Acuerdo nacional sobre el precio de la comida
EL PRESIDENTE ELECTO, GUSTAVO Petro, ha propuesto la conformación de un Acuerdo Nacional amplio, incluyente y sin matices ni vetos. En ese sentido, es imperativo desarrollar una conversación con distintos sectores del país, de cara a formular unas recomendaciones que le sirvan al Gobierno entrante para solucionar el más apremiante problema de los colombianos en la actual coyuntura: el precio de los alimentos.
Los precios de la comida están disparados en Colombia. Entre diciembre del año pasado y febrero de 2022, se incrementó el valor de productos como el queso, la mazorca, la zanahoria, el tomate y el maracuyá hasta en un 40 %. Por otros como las chatas de carne, el brócoli, el mango y algunos tipos de papa se está pagando hasta el doble. La papa criolla hoy está costando más del triple.
Por supuesto que hay factores que podemos controlar dentro de nuestras fronteras y otros que no. La disrupción en las cadenas globales de valor causadas por la pandemia, el inesperado incremento de los fletes de carga marítima, la drástica variación de las tasas de cambio y la escasez de gas causado por la guerra en Ucrania son algunos de esos que poco o nada se pueden controlar desde el Palacio de Nariño.
Pero hay otros que sí: atacar la especulación inmobiliaria rural, formalizar la propiedad en el campo, incentivar la producción interna de fertilizantes e insumos, que hoy representan del 17 al 34 % de los costos promedio de producción agrícola (y casi todos son importados), reducir los costos de intermediación, incidir en los POT, PBOT o EOT de los municipios, mejorar las condiciones logísticas y crear incentivos para la tecnificación y mecanización del campo son los principales retos a los que se enfrentará el gobierno de Gustavo Petro si quiere empezar a suavizar el impacto del precio de la comida en el bolsillo de los colombianos.
El primer golpe a la pobreza extrema debe ser derrotar las tendencias alcistas de los principales alimentos que afectan a los más pobres y vulnerables, que constituyen un factor de aumento de la brecha social que enfrenta Colombia.
Teniendo en cuenta el inicio del próximo gobierno y su prioridad con los más pobres, el Acuerdo Nacional, construido desde las regiones, debe iniciar convocando a todos los sectores de la economía rural colombiana: los más de 60 gremios agropecuarios, las organizaciones y colectivos de campesinos, los líderes sociales, las juntas de acción comunal, la academia y las organizaciones sociales regionales, a realizar un intercambio de ideas en encuentros regionales que se deberían realizar antes del 7 de agosto.
El objetivo de estos encuentros regionales sería desarrollar un plan de acción para presentarle al nuevo Gobierno una hoja de ruta, que permita navegar en los primeros 100 días en acciones de alto impacto que detengan la ola alcista de alimentos en el país y con ello se frene el hambre.
Será un insumo clave en definir acciones de cortísimo, corto, mediano y largo plazo para que en los siguientes cuatro años se aligere el pesado costo que están teniendo los alimentos en el bolsillo de los colombianos.
Empezó el cambio y todos tenemos que ser parte de este importante proceso.
*Exviceministro de Justicia y exdirector de la Agencia Nacional de Tierras.
‘‘Ninguna
persona razonable puede negar que lo que ocurrió después de las elecciones de 2020 fue un intento de golpe de Estado, una traición a todo lo que Estados Unidos representa.
Por mucho, las acciones de Trump fueron lo peor que ha hecho un presidente estadounidense”.