Sobre la lucha contra la corrupción
Las deliberaciones del nuevo Congreso, que el país espera sean eficientes y efectivas para borrar su desprestigio ante el 80 % de la opinión pública, se realizarán en medio de una situación económica y social nada fácil, con perspectivas de mayores dificultades de todo orden, entre las cuales se destaca la corrupción como uno de los mayores problemas a los que se enfrenta Colombia. Se sabe que en todos los sectores de la política siempre ha habido corruptos, soportados en la impunidad causada por la inacción y paquidermia de los órganos estatales competentes, en particular de la cuestionada Contraloría General, hoy en riesgo de ser liquidada y reemplazada por la figura de un tribunal de cuentas, utilizada en los países europeos. Pero hasta ahora no se ven esas estrategias de anticorrupción que la ciudadanía ha venido clamando. Dos ejemplos son el anticipo para la conectividad de Centros Poblados (al menos $70.000 millones) y la implementación y desarrollo del OCAD-Paz (aproximadamente $600.000 millones), sin que hasta la fecha se conozca quiénes son los verdaderos responsables de estos delitos. Me pregunto entonces si el nuevo Gobierno y el Congreso, tal como lo anunciaron, adelantarán planes anticorrupción eficientes y eficaces que dobleguen definitivamente a los corruptos, empezando, por ejemplo, por los responsables de la no entrega de alimentos a los escolares, de los “elefantes blancos” localizados en todo el país o de los contratos otorgados bajo la Ley de Garantías modificada para beneficio personal. David Puyana.