la comunidad indígena asisten al entierro de Sandra Peña Chocué, gobernador­a indígena asesinada el año pasado Caldono (Cauca).
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