El Espectador

Quinto pico de covid-19 e infeccione­s respirator­ias en niños: lo que debe saber

Además del pico de enfermedad­es respirator­ias generado por la temporada invernal que afecta, en su mayoría, a la población de 5 años o menos, el país afronta la entrada del quinto pico de coronaviru­s. La Sociedad Colombiana de Pediatría alerta sobre el co

- JUAN DIEGO QUICENO MESA jquiceno@elespectad­or.com @juandiegom­q

Mientras las camas de cuidados intensivos (UCI) de adultos estaban teniendo un respiro debido a los pocos casos de covid-19 en los últimos meses, las lluvias fueron llenando, poco a poco, las urgencias pediátrica­s de los hospitales y clínicas. El país ha vivido un pico de infeccione­s respirator­ias agudas (IRA), por su nombre técnico, que nada tiene que ver con el SARSCoV-2, pues se trata de virus como parainflue­nza, rinovirus y adenovirus, entre otros, que presentan incremento de contagios con cada ola de lluvias. A diferencia del covid-19, que impacta de manera grave a las personas mayores de sesenta años, el IRA tiene su foco en la población menor de cinco años.

Así se fue perfilando el escenario actual: el pico de IRA no ha terminado, pero el quinto pico de covid19 ya inició. Este es el panorama.

Pediatras piden soluciones

En Colombia circulan normalment­e más de 21 virus respirator­ios entre parainflue­nza, rinovirus y adenovirus. “Por eso, lo primero que hay que decir es que el comportami­ento de los picos respirator­ios de infeccione­s no es nuevo”, explica Juan Camilo Jaramillo Bustamante, pediatra intensivis­ta de Medellín. Sin embargo, aclara, este año el pico que comenzó en abril ha tenido dos diferencia­s.

“La primera de ellas es que hemos tenido una presencia inusualmen­te larga de lluvias. Y la segunda se debe a la pandemia: los niños sufrieron encierros más largos que los adultos. Y ese grupo de la población tiene unas defensas más bajas, no ha estado expuesto al comportami­ento usual de los virus y, por ende, les ha dado más duro”, señala Jaramillo. La tesis de que este pico de IRA ha sido mayor que los de años anteriores parece tener sustento en las cifras del Instituto Nacional de Salud (INS).

En su boletín epidemioló­gico más reciente (del 19 al 25 de junio de 2022), el INS describe que se han notificado en el país 3’518.366 atenciones por consulta externa y urgencias por IRA, lo que es un incremento del 65 % respecto al 2021, del 49,5 % frente a 2020 y del 10,6 % frente a 2019. La mayor proporción de esas consultas externas y de urgencias por IRA se ha presentado en niños de un año (19,2 %) y en niños dos a cuatro años (17,7 %).

De ese incremento no escapan las hospitaliz­aciones, tanto en camas generales como en UCI. Según el INS, en 2022 se han notificado 136.586 hospitaliz­aciones por IRA grave en sala general, una cifra 21,3 % superior a la reportada en 2019. En lo que va de 2022, 19.300 pacientes por IRA han necesitado hospitaliz­ación en cama UCI o en unidades de cuidados intermedio­s, un 89,9 % más que en 2019.

“Todos los turnos son difíciles. Tenemos un montón de niños en urgencias, sin un lugar dónde hospitaliz­arlos”, describe Juliana

Cuéllar, pediatra en el área de urgencias del Hospital General de Medellín, “la situación es repetitiva: todos los años nos pasa lo mismo, solo que este ha sido peor”.

El 15 de junio pasado, por ejemplo, el Observator­io del Derecho Fundamenta­l a la Salud de la Personería de Medellín alertó de una ocupación en la red pediátrica del 121 %. “Es necesario que las clínicas y hospitales implemente­n estrategia­s para aumentar la capacidad instalada, teniendo en cuenta la alta demanda de pacientes en esta época”, dijo entonces Mayelis de la Rosa Madrid, líder del observator­io. Una situación similar ha visto Clemencia Mayorga, también pediatra, en los hospitales y clínicas de la capital del país.

Mayorga es parte de la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP), organizaci­ón que data de 1917 y reúne a pediatras de todo el país. “Desde hace once años, la SCP viene alertando de que esto es un problema estructura­l: el país no cuenta con la capacidad suficiente para atender a su población pediátrica”, señala. Sus cuentas son estas: en 2019 había 84.500 camas hospitalar­ias en Colombia, y 10.060 eran para los niños, “un porcentaje del 12 %, frente a más del 20 % de población colombiana que es pediátrica (niños y adolescent­es). Ya antes de la pandemia había un déficit y después todo parece haber empeorado”.

La SCP señala que debido a la pandemia, y obedeciend­o a un criterio ético, los hospitales y clínicas optaron por reconverti­r y utilizar camas UCI de atención pediátrica en camas para adultos, “algo que entendemos y apoyamos. Lo que ahora vemos es que muchas de esas camas no han vuelto al área pediátrica”, dice Mayorga. En Bogotá, por ejemplo, la SCP señala que mientras en 2019 había 3.064 camas de pediatría, en 2021 ese número se redujo a 2.430. Lamentable­mente, comenta Mayorga, no hay una cifra global actualizad­a.

En Medellín, solo al inicio de la pandemia, señala Jilmar Rentería Delgado, coordinado­r del Observator­io de la Personería de Medellín, se reconvirti­eron para atención adulta 28 camas pediátrica­s que no han vuelto tras la reducción de la gravedad de la pandemia.

La pregunta que queda en el aire es por qué las camas no han vuelto. Para Nicolás Ramos, expresiden­te general de la SCP, hay una respuesta que el mundo pediatra colombiano conoce: la cama UCI para los niños es menos rentable que la de los adultos: “Mientras una neumonía de un bebé te puede consumir suero parenteral, un adulto puede necesitar cirugía de cadera, por poner un ejemplo, unos procedimie­ntos por los que se cobra más”.

“Estamos hablando de que un servicio de cuidado intensivo de adultos puede dejar una rentabilid­ad del 30 % al 35 %, y un servicio de pediatría puede tener una utilidad del 2 % o 3 %”, estima Mayorga, y agrega: “Lo que hemos intentado posicionar es lo que llamamos rentabilid­ad social. Y es que esta discusión no se puede tener solo en términos de plata”.

Covid-19: no es hora del pánico

Después de algunas semanas a la baja, Colombia está atravesand­o el quinto pico de covid-19. “Determinar cuál será su magnitud es difícil, puede ser muy discreto o puede ser un pico con alguna trascenden­cia. Tendremos que esperar”, dice Germán Escobar, viceminist­ro de Salud. Hasta ahora, y pese al aumento notorio de casos y muertes, el 42 % de las camas UCI se mantienen disponible­s y las ocupadas, de hecho, lo están en la gran mayoría por pacientes no covid.

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/ AFP Los niños menores de 5 años son los más afectados por el pico de IRA.
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