Los obstáculos para ser profesional
Hay que acompañar a los estudiantes en su proceso de decisión académica y entender sus prioridades.
Por estos días, cuando algunos culminan el primer semestre académico, otros empiezan la carrera de poder ingresar a la universidad y cumplir el sueño de ser profesionales. Un sueño que en Colombia representa un reto mayor y se ve nublado por situaciones como la deserción. Las cifras son alarmantes: de cien que ingresan a la universidad, solo cincuenta logran graduarse.
“Estos datos preocupan, dadas las implicaciones que tienen para los estudiantes, las familias y la sociedad que una persona salga del sistema educativo sin finalizar su formación”, señala Claudia Caycedo, psicóloga, asesora pedagógica y curricular de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz.
La deserción se presenta en universidades públicas y privadas. Según Óscar Domínguez González, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades, “la deserción acumulada en Colombia se aproxima al 45 % y por semestre se promedia en el 12 %. Esta situación fue impactada por la pandemia entre los años 2020 y 2021, que aumentó para las IES asociadas hasta el 15 %”.
Se espera que los resultados del año 2022 puedan evidenciar una disminución de la deserción, por los beneficios que genera el retorno a la presencialidad y las estrategias que las universidades han tomado, que no parecen suficientes. “Yo ingresé a la universidad durante la pandemia, me hicieron unos descuentos económicos, pero ahora que todo está regresando a la normalidad los costos son altos y no tengo cómo pagar mi semestre”, comenta Natalia Castillo, estudiante de segundo semestre de Psicología, quien posiblemente entrará en esa cifra de deserción.
En esta misma situación se encuentra Mayra Atencio, quien aspira a ingresar a su primer semestre de Contaduría Pública si las condiciones económicas lo permiten; mientras tanto, buscar trabajo es la opción. La situación económica es una de las que prima para dejar los estudios. Y es que se debe entender que ingresar a la universidad conlleva gastos para movilizarse, comprar libros y alimentarse, por mencionar algunos.
No obstante, el aspecto económico no es lo único, pues la pandemia evidenció temas de salud mental, estudiantes que no logran sobrellevar la carga académica y otros consideran que su carrera fue la equivocada.
Esto representa un verdadero reto para lograr que los estudiantes en Colombia logren culminar sus estudios de forma satisfactoria. “El reto que tenemos desde las universidades es acompañar a los estudiantes en los procesos y guiarlos en las nuevas decisiones que consideren pertinentes en su vida. Es clave no juzgar”, dice Andrés Felipe Mora, director del Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional.
“Mi hija decidió cambiar de carrera, dice que no es lo que ella quiere y nosotros ya habíamos hecho una inversión en sus estudios. La verdad, como madre, es algo que me genera tristeza y no sé qué hacer”, dice Carmen Suárez. Ahí se dimensiona que la deserción afecta a todos y es necesario trabajar en equipo, más aún cuando la persona considera que eligió la carrera equivocada.
En este caso, como señala Claudia Caycedo, “mi sugerencia es que la familia acompañe el proceso, apoye al estudiante en la búsqueda de una carrera que sea compatible con su proyecto de vida y promueva la búsqueda de un servicio de orientación vocacional que ayude al proceso de elección, con el fin de evitar una segunda situación”.
La elección de carrera es una de las variables más importantes en el proceso de deserción de los estudiantes; en este sentido, se debe preguntar por la disponibilidad y eficacia de los programas de orientación vocacional en los colegios, así como en las presiones ejercidas por padres y familiares para que el joven estudie una carrera en particular.
“Es común que en este panorama surjan pensamientos de fracaso, miedo, angustia y confusión. A la vez, se pueden generar sentimientos de inseguridad frente a la toma de decisiones. Por lo tanto, lo mejor es normalizar que podemos equivocarnos”, indican desde la jefatura de Acompañamiento para el Éxito Académico de la Universidad de La Sabana.
Por otra parte, los factores asociados con las competencias para aprender han impulsado a las universidades a crear programas de lectoescritura, matemáticas básicas o materias relacionadas con la carrera, para que a los estudiantes les sea más fácil esa transición a la universidad. También están abordando de manera integral las causas de la deserción con programas que promueven la adaptación al contexto educativo y el buen uso del tiempo libre, entre otros.
La deserción es un reto, lo importante es fortalecer los sistemas de alertas tempranas que integran todos los factores asociados a la vida del estudiante, para brindar un acompañamiento oportuno, entendiendo que la deserción es multicausal y responde a las particularidades de cada estudiante.
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espera que los resultados de 2022 puedan evidenciar una disminución de la deserción, por los beneficios que genera el retorno a la presencialidad.