Una cuestión de amor propio
El canterano, uno de los jugadores más importantes del equipo en los últimos años, jugará en el fútbol árabe. Se irá a préstamo por un año.
El menor de los hermanos Pedroza vivió la época en la que Santa Fe ganó su séptima estrella y peleó la semifinal de la Copa Libertadores contra Olimpia de Paraguay en un sitio privilegiado: detrás del arco de El Campín.
Juan Sebastián, hoy figura importante en el once cardenal, era parte entonces de las divisiones menores del equipo y era habitual recoge pelotas durante sus partidos. Sin embargo, no era el único de la familia vinculado al club. Su hermana Tatiana era porrista y su hermano mayor, Juan Guillermo, era alternativa del técnico Wilson Gutiérrez en la rotación del plantel que peleaba torneos a nivel local e internacional. “Nuestro entorno, nuestra vida giraba y sigue girando alrededor de Santa Fe”, le dijo Juan Sebastián a El Espectador.
Con 23 años, Pedroza se ha convertido en uno de los jugadores más importantes del equipo. A pesar de que Santa Fe lleva un año sin clasificar a las fases finales de la Liga BetPlay, ha consolidado como titular a un canterano que se mantiene en la mitad de la cancha a pesar de los cambios en el banquillo, pues seis técnicos han pasado por ahí desde su debut,en 2019. Con planteles que han variado junto con esos entrenadores, jugadores que llegaban a préstamo y otros que salían vendidos tan pronto se destacaban, que un canterano se haya asentado en el once titular y permanezca hasta hoy es algo para resaltar. Para Pedroza haber llegado desde las divisiones menores tiene un tinte especial, pues lo hizo con su mejor amigo, el lateral Edwin Herrera.
“Llevamos 11 años jugando juntos, nos conocemos hace mucho. Viví toda mi experiencia y proceso de menores al lado de él. Somos mejores amigos, es difícil que uno llegue a ser profesional y nosotros pudimos llegar los dos. Es un plus, siempre estamos juntos. Siempre tratamos de respaldarnos, y eso es algo muy importante para uno como canterano, apoyarse en sus compañeros, en la gente que sabe lo duro que ha sido llegar acá”, afirmó Pedroza de su amigo, que también destacó y tuvo ya un paso por el fútbol europeo en el Familiacao de Portugal. Y todo parece indicar que Juan Sebastián seguiría los pasos de Herrera, pues El Espectador pudo conocer que su futuro estaría en Arabia Saudita, a donde se iría a préstamo por un año, con opción de compra.
Sería una baja sensible para Santa Fe, pero también una oportunidad en el exterior para un jugador que ha gozado de regularidad y ha llevado el ADN de la hinchada del equipo a la cancha. “Eso es amor propio. Hay que inculcarlo desde muy pequeño, nosotros lo tenemos. Hay que tratar de que las divisiones menores sientan ese amor por la camiseta, que quieran estar acá, que no piensen en irse”, afirmaba Pedroza antes de conocerse su posible partida al exterior después de tres años brillando en el primer equipo cardenal.
Un período que no solamente lo acercó a los procesos de selección de Colombia en el cierre del ciclo de Reinaldo Rueda, sino que le permitió hasta el inicio de este torneo compartir medio campo con el dos veces mundialista Carlos la Roca Sánchez. “Me ha enseñado muchas cosas dentro y fuera del campo, compartimos habitación. Es con él con quien hablo de los partidos, de la disposición táctica, de las cosas que nos hacen dentro del campo. Son personas que tienes que escuchar”, cuenta Pedroza sobre el período compartido con Sánchez. Ahora Pedroza tiene la oportunidad de mostrar en el fútbol asiático todo el talento que lo consolidó comouno de los jugadores más importante de Santa Fe en el últimos tiempo, así como mantenerse en el radar del nuevo cuerpo técnico de la selección de Colombia, que encabeza Néstor Lorenzo. “Son cosas que uno tiene que aprender, que valorar, porque si quieres volver a sentirlo (estar en la selección), hay que trabajar muy fuerte y esperar a que lo llamen a uno”, concluyó.