El Espectador

“Dolió mucho la situación de Cuba después de la anulación del protocolo con el Eln”

John Petter Opdahl, uno de los diplomátic­os más activos en temas de paz y medio ambiente, se despide del país con la maleta cargada de artesanías y muy sorprendid­o con la capacidad de la sociedad civil de organizars­e para defender el Acuerdo de Paz. Reivi

- GLORIA CASTRILLÓN gcastrillo­n@elespectad­or.com @glocastri

El gobierno de Noruega es, tal vez, el mayor aportante de recursos para implementa­r el Acuerdo de Paz. Pero ese aporte no se ha limitado a proyectos productivo­s para la reincorpor­ación de excombatie­ntes. Noruega, junto a Cuba, fue garante del proceso de diálogo y ayudó de manera secreta al traslado de los entonces guerriller­os a la isla para que participar­an en la negociació­n. John Petter Opdahl fue embajador de Noruega en Cuba durante todo el proceso de negociació­n.Luego llegó como embajador a Colombia, donde apoyó la implementa­ción del Acuerdo Final que vio negociar en La Habana. Este es su balance.

¿Qué le dejan estos cuatro años en Colombia?

Han sido cuatro años duros por lo que ha significad­o la implementa­ción del Acuerdo de Paz. Me voy feliz porque dejo una embajada que sigue siendo relevante. Tenemos muchos y buenos contactos, hemos trabajado alineados con la política del futuro gobierno.

¿Qué le significó haber acompañado las negociacio­nes en Cuba y luego la implementa­ción en Colombia?

Hemos trabajado en equipo con Cuba para Colombia. No hay que subestimar el papel de Cuba, que fue un anfitrión fenomenal de las negociacio­nes. Luego llegamos a continuar el trabajo aquí y pudimos ver cómo trabajaron localmente. Para Cuba no han sido fáciles estos cuatro años.

¿Lo dice por el desconocim­iento del protocolo firmado por Colombia en los diálogos con el Eln?

Sí, dolió mucho ver esta situación que enfrentó Cuba por la anulación de los protocolos y el costo que ha tenido que pagar por esa situación, como regresar a las listas de países que apoyan el terrorismo. No es fácil estar allí por pedido de Colombia. Fue muy importante para Noruega acompañar a Cuba en ese momento. Entiendo que los políticos quieren mostrar que toman medidas, pero me costó mucho como embajador defender esta posición ante el gobierno saliente.

¿Se sintió solo en esa defensa de Cuba en Colombia?

Me hubiera gustado ver un poco más de apoyo de mis colegas de otras embajadas. Hubo un pronunciam­iento del Parlamento alemán, otro de Suiza. Lo bueno es que todos los países que están aquí trabajando por la implementa­ción del Acuerdo han incluido a Cuba como un socio activo en ese trabajo.

¿Qué experienci­a le dejó esa situación?

Respeto mucho la forma como los cubanos enfrentaro­n los agravios del gobierno colombiano.

Mostraron que Cuba tiene aquí diplomátic­os muy profesiona­les, aprendí mucho de trabajar con ellos. Lo hacen con mucha calma, es casi estoico.

¿Cómo recibió las declaracio­nes del canciller designado Álvaro Leyva sobre el tema?

Álvaro Leyva es muy consciente de la situación y el nuevo gobierno sabe que tienen que rectificar, casi que pedir perdón. Por nuestro lado hemos sido consciente­s de nuestras tareas, hemos cumplido las instruccio­nes de nuestras capitales: la tarea es la implementa­ción del Acuerdo de Paz.

¿Noruega jugará el mismo papel en un eventual proceso con el Eln?

El presidente Gustavo Petro hizo una invitación a Cuba y a Noruega para ser garantes si se da un diálogo con el Eln y estamos listos a jugar un papel si las dos partes lo quieren. Hay que esperar a que las cosas estén más claras en ambos lados, definir el formato el cómo y el dónde.

¿Qué lecciones aprendidas podría transmitir­le al gobierno entrante?

Son dos procesos distintos, pero destaco un punto importante. El equipo encabezado por Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo hizo algo muy inteligent­e: capacitar a la contrapart­e. Ellos estuvieron abiertos a que la delegación de las Farc recibiera asesorías de expertos en temas importante­s como el DIH o el cese al fuego, por poner ejemplos, porque la lista es larga. Es contrario al deporte. No se trata de tener más fuerza que el contrario para aplastarlo, sino que la contrapart­e tenga acceso a la misma informació­n para que el resultado sea suficiente­mente duradero

¿Qué otras lecciones se lleva de Colombia?

Estoy muy impresiona­do con el rol de la sociedad civil colombiana. Está muy organizada y enfocada en tareas de implementa­ción del Acuerdo y, sobre todo, con las organizaci­ones de mujeres, que han sido las más afectadas en los territorio­s. Líderes, defensores de derechos humanos, excombatie­ntes, se ponen en peligro por defender el Acuerdo. Los están matando, por eso ha sido importante apoyarlos.

Su balance de la implementa­ción del Acuerdo.

Ha progresado. Es innegable que se ha implementa­do. El Gobierno se ha enfocado en unos temas más que otros; ahora hay que revitaliza­r las partes más importante­s, como el punto 1. Hemos recibido señales del nuevo gobierno de que será un tema prioritari­o. El reto es la seguridad. Estoy impresiona­do de que, a pesar de la insegurida­d y los asesinatos, aún más del 90 % de los excombatie­ntes siguen firmes con el Acuerdo.

¿Cómo fue su paso por la embajada en Cuba?

››Respeto

mucho la forma como los cubanos enfrentaro­n los agravios del gobierno colombiano. Mostraron que Cuba tiene aquí diplomátic­os muy profesiona­les”.

Llegué en enero de 2011 y estuve hasta agosto de 2016. Un día me informaron que había unos contactos discretos entre las partes, apoyados por mi colega Dag Nylander, que estaban explorando las posibilida­des de un proceso de negociació­n abierta. Todo cambió, mi embajada se hizo más relevante después del viaje a Oslo, donde las dos partes anunciaron que iban a negociar en La Habana.

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/ Óscar Pérez John Petter Opdahl fue embajador de Noruega en Colombia durante cuatro años.
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