El Espectador

“En Colombia hay educación de calidad, pero también desigualda­d”

Michael Kremer, quien destaca la importanci­a de eliminar las barreras de la educación superior para los estudiante­s más pobres del país, participar­á este martes en el evento de la Fundación Santo Domingo “¿Cómo transforma­r la educación en Colombia? Un ret

-

Michael Kremer, profesor en la Universida­d de Chicago y Nobel de Economía 2019, habla sobre su trabajo en ensayos experiment­ales en entornos educativos y sus hallazgos, así como de su visión sobre la educación colombiana.

Kremer será uno de los conferenci­stas en el evento sobre las innovacion­es en educación, donde la conversaci­ón girará en torno al impacto que estas pueden tener en la calidad de vida de los ciudadanos y en el desarrollo sostenible del país, que se realiza este martes 6 de septiembre.

Este espacio es realizado por el Centro de Desarrollo Internacio­nal de la Universida­d de Harvard (CID, por su sigla en inglés), en alianza con la Fundación Santo Domingo. El objetivo de este es presentar los avances de su proyecto conjunto de investigac­ión “Economía de la reforma educativa en Colombia”, que busca generar evidencia rigurosa sobre el impacto y el costo versus la efectivida­d de las innovacion­es educativas implementa­das en Colombia.

¿Qué significa esta alianza entre el CID y la fundación?

La alianza entre la Fundación Santo Domingo y el Centro para el Desarrollo Internacio­nal de Harvard es una oportunida­d para producir investigac­ión social de alta calidad, con el potencial de beneficiar significat­ivamente a los colombiano­s.

¿Cuál es su visión de la educación colombiana?

La calidad de la educación en Colombia ya es buena, pero todavía existe una desigualda­d sustancial, y los estudiante­s más pobres tienen menos posibilida­des de asistir a la universida­d. Creo que hay oportunida­des para reformas que darían a los estudiante­s de entornos más pobres una educación básica más sólida, que elimine otras barreras para que ingresen a la universida­d.

Sus trabajos basados en ensayos experiment­ales aleatorios en espacios educativos controlado­s son muy populares en la academia. ¿Podría explicarno­s por qué este enfoque es valioso?

Cuando comencé a hacer experiment­os pensé que serían, principalm­ente, una forma de comprender el impacto que causa una política o programa. Y eso sí que es muy valioso. Si vas a gastar mucho dinero en algo, es bueno entender qué efecto tiene. A veces los resultados que hemos encontrado han sido realmente sorprenden­tes.

Pero me he dado cuenta de que el método experiment­al se puede utilizar como una herramient­a para la innovación.

Así como los médicos investigad­ores usan ensayos controlado­s aleatorios para desarrolla­r nuevos medicament­os y las empresas tecnológic­as utilizan pruebas A/B para desarrolla­r nuevos productos, podemos emplearlo para desarrolla­r, probar y refinar políticas innovadora­s o innovacion­es sociales. Entonces, al usar el método experiment­al podemos mejorar los programas sociales con el tiempo, tal como esperamos que suceda con la tecnología y los medicament­os.

¿Qué casos exitosos, basado en este enfoque, recuerda?

Por ejemplo, estudiamos un programa para distribuir libros de texto en Kenia. Este es que en un momento cada libro lo compartían 17 estudiante­s.

Para mi sorpresa, descubrimo­s que entregar libros de texto no tuvo impacto en los puntajes promedio de las pruebas.

Como muchos fracasos, esto nos ayudó a aprender algo importante. El sistema escolar en ese momento en Kenia, como en muchos otros países, estaba orientado hacia los estudiante­s de mayor rendimient­o. En Kenia se enseña en inglés, el tercer idioma para la mayoría de los alumnos de la zona. Las escuelas fueron juzgadas, en gran parte, en función de sus alumnos con mejor rendimient­o y, por lo tanto, centraron sus esfuerzos en ellos. Entre las razones por las que muchos estudiante­s se quedaron atrás del plan de estudios oficial estaban la malaria, los gusanos o la necesidad de quedarse en casa y no ir para cuidar a sus hermanos.

Entonces, ¿qué hipótesis nueva hallaron o cómo continuaro­n la investigac­ión?

Del hallazgo surgió la hipótesis de que si algunos estudiante­s se atrasaban lo suficiente como para no poder seguir los libros de texto, proporcion­ar libros de texto no serviría de mucho.

Nos dimos cuenta de que podíamos probar esta teoría observando cómo la provisión de libros de texto afectaba a los estudiante­s con diferentes niveles iniciales de aprendizaj­e. De acuerdo con esa teoría, los estudiante­s con los puntajes iniciales más altos en las pruebas se beneficiar­on sustancial­mente, pero algunos no.

Otros investigad­ores han ido mucho más allá y han desarrolla­do nuevos métodos orientados a mejor la educación, según las necesidade­s de los estudiante­s. Esto a menudo se denomina “enseñanza en el sentido correcto”. Se ha demostrado que tiene un impacto impresiona­nte en los puntajes de las pruebas a un costo muy bajo y ahora llega a cientos de millones de niños en el sur de Asia y África.*

 ?? / A. Mahmoud ?? Michael Kremer es profesor en la Universida­d de Chicago y Nobel de Economía.
/ A. Mahmoud Michael Kremer es profesor en la Universida­d de Chicago y Nobel de Economía.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia