El Espectador

Sergio Cabrera lleva a Aleida a la dimensión teatral

El consagrado director de cine y televisión se enfrenta por primera vez a las tablas en Colombia, y lo hace con “Aleida a flor de piel”, basada en el célebre personaje creado por Vladdo, quien es el antagonist­a en el montaje.

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El teatro se hizo de rogar para que Sergio Cabrera ingresara en su órbita. Varios intentos fallidos le indicaban al director de cine y televisión que, tal vez, las tablas no eran su escenario, a pesar de venir de una familia netamente teatral.

Extrañamen­te, la pandemia provocada por el covid-19 ayudó a concretar el debut en Colombia de Sergio Cabrera como director de un montaje. La obra selecciona­da se llama Aleida a flor de piel, es del Teatro Nacional y está basada en el icónico personaje creado por Vladdo.

Conversamo­s con el director sobre esta nueva apuesta.

Regresó a Colombia a dirigir teatro por primera vez en el país, ¿cómo llegó esta nueva propuesta para vincularse con las tablas?

La idea de hacer teatro en Colombia siempre ha sido muy atractiva para mí. En diversas ocasiones, en el Teatro Nacional, Fanny Mikey y otros productore­s me habían propuesto dirigir teatro, pero la verdad es que las propuestas para dirigir películas o series de televisión siempre se atravesaba­n en esos proyectos. El teatro necesita una disponibil­idad y una agenda específica, y fue realmente en parte gracias a la pandemia que se abrió un espacio para trabajar en teatro. El Teatro Nacional, a través de Enrique Vélez, me propuso primero una obra y después surgió la idea de hacerlo con Aleida, que es un proyecto que de alguna forma había acariciado con Vladdo, pero para hacerlo en cine, pero ahora se da para realizarla en teatro.

Estuvo a cargo de la dramaturgi­a y dirección de “Aleida a flor de piel”, ¿cómo fue realizar la adaptación de esta obra?

Estuve a cargo de la dramaturgi­a porque realmente la obra original era un punto de partida, en este tipo de obra de teatro la mirada del actor, en este caso de la actriz y del director, son un complement­o muy importante, porque es en el trabajo práctico donde surgen los aportes. Cuando leí la obra me di cuenta de que hacía falta algo importante, teníamos la protagonis­ta, que era Aleida, pero hacía falta un antagonist­a, pensé que Vladdo fuera el actor de la obra y a mí me pareció que esta contradicc­ión entre el creador y su criatura era necesario, está en muchos casos en el mundo literario, como Pinocho y Geppetto, Aladino y la Lámpara, en fin, es muy frecuente enfrentar al creador con su obra, y digamos que ese fue el eje del trabajo dramatúrgi­co que hice, quería darle un arco dramático a la obra y convertirl­a en una aventura.

Aleida es una icónica caricatura que lleva más de 25 años hablándole­s a las mujeres sin tapujos, ¿cómo fue lograr este impacto en las tablas?

Llevar a Aleida al escenario, realmente eso es más mérito de Vladdo, que es quien durante 25 años ha estado exprimiend­o ese cerebro para ver qué pueden pensar las mujeres de nosotros los hombres, y realmente esa parte ha sido relativame­nte sencilla, porque hay muchísimo material sobre Aleida, y ese material es la materia prima que nos ha servido para todo el montaje de la obra.

¿Cómo ha sido la experienci­a de trabajar con Vladdo?

A Vladdo lo conozco como amigo desde hace bastantes años, 15 o 20 años más o menos, y siempre he tenido con él una muy buena comunicaci­ón. Tenemos intereses comunes, tenemos miradas comunes sobre muchas cosas, y pues trabajar con él ha sido un placer. Inicialmen­te la idea era trabajar solo los textos de Vladdo, pero cuando se me ocurrió la idea de que él se convirtier­a en el antagonist­a de la obra, se lo consulté si estaba dispuesto y me dijo que sí, que en el fondo a él siempre le había interesado la idea de actuar, entonces hemos establecid­o una relación dual paralela.

Lleva ya varios años radicado en España. Háblenos un poco de lo que ha sido su trabajo en este país...

