Los Durán Carrión
No había reversa ni retrovisor. Sumaron subsidio de vivienda de Compensar, ahorros de lado y lado, primas, cesantías, un crédito hipotecario y así financiaron el inmueble.
Sandra Carrión y Fernel Durán se conocieron por Facebook cuando tenían 19 y 20 años, respectivamente. Con el paso del tiempo y los likes hicieron clic y descubrieron que tenían sueños en común y un futuro probable, que valía la pena saltar de un terreno digital a una tierrita propia. Cada uno vivía con su familia: Sandra en Zipaquirá, Fernel en Sopó. Hasta que decidieron vivir juntos, en Sesquilé, por economía. De ahí en adelante fueron 3 años de ahorro; la meta era clara. A Sandra le llegó la información de un proyecto de vivienda en Tocancipá por medio de Inversiones TAC, su empresa afiliada a
Compensar. Después de ir los dos a sala de venta, resolver dudas con el asesor integral en vivienda y comparar en el mercado, separaron con $1.000.000. La facilidad de los trámites siguió despejando el camino. Compraron en 2019.
En pandemia llegó su pequeño
Anthony. En mayo de este año, recibieron las llaves de su apartamento en
Altamorada, el proyecto de vivienda de interés social de Compensar. Ahora respiran un nuevo aire de bienestar. Su apartamento 813, en el último piso, les abrió varias puertas que dieron también la bienvenida a otras rutinas. Ahora van a Compensar Calle 220 a jugar tenis o a disfrutar un almuerzo campestre. Ahora ella está dedicada a su hijo con quien va sagradamente a las citas del Plan Complementario de Salud. Ahora él va a su trabajo en Luctta Gran Colombiana, empleo que obtuvo a través de la Agencia de Empleo y Fomento Empresarial de Compensar. Ahora, sin duda, son más felices, más sanos y más productivos. Después de cumplir este sueño como parte de su proyecto de vida, indudablemente, este equipo apunta más lejos: “Ahora queremos terminar los arreglos que hacen falta del apartamento y más adelante nuestro vehículo propio” afirma Sandra, empoderada. Por supuesto, siempre de la mano de su hijo que juguetea con Iris, una Rottweiler fiel escudera que zarandea la cola porque se sabe parte de la familia, protagonista de esta historia que no solo tiene nombres propios sino apellidos: los Durán Carrión, quienes vencieron el pulso del día a día sin trucos, pero con la magia de la determinación y el amor por la familia.