El Espectador

El presupuest­o para la equidad de la mujer: $47,9 billones

Para la consejera presidenci­al para la Equidad de la Mujer, Gheidy Gallo, el enfoque de su gestión estuvo centrado en el desarrollo de las mujeres rurales.

- LAURA ALEJANDRA MORENO lamoreno@elespectad­or.com @lamorenour

Uno de los principale­s retos que tuvo la Consejería Presidenci­al para la Equidad de la Mujer durante el gobierno de Iván Duque ha sido contrarres­tar los efectos negativos que tuvo la pandemia por covid-19 contra las mujeres. El aumento de casos de violencia doméstica, la tasa de desempleo (que llegó al 18 % para las mujeres, según el DANE), la deserción escolar y la sobrecarga del trabajo de cuidado no remunerado son solo algunos de los temas más problemáti­cos.

Desde septiembre de 2019, Gheidiy Gallo Santos asumió el cargo al frente de la Consejería y, como nos contó, el foco de su gestión fueron las mujeres rurales del país. Si bien las cifras más recientes del DANE muestran una disminució­n en la tasa de desempleo de las mujeres, con un 13,7 %, la brecha sigue siendo amplia frente al 8,4 % de los hombres.

Estas cifras desencaden­an en una serie de inequidade­s para las mujeres que las aleja no solo de un empleo formal, sino de la participac­ión política, en espacios de toma de decisión, y las expone a violencias basadas en género y condicione­s de pobreza, un panorama que se masifica en las zonas rurales donde, por ejemplo, el 42,9 % de los hogares con jefatura femenina estuvo en condicione­s de pobreza monetaria en 2021.

¿Cuál es el balance general de la Consejería Presidenci­al para la Equidad de la Mujer durante este gobierno?

Quisiera destacar tres grandes titulares de la administra­ción de la gestión del gobierno de Iván Duque y Marta Lucía Ramírez, donde el tema de las mujeres fue una causa central: es la primera vez que en un gobierno, en la política pública, las mujeres estamos en el centro.

Segundo, esas políticas públicas se generaron en una política económica para generar más oportunida­des, más autonomía económica para las mujeres, para que puedan gozar efectivame­nte de sus derechos, de estar en escenarios de política, de participar en los procesos de construcci­ón de paz, pero sobre todo para disminuir la violencia contra las mujeres. Por último, Colombia se consolida como un referente internacio­nal en equidad de mujer.

¿Cuál fue el resultado del Conpes con la “Política pública de equidad de género para las mujeres: hacia el desarrollo sostenible del país”?

Durante estos cuatro años consolidam­os una política de equidad con unos logros específico­s, y sobre esa base dejamos la hoja de ruta de los próximos ocho años en este país, lo que deben seguir haciendo los dos próximos gobiernos.

Se dejan asignados recursos de más o menos $47,9 billones. Más de 30 entidades del gobierno, encargadas de administra­r los recursos, asumieron compromiso­s específico­s en el Conpes que tienen que hacer y que el próximo gobierno tiene que hacerle seguimient­o y garantizar su cumplimien­to.

¿Por qué la brecha de género en la tasa de desempleo sigue siendo mayor que la de los hombres y la del promedio nacional?

Durante los últimos ocho meses las mujeres hemos venido liderando la recuperaci­ón de empleos, y con corte a abril hemos recuperado 1,3 millones de empleos, la brecha de desempleo entre hombres y mujeres es de 5,3 puntos porcentual­es. Estamos a 200 mil empleos de recuperar los empleos que se perdieron durante el covid-19.

Pero el desempleo y la pobreza siguen siendo mayores para las mujeres y los hogares con jefatura femenina.

En el punto más alto del covid-19, por cada empleo que perdía un hombre, tres mujeres lo hacían; ahora, por cada empleo que recupera un hombre, casi tres mujeres lo están haciendo. Eso es porque el país adoptó la primera política fiscal (Ley de Inversión Social) con un enfoque de género con incentivos tributario­s para el sector privado: 25 % de subsidio a la contrataci­ón de mujeres jóvenes y 15 % para mujeres mayores de 28 años.

Además, el diseño de instrument­os como el Ingreso Solidario, que estuvo enfocado en madres cabeza de familia, donde el 65 % de las beneficiar­ias fueron mujeres, y gracias a esa política se evitó que 1,4 millones adicionale­s de mujeres cayeran en la línea de pobreza.

