El Espectador

El flamenco como un grito de libertad

La compañía Manuel Liñán presenta hasta hoy la obra de danza flamenca “¡Viva!”, en el Teatro Julio Mario Santo Domingo.

- ANDREA JARAMILLO CARO ajaramillo@elespectad­or.com @Andreajc14­06

¿De dónde salió su pasión por el flamenco?

En Andalucía, Granada, mi entorno estaba muy vinculado al entorno taurino y de música. Allí es muy común el flamenco; de hecho, en el colegio donde estudié daban clases de flamenco y allí tuve mi primera atracción por el flamenco y quedé seducido por este arte.

¿Cómo surgió el concepto de “¡Viva!”?

Cuando empecé a bailar me enseñaron de una determinad­a manera por ser varón, me gustaba, pero quería tener otras opciones y estéticas porque quería probarme las faldas y bailar con el pelo, aunque cuando hacía esto* en la academia donde estuve de niño notaba que era motivo de burla. Ahí empecé a sentir miedo y discrimina­ción porque para mí era normal vestirse con falda o pantalón y no entendía por qué se reían.

A raíz de eso comencé a esconderme en un cuarto pequeño de mi casa para vestirme con la ropa de mi madre y en ese cuartito ese niño se sentía realizado e identifica­do al ponerse falda y bailar como quería hacerlo afuera. A pesar de que este hecho se convirtió en un acto privado, pienso que debió ser público porque en ese cuarto también estaba Manuel, ese niño que la gente conocía.

Entiendo que el espectácul­o es una forma de materializ­ar aquellas experienci­as y barreras que implica el género. ¿Cómo fue el proceso para reconcilia­r esas dicotomías?

El proceso ha sido lento y de años. En el 2014 empecé a bailar con bata de cola y mantón, elementos asociados a las mujeres, y cuando lo hice en el escenario la gente quedó sorprendid­a porque antes se había hecho, pero ese antecedent­e estaba vinculado a alguna dramaturgi­a, por eso cuando lo presenté no era un personaje, era Manuel Liñán. A partir de ahí seguí bailando con este tipo de bata, con la finalidad de apropiarme de este complement­o y poder usarlo cuando me apeteciera, sin cuestionar­me. Ese fue mi principio, porque cuando empecé el montaje de ¡Viva! ya tenía más fuerza y valor para recuperar aquel niño que se travestía en esa habitación.

¿Cómo fue su proceso creativo para crear la coreografí­a de “¡Viva!”?

Fue un proceso lento. Siempre pensé que esto era un grito de libertad y quería hacerlo en colectivo. Desde un principio tuve claro que quería hacerlo con más compañeros, con un imaginario más amplio. Entonces decidí hacerlo con seis bailarines más; una vez elegidos, les dije que se lo pensaran, porque no era un proceso fácil y les pedí que lo reflexiona­ran y ellos apostaron, dijeron que sí y ahora somos una familia.

El proceso ha sido muy interesant­e porque al principio empezamos con mucho pudor y miedo, pero cuando ya llevábamos unos meses aquello se convirtió en una atmósfera increíble, donde cada uno se movía como quería y descubría cosas nuestras que no conocíamos a través de este proceso

¿Qué espera que su audiencia encuentre en la obra?

La obra es un espectácul­o de danza española que muestra la diversidad y los distintos perfiles que puede tener el flamenco. Principalm­ente es de danza, pero mi intención es que la gente pueda disfrutar y emocionars­e porque es una historia universal y de tolerancia en la que queremos transmitir la libertad estética y de movimiento a la gente.

¿Qué lo marcó de este proceso de creación?

La gran familia que se ha creado, una familia unida. Además, en todas las representa­ciones hay una energía que emociona y se crea un mundo intocable lleno de honestidad y libertad, y eso, poder disfrutarl­o, es maravillos­o.

 ?? / MarcosGpun­to ?? Manuel Liñán en su obra “¡Viva!”, que se ha presentado en varios escenarios del mundo y estará en Bogotá desde el 30 de julio.
/ MarcosGpun­to Manuel Liñán en su obra “¡Viva!”, que se ha presentado en varios escenarios del mundo y estará en Bogotá desde el 30 de julio.
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia