Un mundo menos peligroso sin al Zawahiri
EL GOBIERNO DE JOE BIDEN PARECE respirar un poco más aliviado tras el ataque con drones que acabó con la vida del terrorista más buscado del mundo: Abi Mohamed Ayman al Zawahiri. La muerte del líder máximo de Al Qaeda, que reemplazó a Osama Bin Laden, deja a este grupo fundamentalista islámico seriamente golpeado. De esta manera la Casa Blanca logra, 21 años después, la retaliación prometida contra los dos máximos responsables de los atentados el 11 de septiembre de 2001.
Para Estados Unidos y los servicios de inteligencia, la búsqueda y muerte de Bin Laden y al Zawahiri se había convertido en un asunto de honor. Los ataques que se llevaron a cabo contra propiedades del país del norte en el mundo, a los que se sumaron los hechos del 9/11, tenían a la CIA tras los rastros de ambos líderes terroristas.
Las historias de estos dos peligrosos fundamentalistas tienen elementos comunes, a pesar de tratarse de personalidades distintas. Osama Bin Laden provenía de una multimillonaria familia saudita y poco a poco fue inclinándose hacia las ideas de los grupos extremistas musulmanes. Su carisma le permitió ganar adeptos para Al Qaeda, el grupo al que pertenecía y lideraba.
En cambio, Ayman al Zawahiri venía de una familia egipcia de clase media alta, estudió Medicina, empezó a acercarse a los grupos fundamentalistas y se unió en su país a la Hermandad Musulmana. Más adelante asumió el mando de la Yihad Islámica, que estuvo detrás del asesinato del entonces presidente, Anwar el Sadat, en 1981. Luego de haber sido detenido y torturado, al salir libre huyó a Pakistán, donde ejerció como médico, ayudando a los combatientes afganos que eran llevados allí. En Peshawar conoció a Bin Laden, lo que llevó a que en 1988 se integrara esta dupla del terror en la cual el egipcio asumió el manejo ideológico y doctrinario, mientras que el saudí era la cara política y organizacional de Al Qaeda.
De esa época quedaron varios grupos regionales de terroristas operando a sus anchas en África, en especial AQMI, en el Magreb árabe, así como Al Shahab en Somalia, que han causado demasiado daño. Diez años después de haber iniciado sus actividades conjuntas, en 1998, declararían formalmente la Yihad (guerra santa) contra “judíos y cruzados” y tres años después tendrían lugar los ataques en Nueva York y Washington. Tras su huida de Afganistán, luego de la invasión a dicho país por parte de Estados Unidos, al Zawahiri fue el portavoz de Al Qaeda, donde prometió “luchar contra los infieles que atacan las tierras del islam, con Estados Unidos y su lacayo Israel”. Un par de años después estuvo a punto de morir en operaciones preparadas por la CIA.
De esta manera, la administración Biden da un parte de victoria interno que, sumado a otros hechos recientes, debería servirle para las elecciones del Congreso, en noviembre. El mundo parece ser un lugar más seguro, al menos por ahora.
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administración Biden da un parte de victoria interno que, sumado a otros hechos recientes, debería servirle para las elecciones del Congreso, en noviembre”.