No tiene presentación
SIN DARNOS CUENTA, CONSTRUIMOS nuestra reputación, esa que asombra a turistas y extraños, quienes no entienden cómo es que sobrevivimos y por qué es que celebramos. Son rasgos que no tienen presentación pero que terminamos por aceptar.
No tiene presentación, por ejemplo, que las bicicletas se hayan tomado los carriles de autos y las motos deambulen por las ciclovías.
Como no la tiene que no nos reciban en el parqueadero donde quedan pocos espacios porque se quedan sin estacionamientos.
Tampoco tienen presentación las colombianadas más renovadas, como creer que han quedado prohibidos los tapabocas, en vez de entender que ya no son una exigencia en espacios públicos.
Algunas de esas tienen origen popular, como culpar al docente por el bajo rendimiento académico, pero las asimilan políticos desesperados y venidos a menos para señalar al juez que hace cumplir la ley.
No tiene ninguna presentación que el fundador de una polémica encuestadora, experta en favorecer al presidente, sea funcionario, allegado, asesor de imagen, señalado de promover una suerte de granja duquista y que, oh, sorpresa, esa encuestadora ofrezca resultados favorables al señalado sucesor de Duque, según dijo Uribe.
Es tan impresentable como el devaluado show de expresidentes que perdieron la noción del tiempo, creyendo que manipulan masas para favorecer a clientelas y amigos.
Podríamos seguir con la lista de colombianadas, pero baste cerrar con esa delirante campaña del gobierno Duque y su ilusoria meta del 90 % de cumplimiento, justo cuando se habla del 70 % de pobreza y de casi 20 millones de colombianos tratando de no morir de hambre con menos de $12.000 diarios. A menos que el mandato haya sido otro y su apuesta vaya en dirección contraria.