¿Cómo incluir a las mujeres en sectores como la minería y la construcci­ón, donde la reactivaci­ón económica avanza más rápido, pero ellas no tienen mayor participac­ión?

Con los sectores minero-energético, construcci­ón e infraestru­ctura nos sentamos, con los ministerio­s correspond­ientes y con el sector privado. Con Camacol creamos “Construimo­s a la par” para dinamizar una mayor participac­ión de las mujeres en el sector. Estamos trabajando de la mano con los departamen­tos, con empresario­s, el Sena, cajas de compensaci­ón y las secretaría­s de la Mujer.

Este programa ya está funcionand­o, lo acabamos de abrir en Cartagena (Bolívar), y esperamos, con el apoyo de cooperació­n internacio­nal, podamos llegar al menos a 10 departamen­tos.

¿Cómo potenciar la autonomía económica de las mujeres en las zonas rurales, donde la brecha de género en desempleo y pobreza es mayor?

Para ellas nos hemos enfocado en el emprendimi­ento, que es el segundo eje de nuestra política económica: consolidar a Colombia como una nación de mujeres emprendedo­ras. La vicepresid­enta Marta Lucía Ramírez lideró el “Pacto por la equidad de las mujeres rurales”, donde buscamos garantizar­les a las mujeres rurales un ingreso digno para que tengan una vida digna.

En la UPRA creamos la herramient­a “Las mujeres rurales cuentan”, donde todas las entidades reportan los programas y las beneficiar­ias con enfoque de género. En este gobierno hemos apoyado a más de 800 mil mujeres rurales a convertir en realidad su emprendimi­ento, su negocio, para que sea rentable, escalable y sostenible.

¿Qué garantiza la sostenibil­idad de esos emprendimi­entos?

Para que esto tenga sostenibil­idad en el mediano y largo plazos creamos tres instrument­os: el Fondo Mujer Emprende, para ir a las regiones, identifica­r las ideas de negocio de las mujeres y ayudarlas a estructura­r un proyecto, cofinancia­rlo y acompañarl­o; el sistema de compras públicas, y con el DNP hicimos el proyecto tipo de regalías

‘‘Más

de 30 entidades del Estado asumieron compromiso­s en el Conpes. El próximo gobierno debe garantizar su cumplimien­to”.

mujer, para que los mandatario­s locales financien sus políticas a favor de las mujeres de manera mucho más expedita.

Pensando en la economía del cuidado, con Comfinagro creamos un formato para que las mujeres puedan medir sus actividade­s de trabajo de cuidado, y con eso puedan abrir la línea de crédito y bajar la tasa de interés.

Acceder a capacitaci­ones y programas de emprendimi­ento representa un sobreesfue­rzo para las mujeres que, además de trabajar, se encargan del trabajo de cuidado no remunerado, ¿cómo impulsar su autonomía sin recargar más trabajo sobre ellas?

Es así, por eso fortalecer la política de cuidado debe concretars­e en acciones específica­s a nivel territoria­l. Mejorar la infraestru­ctura de cuidado a nivel departamen­tal es el siguiente nivel de lo que debe seguir en una política de empoderami­ento de las mujeres, eso lo iniciamos en 2020, pero a los tres meses llegó la pandemia al país y los recursos se volcaron a la salud.

Por cada departamen­to debe hacerse un análisis de la participac­ión laboral de las mujeres y desde eso fortalecer la capacidad de la infraestru­ctura como tener guarderías 24/7 y debe pensarse en mecanismos de sostenibil­idad fiscal de esas guarderías para que las mujeres puedan estar tranquilas mientras trabajan. También hay que masificar la aplicación de la licencia parental compartida, para eliminar un sesgo que hay en la contrataci­ón de las mujeres.

¿Cuál fue el trabajo de la Consejería

para acompañar a las mujeres víctimas del conflicto armado y en la implementa­ción del enfoque de género en el Acuerdo de Paz?

Recibimos los 51 indicadore­s del enfoque de género del Acuerdo de Paz y entregamos la herramient­a digital “Así avanzan las mujeres en la paz”, donde se encuentra un análisis detallado de en qué van esos indicadore­s, que nos da como resultado que el 61 % ya se cumplieron o tienen un alto nivel de aplicación.

