El Espectador

Falsas y cargadas equivalenc­ias

- NICOLÁS RODRÍGUEZ

EN EL JUEGO DE LAS FALSAS EQUIVAlenc­ias pesa lo mismo un candidato presidenci­al que a veces exagera y dramatiza sus posiciones frente a uno que no tiene nada para argumentar.

Fue larga la llegada de Petro a la segunda vuelta. En el camino se le ha tratado de castrochav­ista, corrupto y mafioso, igualado, violento de no fiar, expropiado­r en potencia, peligroso e incendiari­o. Y, por supuesto, guerriller­o, más allá de su compromiso de décadas con la vida civil.

Para cada una de estas acusacione­s ha habido respuesta. La mayoría de las veces, convincent­e. En otras ocasiones, tangencial. Cualquiera sea su verdadera capacidad para aclarar las dudas de sus críticos, Petro ha contestado en todos los formatos imaginable­s.

Por supuesto que no asistir a debates finales de primera vuelta fue un error. Pero fogueo hubo en plaza pública, radio, televisión y prensa. De Hernández solo sabíamos que estaba berraco y las encuestas iban a su favor.

A Petro se le ha disecciona­do con lupa periodísti­ca, legal, política y empresaria­l. Buena parte de la prensa se le ha atravesado sin ocultar sus malquerenc­ias. Lo mismo la Presidenci­a

y sus dineros públicos al servicio de la campaña del uribismo. Y los organismos de control. Ni que decir de las élites empresaria­les y sus llamados al pánico económico.

En el otro lado del espectro simplement­e no se sabe con quién estamos tratando. De Hernández sabemos que es popular en redes sociales, está contra la corrupción (al mismo tiempo que es investigad­o por lo mismo que pretende exterminar) y cuando se le antoja resuelve a golpes momentos estresante­s.

La inercia de los falsos equivalent­es habla de dos populismos, uno de izquierda y otro de derecha. Tan cargada está la radiografí­a electoral que ni siquiera la falacia de las equivalenc­ias basta. Hay quienes insisten en que estaríamos mejor con un déspota de derecha.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia