“Que los colombianos tengan la oportunidad de revisar los archivos”
En diálogo con El Espectador, el analista Michael Evans, la cabeza del capítulo colombiano de Archivo de Seguridad Nacional, habló sobre los detalles de los documentos desclasificados sobre la relación de Estados Unidos y Colombia. Se refirió también a la
Los documentos desclasificados a los que accedió la Comisión de la Verdad fueron claves para entender el papel de Estados Unidos en el conflicto colombiano. Desde su punto de vista, ¿cuáles son los principales hallazgos de esos documentos?
Creo que uno de los principales patrones, en términos del papel de Estados Unidos en el conflicto armado, es la manera en que mi país utilizó su considerable influencia económica en sus relaciones y también en el fortalecimiento de la asistencia militar e intensificar la guerra contra las drogas.
¿Se refiere a lo que sucedió en la década de los 80?
Así es. Se aprovecharon de ciertas situaciones para intensificar las operaciones antinarcóticos, como la fumigación aérea de cultivos ilícitos, la extradición, el aumento de las operaciones contraguerrilla y operaciones antiterroristas. Un ejemplo de esto se ve en un cable del mes de mayo de 1984, en el que la Embajada de Estados Unidos describe los esfuerzos que considera debe implementar el gobierno durante ese contexto.
Habla sobre el cable después del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla…
Así es. Lo que se evidencia allí es a la Embajada de Estados Unidos indicándole cómo aprovechar ese momento emocional para presionar a Colombia a ser más agresivo en la guerra contra las drogas. Esto es solo un ejemplo de lo que se ve a lo largo de los años 80 y 90: en ciertas situaciones, EE. UU. vio una oportunidad para aprovechar una especie de intensificación de las operaciones antinarcóticos en momentos claves. Usar la palanca que proporciona un desbordamiento emocional, como después del asesinato de Lara Bonilla o más tarde en los años 80.
Y ahora la Comisión criticó precisamente ese tipo de políticas que tomaron gobiernos en esa época…
Exacto. Fueron políticas, que la Comisión dice ahora, exacerbaron el conflicto como la fumigación o la extradición. Hubo mucha presión de Estados Unidos para que eso ocurriera. Por supuesto, ya sabemos cuáles son los resultados.
Además de los archivos desclasificados, la NSA tiene en su poder documentos que donó el periodista Mark Bowden. ¿Qué puede decir de ellos?
Hay uno realmente interesante, y lo considero único, pues discute las posibles amenazas contra el personal de la DEA con sede en Colombia después de la muerte de Luis Meneses, también conocido como Ariel Otero, que fue el líder de las autodefensas en el Magdalena Medio. Y el motivo de la preocupación, según este documento, era que estos funcionarios de la DEA habían estado en contacto regular con Meneses y su predecesor, Andrés Pérez. Lo que dijeron los agentes es que había señales de que Meneses había sido torturado y por ello pudo haber hablado. Creo que el documento plantea un montón de preguntas acerca de las relaciones con otros individuos y grupos que EE. UU. trató de cultivar.
¿A qué se refiere?
Estados Unidos estaba tratando de cultivar fuentes o contactos con algunas de las figuras más infames de la historia. Entonces, ¿qué sabía Estados Unidos? ¿Cuál era la naturaleza de esas relaciones exactamente? ¿Cuál era la naturaleza de la cooperación con ellos contra Escobar y qué sabía EE. UU. sobre todos los actos ilegales en los que estas personas estaban involucradas, al mismo tiempo que los llamaban por teléfono y recibían mensajes de fax de ellos?
Una de las recomendaciones de la Comisión es que Colombia desclasifique sus informes de inteligencia, ¿qué opinión le merece?
Claro. Aunque hay muchas recomendaciones y muy importantes. No quiero minimizar la importancia de ninguna de ellas, pero para mí una de las grandes recomendaciones que hay es la de cambiar el período en el que los archivos de inteligencia son tratados como confidenciales en Colombia. Aunque se supone que son 30 años, en la práctica se vuelven 45. Deberían reducirlo a 15 años, es un plazo mucho más razonable. Especialmente a la luz de este informe que ahora ha develado mucha de esta otra verdad. Que los colombianos tengan la oportunidad de revisar, ojalá sus
‘‘Ciertamente,
EE. UU. no es el único responsable del conflicto, pero es muy fácil ver los vínculos entre las políticas estadounidenses y la exacerbación de la violencia.
propios archivos, y no solo los que el Gobierno quiera liberar. Conocemos la historia por los archivos de Estados Unidos. Conocemos la historia por haberla visto con nuestros propios ojos. Por eso creo que es una tontería, y daña la credibilidad del gobierno y de las agencias mantener ese nivel de secreto sobre sus archivos.
Otro de los temas que salió a la luz en los documentos desclasificados tiene que ver con la presencia de multinacionales petroleras en el país que terminaron inmersas en el conflicto. ¿Qué consideraciones podría compartirnos de este tema?
EE.UU. siempre vio problemas en el sector privado. Por ejemplo, el sector del petróleo. Hay un documento fascinante en esa colección que publicamos con las preocupaciones sobre cómo estas corporaciones petroleras multinacionales estaban siendo arrastradas más