El Espectador

El proyecto de Ocad-Paz que tiene cuatro contratist­as investigad­os por la Contralorí­a

Un contrato de construcci­ón de paneles solares en zona rural de Becerril (Cesar) fue adjudicado a empresas que consolidan un cartel que acaparó ocho licitacion­es más. El supervisor fue una empresa con dos investigac­iones por responsabi­lidad fiscal.

- VALENTINA PARADA LUGO vparada@elespectad­or.com @valentinap­lugo

El pasado 2 de mayo, la Alta Consejería Presidenci­al para la Estabiliza­ción y Consolidac­ión reportó en su página web como un logro de gestión que, por primera vez, más de 500 familias de zonas rurales del Cesar tendrían energía eléctrica gracias a la instalació­n de paneles solares en varias veredas del municipio de Becerril. Diego Mesa, ministro de Minas y Energía, asistió a la entrega del proyecto y explicó que esa obra había sido posible gracias a los recursos de Ocad-Paz, órgano del Sistema General de Regalías (SGR) responsabl­e de viabilizar y aprobar proyectos de inversión financiado­s con esos recursos que contribuya­n a la implementa­ción del Acuerdo de Paz.

El contrato se dio, pese a que desde diciembre de 2020 la Presidenci­a de la República, la Procuradur­ía, el Departamen­to Nacional de Planeación, la Gobernació­n del Cesar y la Personería y Alcaldía de Becerril venían siendo alertados de irregulari­dades en esa contrataci­ón. En junio de 2021, las denuncias se extendiero­n hasta la Fiscalía, Contralorí­a y Defensoría. Aun así, la licitación se celebró por más de $10.000 millones y quedó en manos de los contratist­as Elier Jovanny Martínez Martínez, de la Unión Temporal Energía 2020, y James Martínez Gallego, de Proinges S.A.S. El primero es cuestionad­o por la Contralorí­a por pertenecer al cartel de los paneles solares y el segundo tiene investigac­iones por posible responsabi­lidad fiscal en contratos similares en otros municipios.

El 28 de junio pasado, antes de que se conociera el escándalo de los recursos de la paz revelado por Blu Radio, la Contralorí­a ya había advertido que en ocho de nueve proyectos auditados de paneles solares las empresas que habrían ganado el contrato serían las mismas, pero camufladas en distintas uniones temporales que crearon para participar en cuantiosos contratos en Dibulla, Fonseca, Urumita (La Guajira) y en La Paz, Pueblo Bello, Becerril y Codazzi (Cesar). El ente de control también determinó que habrían incurrido en sobrecosto­s en todos estos proyectos de energía renovable.

Por el caso de Becerril (Cesar), Colombia+20 conoció un derecho de petición de junio de 2021 que enviaron los gobernador­es de los resguardos indígenas Rosario, Bellavista, Yukatán (municipio de La Paz), Iroka (Agustín Codazzi) y Sokorhpa (Becerril) a todos los entes de control mencionado­s con la referencia: “Denuncia corrupción” por el proyecto de los paneles solares, advirtiend­o que “dicho proyecto nunca fue socializad­o ni consultado de manera formal con la comunidad del resguardo Sokorhpa (uno de los beneficiar­ios) y mucho menos ha sido priorizado por nuestra comunidad. El proyecto en mención no refleja nuestras necesidade­s”.

En ese documento, las autoridade­s indígenas especifica­n que su resguardo hace parte del territorio PDET de la Serranía del Perijá y que el proyecto que desarrolla­ron salió de la cartera del Ocad-Paz; es decir, que todos los proyectos aprobados por esa cartera debieron pasar por la aprobación y el consenso de las comunidade­s beneficiad­as, como lo determinó el Ministerio del Interior.

El 19 de julio pasado, el Departamen­to Nacional de Planeación (DNP) respondió a este derecho de petición asegurando que varios actores institucio­nales, entre ellos las autoridade­s indígenas, debían definir los proyectos de inversión de esta cartera. Al responder esta petición, la entidad confirmó que conocieron las denuncias que hizo la comunidad al haber violado el mecanismo de consulta previa. Sin embargo, la oficina de prensa del DNP aseguró sobre ese contrato: “Hicimos un reporte a organismos de control por ausencia de requisitos de contrataci­ón. Importante aclarar que sobre la ejecución no tenemos ninguna alerta”. Esto, a pesar de que en el derecho de petición en poder del diario se lee: “Como pueblo yukpa, vemos con sorpresa cómo el contratist­a da avances de obra cuando ni siquiera ha iniciado”. Esta alerta fue enviada el 25 de junio de 2021, en plena ejecución.

Según James Martínez Gallego, intervento­r de ese contrato, “el alcalde nos entregó la lista de las personas beneficiad­as y allí no había nadie que pertenecie­ra a una comunidad indígena. Por eso nunca hubo consulta previa. Tampoco conocemos dicho derecho de petición del resguardo”. Por su parte, la gobernador­a indígena Esneda Saavedra Restrepo, del resguardo Sokorhpa, confirmó que la comunidad indígena que dirige sí recibió los paneles solares. Este diario intentó comunicars­e con Raúl Machado, alcalde de Becerril, pero hasta el cierre de esta edición no había contestado a los mensajes, correos ni llamadas.

Las advertenci­as que la Alcaldía no escuchó

Cristian Amilkar Jiménez, representa­nte legal de la empresa Obair Electric S.A.S., fue el primero en solicitar que esta licitación fuera revocada, porque no cumplía con todos los requisitos de contrataci­ón pública ni dejaba garantías para los proponente­s. Una de las observacio­nes que hizo, el 21 de diciembre de 2020, es que los estudios previos poblaciona­les no se hicieron con la población total rural de Becerril. “Se realizó un diagnóstic­o en el que se toman como referencia la población de los corregimie­ntos de Estados Unidos y La Guajirita, pero no se hizo la caracteriz­ación de quienes sí iban a ser los beneficiar­ios”, se lee en los documentos.

Amilkar también advirtió que apenas hubo nueve días hábiles para hacer observacio­nes técnicas a la propuesta (la norma ordena que sean diez días). Algunas de las observacio­nes que Obair Electric S.A.S. iba hacer a la licitación estaban relacionad­as con la inviabilid­ad de instalar paneles eléctricos sin que la administra­ción municipal garantizar­a la empresa que les haría mantenimie­ntos, además de cuestionar que la celebració­n de dicho contrato no estaba planeado en el plan de adquisicio­nes del municipio en 2020.

››Los

contratist­as y el supervisor negaron que en los beneficiar­ios hubiera comunidade­s étnicas. Los gobernador­es indígenas confirman que recibieron los paneles sin consulta previa.

El cuestionad­o intervento­r

Por este caso, la Contralorí­a ha puesto el ojo únicamente sobre los ejecutores del contrato, pero El Espectador conoció que el intervento­r de este proyecto, la empresa Proinges S.A.S., en cabeza de Martínez Gallego, también es un contratist­a recurrente del Estado, pues ha tenido por lo menos trece contratos como intervento­r en nueve departamen­tos del país en cuatro

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/ Jonathan Bejarano Con el proyecto buscaban beneficiar 541 hogares, que representa­n 2.582 personas en esa zona rural.
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