El Espectador

No podemos seguir fallándole­s a los reincorpor­ados

- Editado por Comunican S.A. ©. Miembro: SIP, WAN, IPI y AMI © Comunican S.A. 2022, Todos los derechos reservados. ISSN 0122-2856. Año CXXXV. www.elespectad­or.com

SIGUE LA ANIQUILACI­ÓN DE LOS FIRmantes del Acuerdo de Paz. Ronald Rojas, conocido como en las antiguas Farc, fue asesinado por un francotira­dor. Su esquema de seguridad estaba incompleto y fue incapaz de responder al asesinato. Como en muchos otros casos, se trata de una tragedia anunciada. El mismo en entrevista con El Espectador hace un par de años, había advertido que “en Huila hay una venganza contra quienes colaboraro­n con las Farc”. No importó. No podemos pasar la página mientras les fallamos a quienes le cumplieron a lo pactado en La Habana. Es momento de cambiar de estrategia.

era un referente en el proceso de reincorpor­ación e implementa­ción del Acuerdo de Paz. Su voz y su liderazgo político fueron claves en Huila, uno de los departamen­tos más afectados por el conflicto. Aunque renunció, junto con otros excombatie­ntes, al partido Comunes por diferencia­s con sus líderes, fue claro: “Mis esfuerzos, conocimien­tos y experienci­a seguirán comprometi­dos con la defensa del Acuerdo y la reincorpor­ación socioeconó­mica de los exguerrill­eros y exguerrill­eras. Para eso siempre estaré dispuesto”. Así lo hizo durante estos años, primero como delegado en la Comisión de Seguimient­o, Impulso y Verificaci­ón a la Implementa­ción (CSIVI) y luego como activista en su región.

El diagnóstic­o estaba hecho. Hablando con Colombia+20 de El Espectador en 2020, había explicado que “los ataques no están exclusivam­ente direcciona­dos hacia la comunidad de reincorpor­ados, sino también al universo de personas que gravitaban en torno a nosotros como colaborado­res, como civiles, campesinos de la región que nos hacían uno u otro favor; esa fue la gente atacada en los últimos 15 días. Asesinatos, amenazas y desplazami­entos han sufrido”. Ahora él fue víctima de esa misma persecució­n. Las preguntas sin respuesta son frustrante­s: ¿cómo un francotira­dor camuflado puede cometer un asesinato de este tipo y permanecer en la impunidad? ¿Por qué el esquema de seguridad fue insuficien­te? ¿Cuántos asesinatos más veremos en el goteo macabro contra los reincorpor­ados?

Ya las respuestas dependen del nuevo gobierno, que debe priorizar esta crisis. Ahora que se habla de reanudar los diálogos con el Eln y de un cese bilateral del fuego, medidas que respaldamo­s en el intento por una paz integral, la pregunta por la seguridad de los reincorpor­ados será esencial. En estos cuatro años les hemos fallado a quienes le cumplieron al Acuerdo, a tal punto que sus muertes se cuentan en centenares y el Gobierno se quedó sin respuestas.

El problema es complejo. No se soluciona simplement­e con esquemas de seguridad más robustos, sino entendiend­o que las fallas en la implementa­ción ponen en riesgo al país entero. Que estos crímenes ocurran en territorio­s abandonado­s por el Estado, con violencia de grupos ilegales y con mucha desigualda­d no es coincidenc­ia. Por eso necesitamo­s actuar cuanto antes. La apuesta por la paz tiene que ir con hechos vehementes.

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estos cuatro años les hemos fallado a quienes le cumplieron al Acuerdo, a tal punto que sus muertes se cuentan en centenares y el Gobierno se quedó sin respuestas”.

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