Nueva vida para teatros
Llega una noticia interesante, en especial para aquellos de nosotros que recordamos los buenos tiempos de ayer. Se trata del anuncio que ha hecho el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) de la renovación que han emprendido para darles nueva vida a dos teatros tradicionales de Bogotá. Uno de ellos es el San Jorge, una excelente sala, que por muchos años fue un sitio donde se iba a ver lo mejor de la programación cinematográfica de Bogotá. En ella hubo incluso marcas de duración de una cinta en cartelera, cuando una hermosa película llamada Lili duró casi un año, ya que esa historia, protagonizada por Leslie Caron y Mel Ferrer, sobre una niña ilusionada que hablaba con muñecos, era atractiva sin ser sentimentaloide. También otro filme llamado Escuela de sirenas, con Esther Williams y Red Skelton, duró varios meses, porque ella tenía el atractivo de que uno de los intérpretes era Carlos Julio Ramírez, quien no solo era en la película el amigo de Skelton, sino que también cantaba muy bien un par de canciones. Ramírez fue uno de los grandes cantantes colombianos, con una voz de barítono única y que lo hubiera podido llevar muy lejos en el mundo de la ópera (dicen y parece que es verdad en esta ocasión, que el Metropolitan de Nueva York le ofreció un contrato), pero prefirió la gloria de Hollywood. El San Jorge también fue por casi un año sala de conciertos, cuando un empresario bogotano tuvo diferencias con el Colón y comenzó a presentar a sus artistas en esa sala, que resultó con una acústica sorprendentemente buena. Allí tocaron entre otros Isaac Stern, el gran violinista, y Gaspar Cassadó, ilustre cellista. Con la renovación del San Jorge habrá una gran sala al servicio de la capital.
El otro teatro que está renovando Idartes es el del Parque Nacional, que fue en sus inicios una sala dedicada a los niños, con funciones regulares de títeres concebidos por Hena Rodríguez y manejados por el padre del inolvidable actor Carlos Alfonso Muñoz. Las funciones dominicales eran gratuitas y vivían siempre con lleno completo. En el foyer del Teatro del Parque fue el almuerzo de despedida a Seki Sano, cuando el director y maestro japonés fue expulsado del país. No han dicho qué clase de programación habrá en los dos teatros, pero el que haya nuevas salas para eventos culturales en la ciudad es una muy buena noticia y hay que felicitar a Idartes por esa iniciativa.
Ya los teatros Faenza y México fueron resucitados y todo lo descrito muestra que hay quienes defienden las tradiciones, en especial con darles nueva vida a sitios donde ojalá se haga una buena labor cultural.