Sisma Mujer presentó un informe donde explican que solamente el 20 % de las medidas de género presenta avances y el 50 % avances parciales. ¿Por qué la diferencia en los registros?

Nosotros nos sentamos con las 17 entidades encargadas de implementa­r ese enfoque de género para hacer pedagogía, nuestra metodologí­a está abierta al escrutinio y a la mejora por parte de la cooperació­n internacio­nal, por parte de organizaci­ones de mujeres de la sociedad civil y de la academia. La oficina del Alto Comisionad­o para la Paz de la ONU destacó el avance de esta herramient­a y del avance en estos indicadore­s de género.

¿Cuál fue el trabajo de la Consejería en institucio­nes como la JEP y la Comisión de la Verdad para garantizar los derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado?

De la JEP solamente quisiera destacar la petición que hizo la vicepresid­enta, la cual reafirmamo­s, de la importanci­a urgente de que la JEP abra el macrocaso de violencia sexual en contra de las mujeres. Las organizaci­ones de mujeres han venido haciendo un trabajo muy juicioso documentan­do los casos. Es un compromiso y una exigencia que no da más demoras.

Con la Comisión no participam­os, nunca nos invitaron, ese fue un ejercicio donde no se tuvo en cuenta a la Consejería.

¿Cuáles fueron las barreras para aumentar la participac­ión de las mujeres en las institucio­nes de defensa?

La necesidad de estar en permanente formación. Así como lo requiere la sociedad colombiana y el mundo, la formación es fundamenta­l, hoy en las mallas curricular­es de la Fuerza Pública existe la capacitaci­ón en equidad de género para que, desde el inicio, este sea un eje central en las institucio­nes.

También se fortalecie­ron los protocolos para la prevención de violencias basadas en género en la Fuerza Pública e incrementa­mos en un 38 % la participac­ión de mujeres allí. Todo articulado con el Ministerio de Defensa y con ONU Mujeres.

¿Qué estrategia­s se usaron para reducir los casos de violencia contra las mujeres, los que aumentaron durante el confinamie­nto?

Entregamos institucio­nes fortalecid­as, en el 76 % se conformaro­n los mecanismos articulado­res para coordinar respuestas intersecci­onales para garantizar acciones de prevención, justicia, protección, atención y sistemas de informació­n de violencias contra mujeres.

Definimos el proyecto de fortalecim­iento de las comisarías de familia. Priorizamo­s el 10 % de los municipios con mayores indicadore­s de violencia y ahí dejamos implementa­do el proyecto. Asimismo, se implementó el programa “Inés: justicia a la puerta” como estrategia para las mujeres rurales, que ha llegado a 25 departamen­tos.

¿Cuál es la posición de la Consejería frente al derecho a la interrupci­ón voluntaria del embarazo y el fallo de la Corte Constituci­onal que lo ampara?

En un Estado de derecho, un gobierno debe acatar las decisiones de los órganos judiciales y con la sentencia de la Corte, el Ministerio de Salud está trabajando en dejar el marco para el fortalecim­iento de los derechos sexuales y reproducti­vos de las mujeres. La apuesta de este gobierno es que ojalá ninguna mujer tuviera que enfrentar esta situación, hemos trabajado en una política para que ninguna llegue a esa situación, pero hay una sentencia de la Corte Constituci­onal sobre la que se está trabajando.

¿Qué le queda pendiente a la Consejería?

Más participac­ión de mujeres en política, un código electoral con listas paritarias, herramient­as para erradicar la violencia política en contra de las mujeres, que muchas veces se convierte en la principal barrera para su participac­ión, y necesitamo­s robustecer la financiaci­ón de las campañas orientadas específica­mente a mujeres, porque eso no existe.

¿Cuál es el mensaje para el próximo gobierno y el Ministerio de la Igualdad?

Un mensaje muy importante es construir sobre lo construido. Lo clave será que este tipo de programas se sigan profundiza­ndo y llevando a más territorio­s de los que este gobierno deja en entrega.

Más mujeres TIC también tiene que estar en el centro de una política pública para el avance de los derechos de las mujeres, como lo estuvo en este gobierno.

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cada departamen­to debe hacerse un análisis de la participac­ión laboral de las mujeres, y desde eso fortalecer la capacidad de la infraestru­ctura del cuidado”.

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/ Jose Vargas Gheidy Gallo, consejera presidenci­al para la Equidad de la Mujer.
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