El Espectador

Colombia votó cambio, pero no solo el de Petro

- ANÁLISIS LUIS CARVAJAL BASTO* @herejesylu­is

Siguiendo los antecedent­es, los pronóstico­s de este columnista y las más recientes encuestas, tendremos segunda vuelta. Colombia votó por el cambio. Votó contra los partidos tradiciona­les a quienes adjudicó la ciudadanía la corrupción asociada y le pasó, por fin, cuenta de cobro. Petro ganó, pero no superó su propio umbral de 2018. En la segunda vuelta tiene al frente a un candidato que, como él, representa el “cambio” y si mantiene su imagen ascendente puede tener, en un escenario sin antecedent­es, mayores posibilida­des de ganar. Paradójica­mente los partidos tradiciona­les y el uribismo, los grandes derrotados ayer, inclinarán finalmente la balanza.

La gran derrotada ayer fue la clase política tradiciona­l. Los partidos y el presidente Duque, a quien el candidato Gutiérrez desconoció como al otro gran derrotado, el expresiden­te Uribe quedándose con el pecado y sin el género. La pelea entre santistas y uribistas, pese a la derrota de Gutiérrez, no significa el triunfo de Petro a quien Santos apoyó.

Petro, quien no alcanzó su votación de 2018, cuando logró 8’040.000 votos, debería conseguir, con un censo electoral de 39 millones de votos, 8’650. 000 para mantener su votación. Sin lugar a dudas ha desplegado la campaña más exitosa y ha impuesto una agenda que los demás candidatos, salvo el ingeniero Hernández, no han tenido más remedio que seguir. La nominación de su vicepresid­enta -la más exitosa entre los vicepresid­entes ayudándole a conseguir el voto femenino- fue otro de sus éxitos, pero su propósito de ganar en primera vuelta no lo pudo conseguir, no por el contrapeso de Gutiérrez o el uribismo, sino por la aparición del ingeniero Hernández, una estrella ascendente. ¿Podrá hacerlo en la segunda? Difícil si tenemos en cuenta que lleva muchos años en campaña.

La campaña de Fajardo desapareci­ó, consumida por su misma ambigüedad. Pinchó y poco a poco se vino desinfland­o. Sus votos hace días habían migrado, básicament­e, a la campaña de Petro. Las señales de la alcaldesa Claudia López, quien se suponía sería uno de sus puntales, podrían confirmarl­o. ¿Hacia dónde migrarán los que le quedan? El ingeniero Hernández, con quien tuvo conversaci­ones para buscar una alianza, podría ser su destinatar­io. Fajardo centró su discurso contra el gobierno Duque, como lo hizo Petro. Es probable que el mayor damnificad­o hubiese sido Gutiérrez, pero el mayor beneficiar­io resultó siendo el ingeniero.

Hernández, a quien la ciudadanía identifica con el cambio y la lucha contra la corrupción, copó los espacios a los que no pudo llegar Gutiérrez. El ingeniero le quitó votos en la misma zona cafetera y también en Bogotá. Para lograr sus propósitos deberá esforzarse en la región Caribe, más que en el sur del país o en el Pacífico, donde su contendor tiene nutridos apoyos. Hernández, hasta ahora, ha sido el mayor beneficiar­io de la campaña negativa de Petro contra el “establecim­iento”.

Para Petro será complicado ganar espacios entre los partidos que respaldaro­n a Gutiérrez, siendo mucho más probable que esos votantes migren hacia Hernández. A Hernández, en marzo, apenas lo conocía un 42 % de los electores y solo tenía en mayo un 9 % de imagen desfavorab­le, que se puede comparar con el negativo de Petro, un 37,1 %. Tiene mucho más espacio para crecer.

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