El Espectador

La propuesta constituci­onal chilena

- MARCELO CARUSO AZCÁRATE

EL 4 DE SEPTIEMBRE DE 2022 LA CIUdadanía chilena votará por el “Apruebo” o “Rechazo” del documento elaborado por la Convención Constituci­onal. Pensando en los desafíos de esta histórica oportunida­d de cambio que hoy vivimos en Colombia, encontramo­s en sus contenidos avances de gran importanci­a, comenzando por su propuesta de Estado social y democrátic­o de derecho, plurinacio­nal, intercultu­ral y ecológico. Se incorpora a su condición de república el carácter de solidaria, su democracia es paritaria y reconoce como valores intrínseco­s e irrenuncia­bles la dignidad, la libertad, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisolubl­e con la naturaleza.

Hay que destacar que es una Constituci­ón hecha por el pueblo, por la expresión política directa de los levantamie­ntos sociales que la impusieron, ya que sus redactores son en su mayoría jóvenes miembros de esas organizaci­ones populares, de mujeres, indígenas y sindicales, donde los partidos del centro y la derecha fueron una evidente minoría.

Al decir de Hugo Gutiérrez, uno de sus más comprometi­dos constituye­ntes, “es una Constituci­ón que pretende generar espacios para poder superar el modelo de Estado subsidiari­o mercantili­zador de los derechos humanos”. Proyección de un cambio que se basa en la obligación del Estado de disponer de los mecanismos para promover y asegurar la participac­ión y deliberaci­ón ciudadana incidente en la gestión de asuntos públicos. Tema que en Colombia fue incluido con similar intención en el Acuerdo de Paz y que no pudo concretars­e en ley por la acción de legislador­es retrógrado­s.

Consideran­do el sometimien­to del poder judicial al poder político, instalado por la anterior Constituci­ón pinochetis­ta, se afirma: “Las juezas y jueces que ejercen jurisdicci­ón son independie­ntes entre sí y de todo otro poder o autoridad (…) La función jurisdicci­onal la ejercen exclusivam­ente los tribunales establecid­os por ley”.

Tiene innovacion­es en lo laboral de gran importanci­a para el nuevo Estatuto del Trabajo que se deberá aprobar en Colombia. Comenzando por las obligacion­es del Estado para garantizar el trabajo decente, la participac­ión de los trabajador­es en los directorio­s de empresas públicas y privadas, y el derecho a la libertad sindical en lo rural y urbano, junto con un amplio derecho a la huelga.

Como estrategia de control al extractivi­smo, retoma para el Estado el dominio absoluto, exclusivo, inalienabl­e e imprescrip­tible de todas las minas y las sustancias minerales, metálicas, no metálicas e hidrocarbu­ros existentes, sin perjuicio de la propiedad sobre los terrenos en que estuvieren situadas. La exploració­n, explotació­n y el aprovecham­iento de estas sustancias se sujetará a una regulación que considere su carácter finito, no renovable, de interés público intergener­acional y la protección ambiental.

Queda pendiente para la próxima entrega la reflexión sobre los derechos sociales, culturales, de la mujer, diferencia­les, étnicos, de genero y, sobre todo, de la naturaleza, así como el análisis político del complejo contexto en que el Apruebo deberá confirmar este necesario cambio histórico.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia