Carolina Corcho, la ministra de la pospandemia en Colombia
El nombre de la persona que liderará el Ministerio de Salud en el gobierno de Gustavo Petro era bastante esperado por el sector, no solo por la reforma que el presidente electo asegura que va a presentar para cambiar el sistema, sino también por los desafíos que ha dejado la pandemia de covid-19. El nombramiento de Carolina Corcho, sin embargo, despertó posiciones a favor y en contra. Corcho es médica de la Universidad de Antioquia y psiquiatra de la Universidad Nacional. Su trayectoria en el sector salud ha estado guiada, en general, por dos posiciones: la defensa de los derechos laborales de los médicos y residentes, y la petición de una reforma en el sistema que, entre otras cosas, elimine lo que ha definido como la “intermediación financiera y administrativa de las EPS”. Prueba de lo anterior es, por ejemplo, su coautoría de la Ley 1917 de 2018, que reglamentó el sistema de residencias médicas en Colombia. Durante 2012, además, Corcho desempeñó un papel importante en las protestas que realizaron diferentes asociaciones médicas en Antioquia, por la reforma a la salud que se tramitaba entonces y que, según ese sector médico, iba en detrimento de la calidad de la atención en salud.
La ahora nueva ministra de Salud ha liderado entidades como la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR) durante 2011 y, hasta este nombramiento, se desempeñaba como vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana. Corcho fue coautora de la Ley Estatutaria 1751 de 2015, que reguló el derecho fundamental a la salud y que buscaba mejorar el acceso a los servicios de salud, liderada por el entonces gobierno de Juan Manuel Santos, y era parte, hasta este nombramiento, de la comisión de seguimiento de la Sentencia T-760 de 2008, en la cual la Corte Constitucional ordenó a distintas entidades corregir las fallas que presentaba el sistema y la prestación de los servicios de salud. Organizaciones como la Asociación Colombiana de Salud Pública, que es cercana a la nueva ministra, saludaron el nombramiento, resaltando “su perfil profesional, conocimiento profundo del sector, compromiso con la dignificación de los y las trabajadores de la salud y su defensa irrestricta del derecho a la salud”. Para esa organización y su presidenta, Dionne Cruz, Carolina Corcho “es una garantía para el país y una esperanza para avanzar en los cambios estructurales que demanda el sistema de salud”. Una posición similar tomó la Organización para la Defensa del Paciente, que señaló que desea que la gestión de la nueva ministra “redunde en beneficio del derecho fundamental a la salud”. Algunas de las críticas de Corcho al sistema y a su funcionamiento, no obstante, han levantado discusión en una parte del sector. Su definición de las EPS como solo un “intermediario” que hay que eliminar no se ajusta, en opinión de algunos, al papel que han desempeñado estas entidades en el modelo de aseguramiento colombiano. Desde la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), gremio que reúne a 10 de las principales EPS del país, insisten en esa labor. “La invitamos (a Corcho) a seguir construyendo sobre lo construido, en este sistema en donde las EPS han aportado de manera fundamental a algunos de los principales logros que tenemos, como la cobertura casi universal y uno de los menores gastos de bolsillo para la población en salud de la región”, afirmó Paula Acosta, presidenta ejecutiva de Acemi, en reacción al nombramiento. La eliminación de las EPS fue una propuesta que Gustavo Petro utilizó ampliamente durante su campaña, “pero no brindan muchos datos de cómo su reforma va a cambiar eso, cuánto vale y tampoco creo que haya un reconocimiento de lo que puede salir mal”, dice Johnattan García Ruiz, magíster en salud pública con énfasis en salud global de la Universidad de Harvard.
Por su parte, la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) también saludó el nombramiento. Junto a la felicitación, su presidente, Juan Carlos Giraldo, aseveró: “Comprendemos los enormes retos que tiene la nueva administración, especialmente para poder armonizar los avances que ha tenido el sistema de salud colombiano, y hacer que sean compatibles con la ambiciosa propuesta de reforma. Desde acá le auguramos éxitos en su gestión y estamos dispuestos a aportar para que haya buenos resultados”. Algunos comentarios de Corcho, especialmente durante la pandemia, fueron y siguen siendo objeto de críticas. Uno de los más recordados sucedió en mayo de 2021, cuando dijo que el sistema de salud actual había causado, entre 1998 y 2010, 1,3 millones de muertes evitables con base en un informe del Instituto Nacional de Salud.
Varios salubristas le discutieron entonces que la mortalidad evitable, la cifra que reportaba el informe del INS y en el que se basó la afirmación de Carolina Corcho, incluía causas como la del conflicto armado, que ningún sistema de salud en el mundo tiene la capacidad de “evitar” exclusivamente.