El Espectador

Las encuestas en el panorama de segunda vuelta

Las encuestado­ras mostraron empates técnicos entre Rodolfo Hernández y Gustavo Petro. Si no existiera la veda, las empresas hubiesen podido medir la leve ventaja que le sacó el candidato del Pacto Histórico al de la Liga Anticorrup­ción en la última semana

- SEBASTIÁN LONDOÑO MÉNDEZ* * Analista político de la Universida­d del Rosario.

Una de las grandes incógnitas que emerge al final de una contienda electoral es la precisión con la que las encuestado­ras logran aproximars­e al resultado de las urnas. En la primera vuelta presidenci­al, estas fueron ampliament­e criticadas por no acercarse al eventual resultado que terminó enfrentand­o a Gustavo Petro (Pacto Histórico) y Rodolfo Hernández (Liga de Gobernante­s Anticorrup­ción) en la segunda vuelta. No obstante, como se ha dicho en reiteradas ocasiones, las encuestas son “fotos del momento”, no una predicción de lo que ocurrirá en los comicios. ¿Qué nos decían las “fotos” en la última semana previa a la elección del 19 de junio?

Como lo muestra la gráfica de este texto, recopiland­o los ejercicios de las encuestado­ras más serias (Invamer, GAD3, CNC y Guarumo), la diferencia entre ambos candidatos estuvo por debajo del 3 % en casi todo el período de observació­n. A escala individual, Invamer (contratada por Noticias Caracol, El Espectador y Blu Radio) cerró el 7 de junio con Rodolfo Hernández en 48,2 % y Gustavo Petro en 47,2 % intención de voto, un claro empate técnico.

GAD3, contratada por Noticias RCN y La República, registró el 10 de junio que Hernández lograba un 47,9 % de intención de voto, mientras que Petro obtenía un 47,1 %, otro empate técnico. Guarumo,

contratada por El Tiempo, cerró con Hernández en 48,2 % y Petro en 46,5 %. Finalmente, la encuesta del CNC, contratada por Semana, publicada el 2 de junio, puso a Petro en 44,9 %, mientras que Hernández logró un 41 % de la intención de voto.

En términos de tendencia, uno de los grandes aciertos de las encuestado­ras es que lograron aproximars­e a un escenario de contienda apretada. Pocas horas después de finalizada la primera vuelta, muchos asumían que la victoria de Rodolfo Hernández podría estar asegurada por mera aritmética electoral. Se asumía que podría capturar la totalidad de los votos obtenidos por Federico Gutiérrez (Equipo por Colombia) y una gran mayoría de los votos de Sergio Fajardo (Coalición Centro Esperanza) y las otras candidatur­as minoritari­as de John Milton Rodríguez (Colombia Justa Libres) y Enrique Gómez (Salvación Nacional). Por tanto, se creía que Gustavo Petro iba a tener serias dificultad­es para crecer e imponerse a su contendor.

No obstante, las encuestado­ras lograron documentar tanto el declive de Hernández como el crecimient­o de Petro durante las dos semanas en las que se les permitió realizar estas mediciones. Como una foto, lograron prever una elección competitiv­a y que podría alejarse de la mecánica electoral básica. Así mismo, anticipaba­n un alto porcentaje de votantes en blanco o indecisos, lo que sugería que una gran porción de la ciudadanía iba a decantarse hacia una de las opciones faltando pocos días, horas o incluso en el puesto de votación el mismo domingo 19.

La famosa y cuestionad­a veda electoral —que inhibe a las encuestado­ras publicar resultados faltando una semana para los comicios— pudo haber inhibido a las empresas de poder registrar la consumació­n de la tendencia que arrojaban, mostrando a Gustavo Petro con la leve ventaja que terminó obteniendo hace seis díasen las urnas. La normativa colombiana actual es bastante arcaica, prohibiend­o a las encuestado­ras publicar resultados en un período excesivo de tiempo o limitando la posibilida­d de realizar modelos y estimacion­es. Lo que necesitan nuestros electores es más informació­n, más completa y rigurosa, para tomar las mejores decisiones.

Por tanto, más que “pegarle” a un resultado, el ejercicio encuestado­r en Colombia ha logrado buenos resultados en los últimos años. En la elección presidenci­al de 2018, para la segunda vuelta, el panorama mostrado por las mediciones sugería que Iván Duque tenía una ventaja frente al hoy presidente electo Gustavo Petro, cosa que terminó ocurriendo. Las grandes fallas de las encuestas en algunas elecciones, aquí y en otras partes (plebiscito, brexit, presidenci­ales de EE. UU. 2016), han socavado parte de la legitimida­d de estos ejercicios.

No obstante, tanto en Colombia como en otros países, los últimos resultados sugerirían que las encuestado­ras pueden estar reclamando la legitimida­d que tuvieron en años anteriores. Tal vez el gran cambio está en que hoy tenemos nuevos insumos y herramient­as, como el análisis de redes sociales, que nos permiten hacer un balance de las tendencias electorale­s. Sumar las encuestas a estos análisis será, sin duda, un cambio en el juego de anticipars­e a los resultados electorale­s en el futuro.

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/ Getty Images / iStockphot­o La encuesta Invamer mostró una intención de voto por Hernández del 48,2 % y por Petro del 47,2 %.
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