El ocaso de Plácido Domingo
SIN LUGAR A DUDAS PLÁCIDO DOmingo fue uno de los grandes cantantes en la historia del arte lírico. Su voz brillante, sus capacidades interpretativas y su musicalidad lo pusieron en la cima de los artistas de su época. Fue, además de cantante, cabeza de casas de ópera en Los Ángeles y Washington y en varias ocasiones descendió del escenario para tomar la batuta como director en funciones líricas. Su popularidad llegó a su culminación cuando fue parte del espectáculo llamado “Los tres tenores”, que se presentó en torneos de fútbol y en otros escenarios con llenos multitudinarios. Fue además elogiado por su ayuda a cantantes que principiaban su carrera, con un concurso que lanzó a prometedoras figuras.
Cuando su voz de tenor comenzó a perder su brillo, decidió convertirse en barítono y como tal se presentó en muchos escenarios, entre ellos el exigente Festival de Salzburgo, aunque muchos críticos expresaron sus dudas y dijeron que como barítono no tenía comparación con lo que era antes.
Todo parecía que iba bien, cuando el mundo se le comenzó a caer. Una periodista oyó de una veintena de mujeres que presuntamente habían sido acosadas por el cantante y la publicación de sus investigaciones hizo que Domingo renunciara no solo a las casas de ópera que dirigía, sino también a presentarse del todo en Estados Unidos. Para ser justos, ninguna de las acusaciones llegó a los tribunales o sea que el cantante nunca ha sido condenado por la justicia.
Ahora el nombre de Domingo ha sido mencionado como cliente de una cadena de explotación sexual y eso ha dado margen para que muchos consideren que ya el cantante ha caído muy bajo y que debería retirarse por razones artísticas y humanas. A sus más de 80 años, da lástima ese ocaso de un gran artista que no supo parar a tiempo.