¿Por qué el 7 de agosto?
ANTES, LOS PRESIDENTES DE LA REpública se posesionaban el 1° de abril. ¿Por qué? Después del 20 de julio de 1810, en enero del año siguiente, la Junta Suprema comisionó a Jorge Tadeo Lozano, Luis Eduardo de Azuola, Miguel de Tobar y José María del Castillo y Rada para redactar un proyecto de Constitución sobre los principios de un sistema liberal representativo. Reunido el Colegio Electoral Constituyente, Lozano fue elegido primer dignatario y la Constitución se firmó el 30 de marzo de 1811. Allí se reconocía como soberano a Fernando VII, con la condición de que viniera a reinar a Santa Fe. Lozano fue elegido vicerregente, se posesionó el 1° de abril y promulgó la Carta el 4.
Desde entonces, los presidentes se posesionaban el 1° abril, sin que tuviera más significado que ese hecho circunstancial. Vino luego la batalla de la Humareda, el fin de la Constitución radical de 1863 y la convocatoria al Consejo Nacional de Delegatarios, que redactó la Constitución de 1886. Allí determinaron en las disposiciones transitorias: “El primer período presidencial comenzará a contarse desde el 7 de agosto del presente año”, en conmemoración de la batalla de Boyacá,
que selló nuestra independencia.
Si bien todas las constituciones fijaron el 1° de abril como día de la posesión presidencial, a los constituyentes de 1991 se les olvidó citarlo y desde entonces siguió la costumbre de que sea el 7 de agosto. Si ellos volvieron trizas la Constitución del 86, ¿por qué sigue rigiendo una de sus normas transitorias?
El Código de Régimen Político y Municipal, adoptado por la Ley 4 de 1913, dice: “El período de duración del presidente será de cuatro años, a partir del 7 de agosto de 1910”. A pesar de que ese estatuto no ha sido derogado, sí lo han sido gran parte de sus artículos. ¿Regirá lo del 7 de agosto?
Tal parece que los constituyentes del 91 no quisieron hacer su agosto.