El Espectador

Sobre planificac­ión familiar

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Desde 1969, en Colombia se recomienda que las parejas planifique­n su familia. Recuerdo que en 1960, siendo presidente de Colombia el siempre bien recordado señor don Alberto Lleras Camargo, se comenzó a hablar en público de la necesidad de controlar la natalidad. La Iglesia católica se opuso radicalmen­te porque el control natal podría ser un aborto disimulado y porque las parejas debían tener tantos hijos cuantos Dios les diera.

En 1966 se creó Profamilia. Las críticas en su comienzo fueron devastador­as y desde entonces entendemos que “la planificac­ión familiar es el conjunto de prácticas que pueden ser utilizadas por mujeres y hombres para el control de la reproducci­ón, con el objeto de decidir el número y espaciamie­nto de hijas e hijos que se desean tener”.

Es posible que desde comienzos de 1970 se haya establecid­o en los colegios y escuelas la clase de comportami­ento y salud, que tenía un alto impacto en la planificac­ión familiar. Hoy se enseñan los fundamento­s del ejercicio responsabl­e de los derechos sexuales y reproducti­vos, tema que genera debates. Lo enuncio para que ustedes opten por la mejor idea que correspond­a.

En la Constituci­ón de 1991 se ordena que los progenitor­es deben (debemos) ser responsabl­es. También deben (debemos) ser responsabl­es los abuelos, y esa responsabi­lidad se demuestra teniendo solo los hijos que se puedan criar y educar con la garantía mínima de los derechos fundamenta­les que permitan una vida digna, derechos que consagra el art. 44 de la Constituci­ón. Respetuosa­mente sugiero que todo el mes de agosto sea dedicado a la planificac­ión familiar en sentido amplio: planificar la empresa familiar y que sea política de Estado buscar cero embarazos adolescent­es y cero embarazos no deseados.

Carlos Fradique-Méndez.

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