Las cifras de población
HACE 15 AÑOS, EN COLOMBIA NACÍAN más de 700.000 personas al año y morían menos de 200.000. De las cifras del DANE se infiere, además, que entre comienzos de siglo y 2009 emigraron aproximadamente 200.000 colombianos, así que el aumento de la población en ese primer decenio del siglo fue algo inferior a 5 millones de personas.
A partir de 2010, el número de nacimientos empezó a caer. Hasta 2021, había caído casi 18 %, una cifra muy considerable. Al mismo tiempo, las muertes anuales aumentaron. Aun antes de la pandemia, la cifra de muertos por año había subido casi 20 %, a alrededor de 240.000. Quizás era reflejo del envejecimiento de la población. De todos modos, es un incremento que llama la atención. Con la pandemia, en 2020, 2021 y 2022 han muerto casi 200.000 personas en exceso de la tendencia previa.
Durante estos últimos 5 años, según el DANE, la tasa de crecimiento de la población ha subido. En 2016, la población habría aumentado en casi 515.000 personas; en 2017, en 590.000 personas; en 2018, en 840.000 personas; en 2019, en más de 1’100.000 personas. En total, entre 2016 y 2021, la entidad calcula un aumento de 2,5 millones de personas por encima de la diferencia entre nacimientos y defunciones. La explicación aparentemente es la inmigración venezolana.
Pero la brecha entre los aumentos de la población, que se pueden explicar por la diferencia entre nacimientos y muertes, y los estimativos de la población total no se puede atribuir indefinidamente a la inmigración. Si no hubiera inmigración, la población colombiana estaría creciendo, en los últimos 3 años, a una tasa de poco más de 0,5 % al año, indicio de una transición demográfica especialmente marcada. Esta cifra está deprimida por el número atípico de muertos durante la pandemia, pero la cifra ajustada puede estar por debajo de 0,7 %.
El censo de 2018 ya indicaba que entre 0 y 9 años hay menos gente que entre 10 y 19 años. La pirámide de población había empezado a invertirse, su base se había vuelto más estrecha, como un rombo incipiente. Las cifras más recientes indican que esta tendencia se está acentuando. Si, como lo sugieren algunos analistas, el éxodo venezolano se está revirtiendo, es incluso posible que en los últimos dos años la población en Colombia haya caído.
Las consecuencias de estos fenómenos son muy importantes. El número de mujeres en edad de reproducción va a caer. ¿Qué tipo de gasto educativo se debe hacer, cuando la demanda por cupos escolares va a disminuir? En Colombia, nos ha sido más fácil aumentar capacidad que mejorar la calidad, que es deficiente. Ahora, todos esos cupos no se van a necesitar y, en cambio, es urgente fortalecer la formación de maestros y promover una política educativa enfocada en la calidad, como lo explicó Felipe Barrera en un excelente artículo hace unas semanas. Este tipo de análisis también es necesario en el campo de la salud, por ejemplo. Y en el de las pensiones. No se oye suficiente debate sobre el tema demográfico y sus consecuencias.
Las proyecciones de crecimiento de población merecen revisión. No solamente por el ajuste inicial, que arrojaba cierta sombra sobre los resultados del censo de 2018. La migración venezolana y la pandemia también cambian la ecuación.
¿Será que se pospusieron los nacimientos en 2020, 2021 y 2022, pero subirá la tasa de natalidad en los próximos años para compensar? ¿O se trata de un efecto permanente? ¿Sigue la inmigración venezolana o se ha revertido la tendencia? Es importante responder estas preguntas, para contar con proyecciones de crecimiento detalladas y actualizadas. Es posible que sea necesario un nuevo censo más temprano que tarde, quizás antes del fin del próximo gobierno.