Cumbre del Litoral Pacífico acoge la paz total
Alcaldes de los municipios del Pacífico, reunidos en Cali, ratificaron su apoyo a una negociación con el Eln y otros grupos armados ilegales. La idea es construir sus propuestas para el Plan de Desarrollo con visión regional.
El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, que se realiza en Cali desde hace 26 años, es la razón por la que Jorge Iván Ospina, el alcalde de esta ciudad, a más de 100 kilómetros del mar, lidera la Cumbre de Alcaldes del Litoral Pacífico, que comenzó este martes en el Centro de Eventos del Pacífico, en Yumbo, un municipio aledaño a la capital vallecaucana.
Si el Festival Petronio Álvarez se realizara en Buenaventura, como algunos quisieran por considerar que la ciudad-puerto es la verdadera capital del Pacífico colombiano, Ospina no habría podido convocar de modo tan natural el encuentro de los 30 alcaldes del Chocó, los 11 del Pacífico nariñense, los tres de la costa caucana, los 11 del norte del Cauca y ocho del Valle del Cauca.
Alcaldes, líderes del movimiento social afrocolombiano y autoridades indígenas han llegado con aire de familia a la Cumbre y, claro, listos para gozarse la apertura del Petronio este miércoles. Aire de familia bien tratada, porque la Alcaldía de Cali asumió los gastos de hospedaje y transporte urbano, algo que difícilmente podría hacer la administración de cualquier otra ciudad de la región.
Así, lo cultural del Festival Petronio ayuda a entender lo político de la Cumbre. El alcalde Ospina, con instinto entrenado, les dio la palabra a los mandatarios de Buenaventura, Quibdó, Tumaco y Timbiquí (Cauca) en la instalación. Fueron los alcaldes negros los que marcaron el tono fuerte del primero de los dos días de la Cumbre, que espera hoy al presidente Gustavo Petro para la clausura. Por supuesto, también a la vicepresidenta Francia Márquez, quien todavía no tenía hora en la agenda al cierre de esta edición.
El tono lo marcan los alcaldes negros porque hay un sustrato racial de lo político. Al principio, la Cumbre se convocó como de todos los mandatarios locales de los cuatro departamentos del Pacífico (178), pero luego se reconfiguró para ser del Litoral Pacífico. Sin embargo, no todos los municipios representados son costeros, pero sí con una significativa población afrocolombiana. Los del norte del Cauca, por ejemplo, están relativamente lejos del mar, pero son casi todos negros. De modo que la Cumbre es, en realidad, de mandatarios de municipios afros del Pacífico, sean del litoral o no.
No ocurrirá lo mismo en el Caribe y el presidente Petro con seguridad lo sabe: cuando apela en su discurso a las comunidades afrodescendientes, los que le han respondido claramente están en el Pacífico. De donde son la vicepresidenta, la ministra del Deporte, el embajador en Washington y la viceministra de Educación Superior, hasta ahora. El presidente, que se ha mostrado como un maestro de la política simbólica, anunció que asistirá a la doble cumbre, del Litoral y del simbolismo racial negro. Además, porque la multitud del Festival Petronio lo aclamará.
Y aquí lo recibirán con mensajes en los que creen genuinamente los líderes y que él, el presidente, querrá oír. “Para el Chocó, que ha sido tan azotado por la violencia del Eln, sería importante que se sentaran lo más pronto posible, en busca de una paz que realmente tenga en cuenta a las personas que hemos sido víctimas de la violencia”, declaró Wálter Serna, alcalde de Bagadó, Chocó. “El Eln está con mucha presencia en el Pacífico y esto nos ayudaría a mejorar todo ese problema humanitario”, añadió Moisés Córdoba Ramos, alcalde de Lloró, Chocó.
“Acuerdo humanitario urgente para el Pacífico”, dijo Víctor Hugo Vidal, alcalde de Buenaventura, quien el 13 y 14 de julio fue anfitrión de un encuentro en tal sentido. La representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Juliette de Rivero, enfatizó que la “situación de violencia territorial que afecta al Litoral del Pacífico es insostenible, con desplazamientos, confinamientos y masacres”. Resaltó la desproporción de asesinatos de líderes sociales en el Pacífico. Más voces reclaman reconocer una crisis humanitaria que el resto del país ignora.
El alcalde de Quibdó, Martín Sánchez, llamó la atención sobre el incremento de homicidios y extorsiones en su ciudad y anotó que “los diálogos regionales podrían hacer que Quibdó vuelva a ser un remanso de paz”. Explícitamente, otros participantes apoyaron incluso los diálogos con los grupos narcotraficantes. La alcaldesa de Tumaco, Emilsen Angulo, matizó: “El diálogo no puede dejar de ser una vía importante para alcanzar la paz y cumplir los propósitos del país; sin embargo, no puede ser el único camino”.
La alcaldesa recalcó el riesgo de “un círculo vicioso, porque el narcotráfico es un negocio rentable y, lamentablemente, si se hace un diálogo con unas personas y no con toda la estructura, algunos personas regresan a la vida civil, pero quedan otras bases que conocen el negocio y finalmente vuelven y resurgen”.
Puede más, sin embargo, la esperanza en la paz total. La primera comisión de trabajo en la tarde del martes fue “Construcción de paz estable y duradera”, y la segunda, “Cuidado de la vida y la madre naturaleza y perspectivas de desarrollo”. La tercera, “Diálogo social y procesos de gobernanza territorial”, y la cuarta, “Descentralización y Región Pacífico” (donde se creía que resonaría la idea de un “departamento del Litoral Pacífico”, como sí pasó en la apertura de la Cumbre).
De estas comisiones saldrán propuestas para el Plan de Desarrollo con visión Pacífico, que serán presentadas este miércoles en un espacio de la Cumbre al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, y a los congresistas del Pacífico de las comisiones económicas del Congreso. El nuevo gobierno nacional juega de local en el Litoral y las expectativas son muy altas.
‘‘Para
el Chocó, tan azotado por la violencia del Eln, sería importante que se sentaran lo más pronto posible en busca de una paz total”.
Wálter Serna, alcalde de Bagadó, Chocó.
*De la Fundación Color de Colombia.