“Nosotros no nos hemos acercado a la derecha del expresidente Uribe”
Esparza, fórmula vicepresidencial de Íngrid Betancourt, expresó que el próximo gobierno debe pensar en un militar como ministro de Defensa. Dice que su aspiración política, luego de ser expulsado del Ejército, es una “reivindicación de su nombre”.
¿Qué diferencias encuentra entre la labor militar que realizó tantos años y la política?
Entrar a la política es una oportunidad de poder centrarme en la lucha anticorrupción que, en mi carrera como militar, combatía desde la guerra. El Partido Verde Oxígeno es de centro-izquierda, y yo estoy un poco más hacia la derecha, pues vengo de una institución bastante conservadora, pero estar acá es una oportunidad para seguir haciendo algo por el país. Se puede en un partido que a uno le guste.
Como exmilitar, ¿cuál es su postura frente a las declaraciones del general Zapateiro, se equivocó?
Si bien la Constitución plantea la importancia de la no deliberancia de la fuerza militar, pienso que los extremos políticos interfieren mucho, algo que no le es conveniente a la institución militar. La polarización de las campañas no le hace bien a la Fuerza Pública. Ha habido nueve conflictos internos desde 1854, y hoy uno, luego del Acuerdo reciente. Se nota que las campañas no cuentan con buenas asesorías y propuestas al respecto. Esto se ve con lo dicho por Gustavo Petro, que generaliza a toda una Fuerza Pública. Sus comentarios han generado descontento entre la reserva y, muy seguramente, entre quienes están en actividad. Sobre el largo tuit del comandante del Ejército, será la Procuraduría la que en derecho debe dirimir si él
violó los artículos 217 y 219.
¿Qué piensa de la operación cometida en Alto Remanso, Putumayo?
Muestra la necesidad de una investigación judicial capaz de actuar en cada rincón del país con inmediatez, acompañando a la Fuerza Pública en sus actuaciones sin excusas. Los recursos de la justicia deben enfocarse en ello.
Hay dudas sobre si hubo intenciones de cometer ejecuciones extrajudiciales por parte del Ejército…
La JEP ha determinado que se cometieron crímenes años atrás. Para mí no hay una política sistemática, pero sí errores en todos los niveles en el tema de ejecuciones extrajudiciales, algo que tuvo un efecto desfavorable en la institución y que ha llevado a que en el interior se genere temor a la hora de actuar. Lo viví porque salí de la institución en septiembre: este temor genera inoperancia. Por todo esto, no me atrevería a decir que en este caso los uniformados quieren cometer un crimen de ejecuciones extrajudiciales. Creo que la Fuerza Pública debe mejorar sus comunicaciones estratégicas.
¿Cómo califica el rumbo que el ministro Molano y los anteriores le han dado al Ministerio de Defensa?
Somos un país en conflicto. En los países con este contexto, generalmente los ministerios de Defensa están en manos de jefes de las fuerzas militares. En Colombia, dimos una transición valiosa a que su ministro fuera un civil, sin embargo, seguimos siendo una nación en conflicto. Esto muestra que, necesariamente, la figura ministerial debe tener a una persona que haya vivido el conflicto, sea miembro de las fuerzas militares o miembro de la Policía. El país no puede seguir ensayando con personas que no hayan tenido que ver en ese camino, pero obviamente centrados en el respeto por los derechos humanos y el DIH. Un gobierno próximo tiene que pensar en la figura de un militar para el Ministerio de Defensa.
¿Qué responde a las acusaciones anónimas que lo relacionaron con supuestas alianzas con el Eln?
Esto empieza porque cuando soy adjunto de defensa en Bélgica ante la OTAN, un cargo importante para el país, porque son naciones socias. En ese momento estaba estudiando para ascender a general. De un momento a otro, llegan esos anónimas donde me señalan que mi papá posiblemente es un sindicalista cercano al Eln, de la USO. Eso es imposible porque para estar en la USO hay que trabajar en Ecopetrol y mi papá no labora allá. Cuando se dan esos señalamientos anónimos, yo estoy en el noveno mes para ascender a general, y me dicen que me retire. Es una cosa muy atípica. Mi candidatura a la Vicepresidencia es una forma de reivindicar mi nombre.
¿El Ejército o el Gobierno le han dado respuestas sobre el porqué de esa decisión?
Le solicité al Gobierno que me dijera qué fue lo que pasó, pero me dan respuestas evasivas, pues esto termina siendo un tema administrativo. Las circunstancias de mi salida no son claras.
¿Cómo ve la situación de seguridad del país actualmente?
La situación del país no es la misma del pasado. Lo que se requiere, lo hemos propuesto, son niveles mucho más altos de inteligencia y de trabajo de la policía judicial.
¿Qué opina del acercamiento de Íngrid Betancourt al uribismo?
Su posición política de centro es clara: ella ha propuesto un gran pacto nacional contra la corrupción. Eso no significó que hubiera un acercamiento, simplemente fue la expresión de que está dispuesta a hablar, reunión que no ha pasado, pero esa misma conversación ella la quiere plantear con otros sectores. Aquí nosotros no nos hemos acercado a la derecha del expresidente Uribe.
Con las palabras de Murillo, ¿cambió en algo la perspectiva sobre la existencia del racismo en las fuerzas militares?
En Colombia no solo ha habido racismo, sino también clasismo. Colombia ha evolucionado en estos temas, de forma paralela a como lo ha hecho el mundo. El país poco a poco va adoptando estándares en relación con el feminismo, antirracismo y discute la antidiscriminación. Lo que le dije a Murillo en ese debate es que este tema se ha convertido en una forma de generar polémica.