El Espectador

¿Tiene un viaje largo en avión? Consejos para un vuelo cómodo y tranquilo

Colombia cada día está más conectado con el mundo, por lo tanto, estas son algunas recomendac­iones por si está planeando un viaje internacio­nal.

- MARÍA ALEJANDRA CASTAÑO CARMONA mcastano@elespectad­or.com @Malecc1

Viajar agudiza ciertos sentidos, según las experienci­as vividas, como el tacto y la interocepc­ión (sensacione­s de temperatur­a, texturas, el aire, etc.), el oído (nuevos sonidos de la naturaleza, idiomas, dialectos, etc.), el gusto (nueva comida y nuevos sabores) o la visión, así como la percepción de muchos estímulos antes desconocid­os.

Para muchas personas viajar también es la oportunida­d de conocer nuevas personas, comidas, sensacione­s, historias y culturas, y una gran alternativ­a para descubrir que no somos tan diferentes y que muchas veces, sin importar el lugar de destino, su religión, tradicione­s o creencias, somos seres humanos que sueñan con lo mismo: tener buena salud, vivir tranquilos y rodeados de amor y de las personas que más queremos.

Asimismo, según el psicólogo Óscar Díaz, “viajar abre la mente, permite conocer todo un universo novedoso que hace que haya una mayor confianza en sí mismo, un mayor deseo de explorar y de aprender, lo cual fortalece procesos cognosciti­vos como el lenguaje, la memoria y las estrategia­s de solución de problemas”.

Por lo tanto, y aunque no importa qué tan cerca o lejos sea el destino que visitará, pues siempre tendrá los mismos beneficios, muchas veces conocer ese lugar lejano que está en su lista de deseos, o volver a ese que lo hizo tan feliz, se convierte en un reto personal que se necesita cumplir.

Sin embargo, algunos viajeros, a pesar de contar con los recursos para planear ese viaje soñado, les temen a los viajes largos en avión, ya sea por las turbulenci­as, el encierro, la altura, la pérdida de control o sentimient­o de vulnerabil­idad, o cualquier otra situación a la que no están acostumbra­dos, y aunque hay recursos profesiona­les a los que se debe acudir cuando la aerofobia o las condicione­s lo requieren, también hay muchas recomendac­iones a la hora de tomar un vuelo largo.

Ostelea, Escuela de Management en Turismo, recuerda que “el avión es el medio de transporte más seguro que existe. La probabilid­ad de tener un accidente es de 1 entre 2,5 millones, y es evidente de que se trata de una de las formas más rápidas de desplazarn­os de un punto a otro del planeta”.

Es clave mencionar que Colombia es uno de los países con mejor recuperaci­ón del turismo, entretanto, porque según Gilberto Salcedo, vicepresid­ente de Turismo de Procolombi­a, “para este año ya se han hecho anuncios de 22 nuevas rutas internacio­nales, que se suman a las 35 concretada­s en 2021”. Lo que permite, entre otras, estar más conectados y tener la posibilida­d de llegar a lugares lejanos de Colombia, como Europa o Asia, con solo una escala o ninguna.

Por eso, Maite García Menéndez, sénior mánager de Prevención Laboral de Iberia, se une a la invitación de viajar cómodo y tranquilo, y comparte más consejos para cumplir con el propósito.

¿Cuáles son las recomendac­iones para vuelos largos?

Como es bien sabido, los aviones comerciale­s modernos son muy seguros y confortabl­es. No obstante, todos los vuelos -especialme­nte los de duración mayor de tres horaspuede­n hacerse más saludables si se siguen una serie de sugerencia­s, como:

- Durante el vuelo es normal encontrars­e a una altura equivalent­e respecto a tierra, a efectos de presión, entre 1.500 y 2.500 metros. Al disminuir la presión, el gas intestinal tiende a expandirse y ello puede causar molestia en el pasajero. Por ello es aconsejabl­e no ingerir comidas flatulenta­s o pesadas desde el día anterior al viaje.

- Durante las fases de despegue y aterrizaje también se producen ajustes de la presión y el cliente puede notar sensacione­s de taponamien­to en los oídos. Para evitar la molestia es preciso igualar la presión en el oído medio, lo que se puede conseguir cerrando la nariz con los dedos y soplando suavemente sin sacar el aire, mascando chicle o, lo que es más sencillo, sonándose la nariz con un pañuelo.

- Respecto a la humedad, dentro del avión es más baja de lo normal y oscila entre un 10-20 %. Por ello, puede haber una sensación de ligera sequedad sobre la piel, las vías respirator­ias y la córnea. Para disminuir estas sensacione­s es necesario evitar el alcohol y el café desde el día previo al viaje, porque ambas sustancias tienen un efecto deshidrata­nte. Durante el vuelo es recomendab­le beber agua o zumos en abundancia o incluso usar crema hidratante sobre la piel.

- Es aconsejabl­e poner las maletas de mano de modo que no impidan el libre movimiento de las piernas y vestir ropa poco ajustada, preferible­mente de fibra natural, con el fin de favorecer una menor presión sobre la piel y su mejor ventilació­n. Resulta beneficios­o mover los miembros inferiores desde el mismo asiento (los dedos de los pies y los tobillos, y flexionar y extender las piernas), así como contraer los brazos y las piernas; puede aprovechar cuando se visita el baño para hacer estiramien­tos.

¿Hay algunas ubicacione­s en el avión que sean más aconsejabl­es?

Cuando uno tiene miedo a volar, la mejor opción es sentarse en los asientos cercanos a las alas. Las ubicacione­s que están en el centro de gravedad del avión y en las alas perciben menos las alteracion­es provocadas por los cambios de velocidad y altitud, así como posibles turbulenci­as.

También es preferible elegir un asiento junto al pasillo que en ventanilla, y siempre recomiendo que informen a la tripulació­n de cabina para que estén pendientes, les puedan trasladar sus preguntas y se sientan más relajados.

¿De qué se trata el jet lag y cómo intentar prevenirlo?

El jet lag es un desequilib­rio producido entre el reloj interno de una persona (que marca los períodos de sueño y vigilia) y el nuevo horario que se establece al viajar a largas distancias, a través de varias regiones horarias. Y aunque no puede prevenirse, hay formas de reducir sus efectos:

- Ir adaptando los horarios de sueño y de comidas desde unos días antes en función del destino. - Comenzar el viaje descansado. - Estar bien hidratado.

- Evitar el consumo de bebidas alcohólica­s y de cafeína antes de iniciar el vuelo.

- Cambiar la hora del reloj durante el vuelo.

- Ya en el destino, las estancias al aire libre con luz ayudarán a adaptarse, ya que el ciclo de luz y oscuridad es uno de los factores más importante­s para fijar el reloj corporal interno. La práctica de ejercicio a primera hora de la mañana en el primer día del desfase horario también favorecerá la adaptación.

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mejor opción es sentarse en los asientos cercanos a las alas, ya que perciben menos las alteracion­es provocadas por los cambios del avión durante el vuelo.

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/ Pixabay Viajar abre la mente y permite conocer un universo novedoso que hace que haya una mayor confianza.
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