El Espectador

La “presausenc­ia”

- PAZAPORTE GLORIA ARIAS NIETO gloria.arias2404@gmail.com

MUY FUERTE LO QUE SE VIVIÓ LA SEmana pasada en las audiencias de la JEP. Escenario: la Biblioteca Virgilio Barco en Bogotá. Protagonis­tas: el dolor y el reconocimi­ento, la memoria y el perdón. Comparecie­ntes: los ocho comandante­s del Secretaria­do de las extintas Farc-Ep. Grupos de víctimas de los crímenes cometidos por esta insurgenci­a narraron cómo los horrores sufridos les quebraron felicidad y dignidad, familia y economía. Saben que ni el odio ni la venganza aliviarán la tristeza ni resucitará­n a los muertos. Luego de algo tan devastador como un secuestro, torturas o desaparici­ón forzada, solo un camino que lleve del reconocimi­ento al perdón ayudará a los sobrevivie­ntes (en ambos lados) a sanar su propia historia.

Cara a cara, con las emociones entre el corazón y la orfandad, entre la responsabi­lidad y la vergüenza, nos fuimos desgarrand­o con preguntas y respuestas, silencio, ese frío tan frío cuando uno repasa la muerte y esa luz cuando en medio de la penumbra se presiente la esperanza. El auditorio se cubrió de la “presausenc­ia” (mezcla de presencia y ausencia) de miles de víctimas, civiles, militares y guerriller­os desapareci­dos, fusilados o caídos en combate; invocacion­es a Dios y a la justicia (sin saber a ciencia cierta qué entendemos por el uno y por la otra); llamados al perdón y al derecho a la cristiana sepultura.

“Que todos los jóvenes sepan que ser revolucion­ario ahora es levantar la bandera de la paz”, dijo Rodrigo Londoño, hoy constructo­r de paz. En las audiencias de reconocimi­ento, él y los otros siete excomandan­tes asumieron su responsabi­lidad individual y colectiva en el macrocaso 01 sobre secuestro.

Han caído asesinados 333 firmantes del Acuerdo, pero hay que honrar lo pactado y la exguerrill­erada de base debe seguir aportando para encontrar a los muertos y velar la historia. “Que hable el corazón”, dijo Pastor Alape. Que hable desde el arrepentim­iento genuino, desde la promesa de no repetición.

En el caso 01 participan 3.111 víctimas acreditada­s ante la JEP. Se recogieron 17 informes del Estado y de la sociedad civil, 62 versiones individual­es y nueve colectivas con 260 miembros de las extintas Farc. La verdad tuvo, tiene y tendrá la palabra. La magistratu­ra oyó las declaracio­nes de las víctimas contra los excomandan­tes y también contra el Estado, porque en demasiados casos no ha cumplido. Vienen ahora las audiencias en los territorio­s. En tres meses estará lista la Resolución de Conclusion­es y el tribunal para la paz dictará las sentencias.

Y es Colombia entera la llamada a romper los círculos viciosos de la hostilidad. “Los actores de la desesperan­za” entregaron la verdad y los fusiles, y pidieron perdón. Millones de colombiano­s deberán decidir en el tribunal de su propia alma si le abren la puerta a la reconcilia­ción. Con una bandera blanca en cada palabra, los invito a proferir una sentencia por la curación de nuestro país.

Y así, en clave de esperanza, celebro que Álvaro Leyva sea nuestro próximo canciller. Él, maestro, símbolo de persistenc­ia y dignidad en la construcci­ón de una sociedad sin violencia, será ante el mundo la voz de Colombia por una paz total y sin fronteras.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia