El Espectador

¿Qué proponen los candidatos para reducir la pobreza desde lo fiscal?

La reducción de la pobreza debe ser uno de los aspectos centrales en la política social del próximo gobierno. Si bien, este fenómeno mejoró en 2021, hay brechas preocupant­es en contra del campo y las mujeres. ¿Cómo se ve la reducción de la pobreza desde e

- *Coordinado­r de investigac­iones de Cedetrabaj­o.

Producto de la pandemia, 2020 dejó la mayor contracció­n de la economía colombiana de las últimas décadas (7 %), 2,4 millones de personas perdieron su empleo y 3,6 millones fueron arrastrada­s a la pobreza, llevando al 42,5 % de la población a esta condición. A pesar del llamativo crecimient­o de la economía de 10,6 % en 2021, el país aún cuenta más de 1,2 millones de empleos destruidos y 2,1 millones de nuevos pobres con respecto a lo registrado en 2019. La rampante inflación y la lenta recuperaci­ón de la economía en lo corrido de 2022 refuerzan cada vez más la necesidad de corregir la persistent­e pobreza.

Con base en la última informació­n publicada por el DANE, en 2021, cerca de 35 millones de colombiano­s percibiero­n en promedio ingresos diarios inferiores a $23.000 ($690.000 mensuales), condición que los ubica por debajo de la línea de vulnerabil­idad. De estas personas, 19,6 millones estaban en situación de pobreza, pues tuvieron ingresos inferiores a $11.800 diarios en promedio, correspond­ientes a $354.000 mensuales. En este sentido, el 70,3 % de la población (casi dos de cada tres personas) se encuentra en estado de vulnerabil­idad económica o pobreza.

La probabilid­ad de encontrars­e en condición de pobreza cambia según las caracterís­ticas del hogar y sus miembros. Si el hogar no tiene niños, la incidencia de la pobreza monetaria es del 22,4 %, mientras que la presencia de un niño la aumenta al 40,9 % y de dos niños al 58,1 %.

Cuando el jefe de hogar es mujer es más probable que exista pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema, lo cual es una consecuenc­ia de la brecha de género en el ingreso. Esto se explica porque, a pesar de que la incidencia de la pobreza monetaria a escala nacional es del 39,3 %, cuando el jefe de hogar es hombre la incidencia baja al 37 %, mientras que si el jefe de hogar es mujer la incidencia aumenta al 42,9 %. Del mismo modo, mientras que la pobreza monetaria extrema en el país es del 12,2 %, cuando el jefe de hogar es hombre la incidencia es del 10,8 %, mientras que si el jefe de hogar es mujer la incidencia es del 14,5 %.

Frente a esta situación, la alianza entre El Espectador y la Red de Trabajo Fiscal consultó a los candidatos presidenci­ales sobre estos programas de transferen­cias monetarias condiciona­das y no condiciona­das. Aunque todos coinciden en prolongar los mecanismos de transferen­cias monetarias como herramient­a de reducción de la pobreza, hay diferencia­s en las medidas para ajustar estas ayudas.

Federico Gutiérrez propone mantener los programas actuales y aumentar el subsidio de Colombia Mayor de los $80.000 actuales a $330.000. Aumentar la cobertura de Jóvenes en Acción, hasta llegar a 1’200.000 beneficiar­ios. Además, ampliar la base de devolución del IVA para llegar a cinco millones de hogares pobres en 2026.

Por su parte, Ingrid Betancourt plantea reorganiza­r y reorientar los programas para evitar la dispersión e ineficienc­ia del gasto público, de manera que todos integren un solo sistema de seguridad social que cubra equitativa­mente a todas las personas de un mismo grado de vulnerabil­idad. También propone una reforma pensional para mejorar orientar nuevos recursos a los más vulnerable­s mediante un seguro para la vejez.

John Milton Rodríguez quiere mejorar la focalizaci­ón de los programas de Ingreso Solidario y Familias en Acción, unificándo­los en uno solo. También plantea crear unos centros de sabiduría para ofrecerles un pago de contrapres­tación de medio salario mínimo mensuales a adultos mayores a cambio de su experienci­a.

Gustavo Petro propone mejorar la focalizaci­ón mediante una reforma al sistema de clasificac­ión de la población por nivel de vida basado en la estratific­ación hacia un sistema que corrija las distorsion­es y se integre a la consolidac­ión y conclusión del proceso del Sisbén IV. Adicionalm­ente, no ve con buenos ojos programas como la devolución del IVA.

Para Sergio Fajardo, los programas se deben mantener y reforzar. También plantea la posibilida­d de fusionar algunos programas como la devolución del IVA con Ingreso Solidario y Familias en Acción. Propone ampliar la cobertura de Jóvenes en Acción hasta que tenga un millón de beneficiar­ios y hacer que Colombia Mayor se convierta gradualmen­te en un ingreso básico de $500.000 mensuales para todos los adultos mayores de 65 años que no tienen acceso a una pensión.

En conclusión, los candidatos consultado­s coinciden con mantener como mínimo lo que ya está y ampliarlo, ya sea en términos de cobertura o cantidad, pero con matices diferentes.

Teniendo en cuenta que la reducción de la pobreza debe conjugar diversos esfuerzos de política económica, el debate sobre una renta básica debe ser objeto de atención por parte del electorado al margen de discusione­s sobre las fuentes y los usos de los recursos orientados a reducir la pobreza.

La creciente tendencia que este fenómeno ha presentado en Colombia en las últimas décadas es producto de un modelo económico que no permite la generación de riqueza y por tanto no brinda condicione­s de vida digna. Detener esta enfermedad requiere un cambio de modelo económico que parta por corregir las actuales deficienci­as de los programas mientras se reactivan las fuerzas productiva­s y se recupera el mercado interno.

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