El Espectador

Decisión histórica para tratar problema de baldíos

La Corte Constituci­onal sentó las reglas de juego que deberá seguir el Estado para resolver un problema de décadas de atraso: el de los baldíos y el derecho de los campesinos a acceder a ellos.

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Después de dos años de espera, la Corte Constituci­onal tomó una decisión histórica para uno de los problemas más graves que padece el país desde hace décadas: el tema de los baldíos y el acceso a ellos. El alto tribunal, al estudiar 13 tutelas que pusieron en evidencia la complejida­d del asunto, sentenció sin rodeos: el Estado ha incumplido en promover el acceso a la propiedad de la tierra para los campesinos. Asimismo, la Corte expresó que existe un vacío en la aplicación e interpreta­ción del régimen especial para otorgar estos predios. Por ello, con ponencia del magistrado Antonio José Lizarazo, la corporació­n adoptó una serie de medidas para proteger los derechos de los particular­es que han querido regulariza­r y formalizar la propiedad rural.

La puja por este caso está ante el alto tribunal desde 2017, cuando llegó la primera acción de tutela, que junto a doce más se acumularon en el despacho del magistrado Lizarazo para que en enero del año pasado presentara una ponencia. Desde 2014, la Corte ha dicho que los bienes baldíos como propiedad del Estado son imprescrip­tibles y solo pueden ser adjudicado­s a campesinos, en desarrollo de la reforma rural. Es decir, no pueden ser entregados a particular­es por decisión judicial. Sin embargo, lo que evidenció la Corte es que se creó todo un sistema que, a través de movidas jurídicas, benefició a terceros que adquiriero­n baldíos, de buena y mala fe, pero que no cumplían con los requisitos para acceder a ellos.

Según los informes de expertos que revisó el alto tribunal para tomar esta decisión, esa situación no solo generó que los campesinos se quedaran sin acceder a tierras, sino que promovió la acumulació­n de terrenos. Como lo reveló este diario hace unas semanas, la ponencia de Lizarazo planteaba unas reglas claras de lo que debía hacer el Estado con respecto a esos baldíos y las tierras que se entregaron durante años, bajo la figura jurídica conocida como prescripci­ón de dominio. En palabras muy sencillas, ese recurso les permite a terceros (no propietari­os) pedirle a un juez que les otorgue un pedazo de tierra, después de probar que han vivido en ella y la han explotado por determinad­o tiempo, sin necesidad de aportar títulos ni tener una tradición del dominio.

El lío es que muchos de estos terrenos se entregaron mal y el problema es tan grave que, como lo dice la propia Corte, hoy no existe informació­n para entender cuántos predios fueron legalmente entregados y cuántos no. Por eso, la Corte estableció una especie de manual que deberán seguir las autoridade­s relacionad­as con tierras para resolver los casos de tenencia. Lo más importante, quizás, es que el alto tribunal le dice a la Agencia Nacional de Tierras que debe ejecutar un plan de recuperaci­ón de baldíos, especialme­nte sobre las tierras que obtuvieron ciudadanos que no eran campesinos ni sujeto del derecho a acceder a ellas.

Además, la Corte le ordena a la Agencia que también debe priorizar la recuperaci­ón de terrenos que fueron acumulados por sus dueños, algo completame­nte prohibido por las leyes vigentes y que hoy es uno de los problemas más graves del acceso a tierras. “En la ejecución del plan de recuperaci­ón de baldíos, las autoridade­s deberán reconocer las sentencias que hubieren declarado la pertenenci­a de predios rurales, no obstante los defectos en que hubieren podido incurrir los jueces que las profiriero­n, siempre que constaten que cumplen las finalidade­s asignadas a los bienes baldíos y los requisitos subjetivos y objetivos para su adjudicaci­ón”, aclaró la Corte en un comunicado de prensa.

Otra clave del fallo es que, para el alto tribunal, cualquier dedo que mueva el Gobierno o las autoridade­s del caso en tema de tierras, debe hacerse pensando en lo que se pactó en el Acuerdo Final de Paz con las Farc. Para la Sala Plena, existen puntos que considera de especial relevancia para avanzar en una política que logre sacar el tema de tierras de las décadas de atraso que padece: el fortalecim­iento de la Agencia Nacional de Tierras, la creación de la jurisdicci­ón especial agraria, la consolidac­ión del catastro multipropó­sito, la actualizac­ión del sistema de registro, el cumplimien­to de las metas del Fondo Nacional de Tierras y la elaboració­n y ejecución del plan de formalizac­ión masiva de la propiedad rural.

La decisión de la Corte se convierte en la hoja de ruta que deberá seguir el nuevo gobierno que, precisamen­te, tiene como promesa de campaña garantizar el acceso a tierras y promover una reforma agraria. La ministra de Agricultur­a, Cecilia Álvarez, reconoció el fallo en sus redes sociales y dijo: “El Gobierno acata el fallo de la Corte sobre baldíos, lo va a estudiar con rigor y objetivida­d pensando siempre en respetar los derechos legalmente adquiridos, la seguridad y estabilida­d jurídica”.

››La Corte ordenó la creación de la jurisdicci­ón agraria y la consolidac­ión del catastro multipropó­sito.

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/ Archivo La Corte Constituci­onal trazó lo que será la hoja de ruta para el tema de baldíos en el país.

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