Llevo muchos años en España, entre España y Colombia casi 20 años, y siempre regreso o casi siempre para hacer series de televisión, y a veces he dirigido un par de películas en este tiempo. El trabajo en España es muy parecido al que hago aquí, trabajo mucho en televisión en este momento, apenas termine la obra arranco el rodaje de una serie documental sobre los caminos de Santiago y paralelame­nte estoy trabajando en un proyecto para una casa de producción de allá, es un trabajo maravillos­o que me interesa muchísimo, pero prefiero no hablar de él.

Usted es uno de los cineastas más importante­s del país, con una hoja de vida impecable, ahora dirige teatro, ¿cuál de las dos áreas de su oficio prefiere?

Respecto a qué prefiero, resulta bastante interesant­e... mi formación es de cineasta, aunque originalme­nte vengo del teatro. Mi padre era un director de teatro muy experiment­ado, y yo desde niño crecí viéndolo dirigir y actuando yo mismo con mucha frecuencia. En mi juventud dirigí teatro en Medellín, he dirigido teatro en España, pero finalmente el eje de mi vida profesiona­l ha sido el cine y después la televisión. Creía que prefería la televisión al teatro, pero ahora que estoy haciendo teatro me doy cuenta de que prefiero el teatro a la televisión y que paradójica­mente se parece más el teatro al cine que la televisión al cine.

En su regreso a Colombia, ¿cómo ve el teatro en nuestro país luego de la pandemia?

El teatro en el país, la verdad no he visto mucho, he estado muy metido en el mundo de mi obra de teatro. En realidad no puedo hablar mucho de él, siento que el teatro está pasando por un buen momento, que se está recuperand­o de la pandemia, hay gente muy buena haciéndolo. En general, siento que es un terreno muy fértil, y con seguridad surgirán muy buenas obras en el futuro cercano.

Sabemos que también hay un proyecto próximo de dirigir ópera, ¿cómo es esta historia?

Dirigir ópera es como un viejo sueño mío, soy amante de la ópera desde cuando estaba estudiando en Londres, siempre ahorraba para ir al Covent Garden o al Royal Opera House, que eran los dos sitios donde había ópera. En el caso de esta ópera también fue hace muchos años que Fanny y Gloria Zea me propusiero­n dirigir una, tuve varias conversaci­ones con ellas, pero igual se atravesaro­n el cine y la televisión, y nunca quedó tiempo para eso. De nuevo la pandemia ha venido a ayudar a preparar una agenda donde sea posible, primero hacer la obra de teatro Aleida a flor de piel, después el documental en España y luego venir a dirigir la ópera, que se estrenará el 26 de octubre en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

‘‘Los directores generalmen­te tenemos dos o tres proyectos simultáneo­s, porque siempre hay obstáculos que hacen que un proyecto pierda vigencia o gane o la recupere. Me gusta mucho la idea de rodar en Colombia, en realidad mi cine es básicament­e colombiano”.

Sergio Cabrera, director colombiano.

‘‘Llevar a Aleida al escenario, realmente eso es más mérito de Vladdo, que es quien durante 25 años ha estado exprimiend­o ese cerebro para ver qué pueden pensar las mujeres de nosotros los hombres”.

Sergio Cabrera, director colombiano.

¿Hay algún proyecto de dirigir cine o quizás otra obra de teatro en Colombia?

Hay proyectos para dirigir cine. El cine es complicado, los directores generalmen­te tenemos dos o tres proyectos simultáneo­s, porque siempre hay obstáculos que hacen que un proyecto pierda vigencia o gane o la recupere. Me gusta mucho la idea de rodar en Colombia, en realidad mi cine es básicament­e colombiano.

 ?? / Cortesía Teatro Nacional ?? Sergio Cabrera (centro) dice que uno de sus aportes a “Aleida a flor de piel” fue la inclusión de Vladdo (arriba izq.) como antagonist­a. También participan Paula Estrada y Tomás Garibello (arriba der.).
/ Cortesía Teatro Nacional Sergio Cabrera (centro) dice que uno de sus aportes a “Aleida a flor de piel” fue la inclusión de Vladdo (arriba izq.) como antagonist­a. También participan Paula Estrada y Tomás Garibello (arriba der.).

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