Cambio en el manejo económico
En oportunidades anteriores mostré que la economía se encuentra en el estado de oferta. La manifestación más clara está en el déficit fiscal, el déficit en cuenta corriente y el exceso de demanda de dinero sobre la oferta. Aún más diciente y descriptivo, la producción crece tres veces menos que la demanda agregada, la tasa de ahorro se redujo a la mitad en los últimos dos años y medio, y la inflación aumenta en forma creciente. Mientras persistan estas condiciones la economía no tiene ninguna posibilidad de recuperar la tasa de crecimiento del pasado y mejorar la distribución del ingreso.
Lo más preocupante es que mientras persistan las fallas estructurales será muy difícil avanzar en los programas sociales prometidos por el presidente Petro en la campaña presidencial. El mayor interrogante gira en torno al sistema pensional y la reforma tributaria, donde existe el mayor margen de maniobra para elevar los ingresos fiscales. En el grupo de empalme se habla de una reforma tributaria de $50 billones e incluso de $75 billones. En las pensiones se habla de gravar las mesadas de más de $10 millones mensuales.
La reforma tributaria en muchos aspectos se asemeja a la adoptada al comienzo del gobierno de Alfonso López Michelsen (1974), cuando se introdujeron nuevas modalidades de impuestos al patrimonio, las altas rentas y los bienes suntuarios para elevar la contribución de los sectores más pudientes. No sobra recordar que las medidas provocaron una fuerte recesión en 1975 y solo vino a normalizarse en 1978. Las tarifas tributarias sobre actividades elásticas, como los bienes suntuarios y el capital, tienden a ser neutralizadas por la reducción de la demanda.
La reforma tributaria está orientada a elevar la contribución de los sectores de mayores ingresos, pero existen diferencias sobre la progresividad. Un grupo de la campaña se inclina a favor de que el peso recaiga en los 4.000 colombianos más pudientes y en el otro que se distribuya en un grupo más amplio de 40.000 personas.
En la reforma pensional se plantea reducir las enormes transferencias a los sectores altos y trasladarlas a los grupos que carecen de pensiones, como los trabajadores informales y adultos mayores. A estas alturas no se sabe cómo se realizará la operación. Si se mantiene el sistema mixto, se requeriría una transferencia de los fondos privados de pensiones (RAIS) a Colpensiones.
En cualquier caso, la operación provocaría una reducción del ahorro que ampliaría la brecha entre la demanda y la oferta, y profundizaría el estado de la economía de oferta. La economía quedaría expuesta a fuerzas que tenderían a deprimir la producción y el empleo, disparan la inflación, y a la larga reducen el crecimiento económico y deterioran la distribución del ingreso.
El colapso solo se puede evitar con un cambio de modelo económico que eleve el ahorro y sostenga la productividad y el salario. El primer paso es la reorientación de la política monetaria y financiera para reducir el exceso de demanda sobre la oferta de dinero y convertirlo en exceso de oferta. A renglón seguido, se plantea refundar el comercio internacional para sustituir las importaciones del país en las actividades de mayor complejidad, demanda y productividad.
La teoría económica de equilibrio de mercado que reinó durante más de dos siglos está en desequilibrio. La oferta no crea su propia demanda. El deterioro del ahorro la sumió en una economía de oferta. La producción crece por debajo de la demanda, la inflación aumenta en forma creciente, el crecimiento económico decae y la distribución del ingreso se deteriora.
‘‘Mientras persistan las fallas estructurales será muy difícil avanzar en los programas sociales prometidos por el presidente.