Sobre un editorial
Muy de acuerdo con su editorial del domingo, “Preferible el silencio que la cacofonía de anuncios”. Solo sentido común. Avalancha de opiniones de funcionarios nominados que, ciertamente, alimentan la confusión.
Llama la atención el aspecto casi caricaturesco o surrealista de muchos de ellos. La formalidad tradicional de modistas y sastres convencionales no es el factor común. Pero eso mismo quizá da un aire de esperanza, de cambio. Recuerdan a veces a aquellos funcionarios al estilo Robespierre de roja pañoleta, que en el acceso de la Revolución francesa generaban el terror a la guillotina. Los “ciudadanos” que invitaban al cumplimiento de las normas de la nueva era para no poner en peligro la garganta.
El nuevo director de la DIAN, por ejemplo, advirtiendo sobre las nuevas reglas. La mincultura, proponiendo tributos nuevos para los planes celulares de mínima cuantía, pone a temblar de incertidumbre respecto a si este sí será el gobierno de la gente desposeída. Como dijo Salom Becerra: definitivamente “al pueblo nunca le toca”.
No se queda atrás la de Salud, que pone a temblar con sus anuncios. Ayer estaba azuzando las marchas contra el Gobierno y las EPS. Volvemos al sueño de Baltasar Riveros... ¿será la hora del pueblo? El aspecto desparpajado y digno de la embajadora ante la ONU con su locuacidad casi inentendible, explicándole a Yamid Amat las dimensiones de su apetencia en el nuevo cargo, que todavía no entiendo del todo, de pronto Yamid sí.
El aspecto adusto y severo como de patriarca del Antiguo Testamento de Iván Velásquez, que pone seguramente a temblar a los forajidos. Dicen que David Racero toma el Transmilenio para movilizarse en Bogotá sin usar la parafernalia que tiene adjudicada. ¿Será verdad? Eso llena de esperanza también. Piensa uno que si los de corbata y sastre fino son los que nos han esquilmado tanto, bienvenida la camisa y el pelo en pecho de Racero. Que logre su objetivo de tumbar injustas prebendas al Congreso.
En fin, una hora de sueño endulza la vida. Amanecerá y veremos.