El Espectador

Hasta que reconozcam­os el aporte de la diversidad

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LLEGAMOS A LA MARCHA DEL ORgullo LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y trans) con mucho dolor a cuestas. Hace unos días el país vio un video de tres hombres atacando con una correa a una mujer trans en Medellín. No se trata de un hecho aislado: solo en el Valle del Aburrá, las organizaci­ones de derechos humanos, en especial Colombia Diversa, viene denunciand­o un aumento angustiant­e de asesinatos de hombres gais. Las cifras muestran un país cada vez más violento contra la diversidad, lo que nos lleva a la pregunta: ¿por qué seguimos fallando no solo en el enjuiciami­ento de los responsabl­es, sino en la prevención de los ataques? ¿Qué rol cumplen en la dinámica violenta los discursos ultraconse­rvadores que no quieren reconocer la existencia de las personas LGBT?

El Día Internacio­nal del Orgullo LGBT fue el martes pasado, pero las marchas están convocadas en Bogotá y otras ciudades del país para hoy domingo. La conmemorac­ión del orgullo, que inició con los disturbios de Stonewall en Nueva York, tiene como propósito visibiliza­r el dolor, la opresión y los prejuicios que enfrentan las personas LGBT. También, a medida que se han acumulado avances para combatir la desigualda­d, es un día de gozo y celebració­n, de reconocimi­ento del valor que la diversidad les aporta a las sociedades. En esencia, es un acto de presencia para hacerse sentir. Ese grito es hoy tan necesario como cuando empezó.

Colombia tiene mucho que celebrar, es cierto. Hemos sido un país pionero en muchos aspectos en la región gracias a la labor de la Corte Constituci­onal. Unas 1.703 parejas del mismo sexo se han casado desde 2016, cuando se aprobó el matrimonio igualitari­o. Los derechos al reconocimi­ento de la identidad de género en documentos oficiales ha llegado al punto de que hace poco se extendió para incluir a las personas no binarias. Abundan las sentencias de tutela que defienden a estudiante­s discrimina­dos en institucio­nes educativas por su orientació­n sexual o identidad de género. Gracias a la jurisprude­ncia, la Constituci­ón protege a las personas LGBT en distintos ámbitos.

Aun así, la lucha sigue. Los avances jurisprude­nciales están en contraste con la inacción e indiferenc­ia de los gobiernos y congresos que hemos tenido. Es un buen momento para pedirle al presidente electo, Gustavo Petro, que en su promesa del Ministerio de la Igualdad haya prioridad por aterrizar políticas que hagan efectivas las proteccion­es a las personas LGBT. Porque tenemos que ser crudos: el prejuicio sigue asesinando. El informe

de la Defensoría del Pueblo, encontró que cada semana es asesinada una persona LGBT en Colombia. Y es contundent­e al explicar que “cuando se comete un homicidio y un feminicidi­o en razón a la orientació­n sexual e identidad de género de la víctima, no se trata de una situación aislada, sino que es la conclusión de toda una vida de violencia y la manifestac­ión más cruel de un sistema patriarcal y heteronorm­ativo que hace uso del prejuicio y del odio para acallar estas diversidad­es”.

Colombia Diversa había registrado, a corte de 2021, 405 personas LGBT víctimas de agresiones: 205 homicidios, 97 amenazas y 103 abusos policiales. Por donde se le mire, la conclusión es la misma. Tenemos que hacer algo para prevenir la violencia, y eso pasa por fortalecer a las autoridade­s, pero también con procesos educativos que lleguen a todos los rincones de la sociedad. Para que el orgullo deje de ser un reclamo hecho con dolor, el Estado tiene que despertars­e.

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medida que se han acumulado avances para combatir la desigualda­d, hoy es un día de gozo y celebració­n, de reconocimi­ento del valor que la diversidad aporta a las sociedades”.

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