El Espectador

“Tenemos reservas serias frente a Petro”

El senador habla de las razones que lo llevaron a declararse como independie­nte y no de gobierno. También dio su visión sobre la nueva bancada oficialist­a y los problemas que tendrá por su tamaño.

- JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO jlombo@elespectad­or.com @JuanLombo

¿A qué Congreso llega? ¿Es un Congreso de transforma­ciones, como se ha predicado?

Lo primero que tengo que decir es que yo había conocido el Congreso desde afuera, como ministro. Pero otra cosa es estar dentro de la ballena. Y ahí uno encuentra muchas disfuncion­alidades.

Por el momento veo que hay una coalición muy grande de gobierno, que asegura que van a pasar muchas cosas, sobre todo este primer año. El siguiente tendremos elecciones y eso dificultar­á el panorama. Creo que va a haber decisiones, muchas de ellas progresist­as. Pero creo que esta coalición tan grande y heterogéne­a, cuando entren los temas importante­s, aunque no preveo una gran crisis, sí una configurac­ión de sectores en función de cada tema. Tenemos que ver de qué manera esto se va a ir comportand­o. Pero el resultado final sí debe ser positivo para Colombia.

Usted fue ministro de Gobierno, ¿han cambiado mucho las dinámicas en el Congreso frente a lo que usted pudo ver antes?

Sí, digamos que en aquella época, en 1991, había un sentimient­o anticongre­so y antipolíti­co muy grande. Vino la famosa revocatori­a y, para mi sorpresa, el Congreso que vino después no fue mejor que el revocado. Y a partir de allí se han ido agravando ciertos males. Esta es la oportunida­d para recuperar confianza y cumplir las promesas de campaña.

¿Eso quiere decir que los que llegaron son la representa­ción del cambio?

Creo que sí. Indudablem­ente hay una cosa nueva y es una cosa dirigida hacia el cambio. Un hecho sustancial de la política colombiana es que las dos opciones proclamaba­n el cambio y es el signo de los tiempos. En segundo lugar, hay unos fenómenos nuevos que no son tan alentadore­s. Por ejemplo, la circunstan­cia de que los influencer­s y las redes sociales tengan tanto poder en una opinión pública tan emocional y poco reflexiva, termina dificultan­do las labores del Congreso.

Habla de los ‘influencer­s’, incluso uno -JP Hernández- alcanzó a tener mayor votación que usted. ¿Cree que ellos pueden implicar un debate político de menor calidad?

El problema de esta visión de la política, que no solo ocurre en Colombia, es que es muy superficia­l. Poco más de 200 caracteres en un trino es la peor forma de reflexiona­r sobre la política. Los 30 segundos de la televisión aún son más superficia­les. Confiemos en que esto se va a ir decantando, al menos en el Congreso. Las formas mundiales en la política se han ido conduciend­o por estos esquemas de volatilida­d. Hay un filósofo, Byung-Chul Han, que habla de la “infocracia”. Se ha generado una forma de gobernar inmediatis­ta, que no examina

y que se guía por los instintos.

Usted y Daniel Carvalho no tienen partido, ¿eso no los deja en desventaja frente a los otros sectores?

Diría que no. La circunstan­cia actual de nosotros nos ha dado un ámbito de mayor libertad, capacidad de discusión e independen­cia. Finalmente me siento tranquilo y contento.

Están en un vacío jurídico en el que algunos expertos han comentado que pueden pedir la personería jurídica, ¿lo harían?

He oído esa tesis y no soy capaz de responder categórica­mente, porque hay que examinarla. Por lo pronto, no me parece tan clara esa posibilida­d. De existir, mi experienci­a me ha mostrado que, a pesar de todos estos malentendi­dos, creo que sí es útil en la política colombiana tener una organizaci­ón con personería jurídica. Todo eso hay que hacerlo con cuidado y racionalid­ad.

¿Qué piensa de que los partidos tradiciona­les (conservado­res, liberales y la U) sean de gobierno? ¿Se afecta la promesa de cambio dada por Petro?

Hay dos formas de mirar ese tema. Un destacadís­imo dirigente, seguidor de Gustavo Petro, dijo que les tocó hacer coalicione­s porque no lograron una mayoría suficiente en el Congreso, y eso tiene cierta racionalid­ad. Si no se puede gobernar solo, se deben armar coalicione­s. El peligro, y es una responsabi­lidad enorme de Petro, es gestionar una coalición tan enorme y disímil manteniénd­ose en la línea de política abierta, higiénica, transparen­te y sin mermelada.

¿No cree que esta situación pone en duda la legitimida­d ideológica de los partidos?

Es claro. Estamos ante la mayor crisis del régimen de partidos. Veníamos mal en esa materia y el solo hecho de que con el triunfo de Petro muchos partidos se hayan subido al tren de la victoria, demuestra que el sustrato de los partidos y sus conviccion­es es bastante frágil.

Desde la campaña hablaron de apoyar la propuesta de cambio, ¿por qué declararse como independie­ntes y no como gobierno? ¿Hay reservas frente a Petro?

Hay temas en los que coincidimo­s. Pero tenemos reservas serias frente a Petro. Digamos, la idea de recoger $50 billones cada año con la reforma tributaria, como se planteó inicialmen­te, me parece que golpea la economía privada y generaría un fenómeno de estatizaci­ón totalmente indeseable. Eso se ha ido suavizando y el doctor José Antonio Ocampo es garantía de que no se vaya a extremos. En segundo lugar, la idea de combatir los combustibl­es fósiles es obvia ante la situación del mundo, casi nadie se opone a esto, pero la propuesta de Petro de suspender la exploració­n de inmediato genera inmensos riesgos.La llamada paz total también me genera interrogan­tes, no oposición. No se han definido muchos temas, pero hay elementos que generan preocupaci­ones, como la idea de que la negociació­n con el Eln se haría de la forma de que lo que se vaya acordando se vaya aplicando de inmediato, lo contrario a lo de La Habana.

¿Va a resultar problemáti­co que solo se tenga como figura de oposición al Centro Democrátic­o? ¿Se retrocede frente a otros gobiernos, donde hubo con claridad gobiernoop­osición?

Puede ser un error histórico concentrar el papel de opositores en las zonas radicales de la derecha, el Centro Democrátic­o. Aunque insisto en que hay que ver cómo va a ser el comportami­ento de una coalición tan grande como la que logró Gustavo Petro. No es muy sano que la oposición se quede en

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